𝗩𝗜. 𝗘𝗦𝗖𝗥𝗜𝗧𝗢𝗥𝗜𝗢

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𝖬𝖠𝖱𝖠𝖳𝖮𝖭  3/3

Max sonrio al ver el rostro de Bradley en busca de aire, y con total confianza lo estampó contra el escritorio, dejándolo boca abajo

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Max sonrio al ver el rostro de Bradley en busca de aire, y con total confianza lo estampó contra el escritorio, dejándolo boca abajo.

Soltando su cuello y obligándonos con una mano a mantener su cabeza abajo.

Bradley comenzó a buscar aire con desesperación, sentía que iba a morir, fue malditamente exitante.

— Eres muy complicado Bradley — admitió el azabache — Cuando hablas con tu estúpido tonto de voz de superioridad me dan ganas de golpearte — admitió.

Bradley sonriio mientras soltaba un pequeño gemido — Golpeame todo lo que quieras Goof — ofreció con tono coqueto, Max sonrio sintiendo un pinchazo en su entre pierna.

Miró a Bradley, su trasero en alto, y señor, que buen trasero tenía.

Max no se consideraba un experto ni mucho menos, pero sin duda el culo de Bradley era el mejor que había visto, era grande, pero no lo suficiente para  lucir falso, era absuradmente redondo, tan perfecto que parecía mentira.

Y mierda, sus muslos era gruesos y enormes, y el azabache mentiría si dijera que no se imagino entre ellos, con su rostros siendo aplastado por ellos.

Un suspiro salió de la boca de max, causando una satisfacción inexplicable en Bradley.

— ¿Por que no me golpeas Max? — ofreció con tono seductor — Muéstrame como debería hablarte — añadió.

Max suspiro mientras llevaba una mano a la cara de Bradley, sujetando con fuerza su mandíbula y metiendo dos dedos en su boca.

— Yo preferiría que no hablaras — admitió — Tu voz es muy molesta — añadió mientras acercaba su entrepierna al culo del mayor — Tal vez si te golpe un poco — solto mientras se frotaba contra el contrario, sintiendo en sus manos a Bradley ahogando gemidos — Te voy a golpear tanto que vas a sangrar — advirtió.

Bradley solto un gemido soborio y comenzó a mover sus caderas en busca de más fricción.

Carajo, estaba muy caliente, quería a Max dentro de el, quería que Max lo maltratara hasta dejarlo lleno de  moretones, quería tanto ver que tan malo podía ser el más bajo.

Bradley movió sus caderas con desesperación, en busca de un poco de contacto, hasta que un fuerte golpe seco paro sus movimientos.

Max le había dado una nalgada, tan fuerte que llevo electricidad a todo el cuerpo de Bradley, quien parp sus movimientos, que se pregunto fugazmente si Max lo seguiría golpeando si continuaba moviéndose.

𝗛𝗜𝗕𝗥𝗜𝗢𝗦𝗧𝗢𝗙𝗜𝗟𝗜𝗔 // 𝗠𝗔𝗫𝗟𝗘𝗬Where stories live. Discover now