𝗛𝗜𝗕𝗥𝗜𝗢𝗦𝗧𝗢𝗙𝗜𝗟𝗜𝗔 // 𝗠𝗔𝗫𝗟𝗘𝗬

𝗩. 𝗢𝗙𝗘𝗥𝗧𝗔

𝖬𝖠𝖱𝖠𝖳𝖮𝖭  2/3

Max caminaba a pasos lentos junto al castaño, sintiéndose nervioso por lo que pasaría.

Aun que Max no tenia verdaderas razones para estar nervioso, al menos no de las que el estuviera consciente.

Caminaron hasta el fondo del pasillo, Bradley abrió la enorme puerta roja que había al final del pasillo, se hizo a un lado para dejar pasar a Max.

Max miro nervioso a Bradley y entro con duda a aquel lugar, siendo seguido por Bradley que cerró la puerta detrás de ambos.

El lugar estuvo obscuro unos segundo, hasta que el castaño encendió la luz, haciéndole ver a Max una habitación llena de trofeos e imágenes de grupos de algún deporte.

Junto a un escritorio muy elegante con sillas de cuero y un montón de papeleo.

Bradley se sentó en el escritorio, Max le miró con duda  unos segundos sin saber que hacer, hasta que el contrario le indico que se sentará, a lo cual Max accedió con rapidez.

— ¿Sabes que es este lugar Max? — pregunto curioso, el azabache le miró extrañado, no tenía idea.

— Ammm es una —

— Una sala de trofeos — interrumpió el castaño —  Los trofeos que Gamma ha ganado — solto con orgullo — Somos la mejor fraternidad de deporte de toda la historia — afirmó con orgullo.

Max asintio confundido, no sabia de que hablaba el castaño.

— Como sea, esta semana estuve mirándote — admitió, aquella afirmación hizo un nudo en el estómago de Max — Eres bueno con la patineta — afirmó — Únete al equipo —

Max abrió la boca sorprendido, no por la  propuesta, si no por el tono de demanda en la voz de Bradley.

No sabía a que se debía, pero todo lo que decía Bradley parecían ser órdenes directas, y esta no fue la excepción.

Max tomó aire y pasó una mano por su cara — Yo... yo ya... ya tengo fraternidad — admitió.

El rostro de Bradley que hasta ahora se había  mantenido relajado y sonriente cambio, su celo se frunció y su mirada miró con molestia a Max, una molestia que calaba en los huesos.

— Déjala — volvió a demandar.

Max nego mientras se acomodaba en su lugar — No puedo m-mis mejores amigos esta ahí — aclaro — Lo siento pero no me uniré a los Gamas — afirmó el azabache.

— ¿No lo harás? — pregunto Bradley con un tono que hizo enojaron poco a Max — ¿Prefieres un equipo mediocre sin oportunidad de ganar a una de las mejores fraternidades de la historia? — pregunto con burla — Pensar no es lo tuyo Goof —

El ceño de Max se frunció mientras su puño se apretaba, ese maldito tono.

No sabía si así hablaba naturalmente Bradley,  pero ese tono sarcástico y burlo en su voz, como si creyera que es superior a  todos en cualquier aspecto posible, ese tono demandante que no pedía cosas, las ordenaba, como niño mimado que  pide a la servidumbre un emparedado, o una niño caprichoso pidiendo a su padre una nueva consola. Carajo, ese tono comenzaba a molestar a Max, ahora el nerviosismo se disipaba y solo podía sentirse irritado.

— Dije que no me uniré — repitió con tono molesto.

Una sonrisa se instalo en el rostro del castaño, y Max solo pudo enojarse más

¿Por que se reia?

— Max tienes  una oportunidad  única en la vida — solto el castaño mientras se  levantaba de su lugar y caminaba hasta Max — ¿Y la desperdiciadas por... amistad? — solto burlo mientras se situaba frente a Max, recargando su cuerpo sobre el escritorio.

Max le miró molesto, apretando su mandíbula y sintiendo sus nudillos blancos de apretar con tanta fuerza sus puños, quería golpear la dulce carita de Bradley.

— Vad a abandonar la gloria, ¿por que? — solto con burla — ¿Por dos tontos freaks que morirán vírgenes? — solto venenosamente.

Y antes de comenzar a reír las manos de Max viajaron a su cuello. Sujetando el cuello dr su camisa, jalandolo hacia el y mirandole con molestia.

— Cieta la pura boca idiota — advirtió con molestia.

Bradley mordió su labio levemente y sonrio, mirando a Max con burla, y eso no ayudó a disminuir el enojo de Max.

—  Deja de reírte — solto molesto — ¿Qué te parece yan gracioso? — pregunto irritado.

Bradley paso una de sus manos sobre el hombro de Max — Tu idiotez es divertida — solto con un tono inocente.

Max resoplo, pasando su agarre de la camisa de Bradley a su cuello, ahorcandolo con molestia.

Max no supo por qué lo hizo, el normalmente no era así de explosivo, pero ese chico, Bradley tenía algo que lo hacia perder la cabeza.

— Ahhh — Max dejó sus pensamientos al oír a Bradley gemir.

Aun que lejos de hacer a Max soltar su agarre solo prendió una chispa en el que lo hizo aumentarlo.

Disfrutando de ver como el rostro del castaño se ponía rojo, lágrimas caían de su ojos y su boca buscaba aire.

— ¿Esto querías? — pregunto irritado el azabache.

Los ojos del castaño miraron a Max, y sintió su estómago resolverse, el la mirada de  Bradley había un extraño brillo, que encendió una chispa en Max, una bastante sexual.

Max sonrio, quizás esta noche si se divertirá después de todo.

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