Capítulo 26.

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Decidimos acabar la noche en su hotel, ver una película y después ya irme a casa. Me ofreció ropa cómoda para estar en la habitación y no tener que seguir vestida con lo mismo.

Me he puesto una camiseta suya y de pantalones nada, ya que su camiseta me queda como si fuese un vestido.

-Te queda mejor a ti que a mi Doctora Strange-dice.

Me río al darme cuenta de que la camiseta lleva el logo de su personaje y para hacerle reír empiezo a hacer los gestos que él hace con las manos como si estuviese abriendo un portal a otra dimensión. Después de terminar me tiro en la cama y ambos nos reímos.

-Quédatela, así siempre tendrás algo mío aquí-dice.

-Pero no puedo quedarme la camiseta, es tuya.

-Insisto, así una parte de mí siempre estará en Madrid, además las veces que vengas a verme puedes traerla así la veo también.

-Es una gran y buena excusa-le digo.

-Prefiero llamarlo un buen plan para volver a verte-dice.

Al cabo de un rato decidimos poner una película y pedir cena a la habitación. Los camareros nos traen lo que pedimos, una ensalada, un plato de embutido y una pasta deliciosa con verdura acompañado por una botella de vino blanco.

Nos sentamos en la cama a cenar y jugamos a tirarnos lonchas de queso a la cara mientras disfrutamos de "Un monstruo viene a verme" una gran película y con una enseñanza brutal y emotiva. Antoine nunca la había visto y le está encantando, yo ya la había visto por lo menos diez veces pero siempre acabo llorando igual que si fuese la primera vez que la veo.

-Voy a tener que irme ya, se está haciendo tarde y mañana madrugas-le digo.

-O podrías quedarte, no hace falta que te vayas si no quieres, agradezco tu compañía y esta cama es lo suficientemente grande para los dos.

La idea de compartir cama con él me fascina y asusta a partes iguales. No quiero que piense que yo dormiría con cualquiera porque nunca antes lo he hecho, solo he dormido con un chico y ya llevaba tiempo quedando con él. Dormir con alguien es muy especial para mí aunque haya gente que no lo vea así, para mí es un momento muy íntimo compartir sueños en la misma almohada con alguien y aunque la idea de dormir con Antoine sea increíble ya que pasaría más tiempo con él, una parte de mí no puede aceptar su proposición.

-Yo...-intento buscar una forma de explicárselo-No suelo dormir con nadie.

-Si quieres podemos poner una almohada de barrera en medio si así te sientes más segura-dice mirándome-No pretendo acostarme contigo si es lo que te preocupa, todo lo contrario, me gustaría pasar la noche hablando y riéndonos, me gusta estar contigo, no sé, hacía tiempo que no me sentía tan cómodo hablando con alguien.

Su comentario me sorprende. No sé si la parte de que no se quiera acostar conmigo o la parte en la que ha vuelto a decirme que quiere pasar más tiempo conmigo, es bastante contradictorio o quizás es que yo me había creado unas falsas ilusiones de que le interesaba en un aspecto más allá de una amistad.

-Bueno, quizás no pasa nada por una noche-le digo aceptando la invitación.

-Bien, fantástico, ponte cómoda entonces-dice mientras se tapa con la sábana y pone la almohada de separación entre nosotros.

Pasamos horas y horas hablando, le cuento sobre mi pasado y mi historia familiar. Él en cambio se dedica a escucharme y no me cuenta nada que ya no supiese, también le cuento que mi sueño es abrir una agencia de viajes y poder ayudar a la gente a planificar sus experiencias y a hacerles felices tanto como lo soy yo cuando viajo.

Un pequeño ruido me despierta y veo que estoy abrazada a Antoine por lo que supongo que en mitad de la noche atravesé la almohada de separación. Es una sensación extraña, como si nunca quisiera moverme de aquí, pero en cambio es él quien lo hace para comenzar a vestirse.

-Buenos días-me dice al oído.

Pero yo me hago la dormida, no quiero que sepa que me he dado cuenta de que estábamos abrazados y de que se va a sus entrevistas.

Mi teléfono comienza a sonar y me doy cuenta de que volví a dormirme cuando Antoine se fue. Hugo me está llamado por videollamada.

Cojo la llamada y veo a mi hermana y a Hugo al otro lado del teléfono.

-¿Se puede saber dónde estás?-pregunta Hugo.

-¡Has dormido con él!-grita Gala al ver mi camiseta y reconocer una habitación de hotel.

-Callaos, no gritéis tanto-digo riéndome.

-¡Queremos todos los detalles!-exige Hugo.

-Para vuestra información, siento deciros que no hay detalles que contar, solo estuvimos hablando y me quedé a dormir, nada más.

-¿Estarás de broma, verdad?

-Gala no, no estoy de broma. Ha sido una noche increíble, pero no nos hemos acostado, además hasta dudo que él esté interesado en mí de esa forma-les digo.

Ambos empiezan a reírse a carcajada limpia y a hacerme gestos de burla.

-El francés caballeroso no te ha tocado ni un pelo porque quiere ser diferente contigo y tú dices que no está interesado en ti, ¿desde cuando eres tan tonta?

-Bueno, no sé...No quiero pensar eso ahora, voy a casa en un rato así que esperarme para desayunar por favor-digo.

-Tarde-responden.

-¿Me habréis dejado café al menos?

-Te haremos café en seguida, pensábamos que estarías desayunando con él, es lo normal.

-Eso sería lo normal si no hubiese venido a Madrid por trabajo, pero como no es el caso, hacer café que voy para allá.

Veo que hay una nota en la mesilla después de colgar el teléfono.

"Estabas tan dulce durmiendo que no he querido despertarte, no vengas a por mí hoy, yo me encargo"

Sonrío al leer la nota como si fuese una quinceañera y me cambio de ropa para ir a mi casa a ducharme y a arreglarme.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora