Cuantas veces sea necesario (BokuAka +18)

Capítulo XIII: -La verdad a veces duele.-

"Disculpa, creo que no me entiendes... ¿Quién eres tú?"

Eso a Bokuto le dió un mal presentimiento, miró a Akaashi a los ojos y no encontró rastro de deshonestidad alguna y se dió cuenta.

Ese no era su Akaashi.

Bokuto miró al padre azabache y buscaba explicaciones, finalmente, el padre de Akaashi tomó la muñeca de Bokuto y lo arrastró afuera con él, dejando a un Keiji bastante confundido.

Finalmente afuera Bokuto explotó preguntándole demasiadas cosas a la vez.

-¿Qué le pasa? ¿Por qué está así? ¿Qué tiene? ¡¿Está bien?- .-

El mayor le cubrió la boca y cuando vió que el búho comprendió le destapó la boca.

-Bokuto-kun, te pediré que te calmes antes de que te explique.-

El menor lo miró confundido pero dejó que el adulto continuara.

-Verás, es que no te dijimos que salió del hospital porque sabríamos que esto los afectaría a los 2.-

-Pero él.. ¿Qué le pasa?-

El chico preguntó preocupado, el padre de inmediato notó su preocupación.

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Llegué a casa ocultando mi visible dolor bajo mi pecho él cual dolía mucho por la confesión por parte del padre de mi PROPIO novio.

Mis padres preguntaron por mi pero solo los ignoré y subiendo las escaleras me encerré en mi habitación a desahogarme con mi almohada.

La verdad no quería hacer otra cosa más que llorar toda la noche, digo, tal vez debería decirle esto a los demás porque irá el otro año a la escuela pero... ¿Y si la abandona?

Tenía miedo de que dejara la escuela pero ahora sabiendo de su estando estoy seguro que no me animaré a acercarme a él para decirle porque... Bueno, sé lo que pasaría.

Lloré desconsolado hundiendo la cara en mi almohada, constantes gritos de dolor hacia que me doliera la garganta. No tuve tiempo para darme cuenta que pronto me había dormido.

En la madrugada despertó con hambre, claro: No cenó.

Bajó las escaleras y se dirigió a la cocina pero de inmediato recordó algo, la vez que hicieron pijamada Akaashi lo había besado por primera vez... Se habían hecho novios.

Bokuto se tomó de la cabeza y se sentó en la barra de la cocina lamentándose nuevamente el no haber podido salvar a su novio y aquellos pensamientos negativos que pensó que había enterrado salieron a la luz.

"Todo es su culpa"

Se paró y agarró una pequeña cajita de cereal que había arriba del refrigerador y se lo sirvió en un plato hondo para después agregarle la leche.

Él no podía volver a dormir, miró la hora: 4:37am.

"Rayos... Si que dormí bastante."

Finalmente se fue a sentar en el comedor, el silencio pacífico pero lleno de negatividad. Bokuto mientras comía su cereal no pudo evitar pensar en todas las veces que había hecho sonreír a aquel hermoso pelinegro cuyos ojos parecían calaítas. La primera vez que lo había visto sonreír había sido como un sueño para él.

El chico no pudo evitar sumergirse en sus pensamientos amorosos sobre Akaashi, lo quería, lo amaba y necesitaba de él pero una vez más, volvió a lo negativo. La verdad le dolía todo el cuerpo por haber corrido de la casa de los Akaashi a la suya.

De la nada se escuchó a alguien bajar por las escaleras y una voz se escuchó.

-Kou, mi niño, ¿Estás abajo?-

La persona que más quería evadir en ese momento estaba ahora frente a él viéndole preocupada.

-...Hola má."

-Ay mi niño...-

La mayor se acercó lentamente a su hijo y cuando estuvo lo suficientemente cerca, lo envolvió en un abrazo.

-Mamá...-

-¿Qué tienes corazón? ¿Por qué estás así?-

Bokuto miró hacia abajo su cereal y volvió a ver a su madre con ojos llorosos.

-Él... Él no sabe quién soy...-

Al principio ella pareció confundida pero luego empezó a comprender.

-¿Hablas de Akaashi-kun? ¿Qué le sucedió?-

La señora dijo preocupada por su hijo y por el otro chico.

-Él... Él no me recuerda mamá. Se golpeó muy fuerte y... Perdió sus recuerdos sobre mi.-

Bokuto ya no pudo contenerse más y se desmoronó en frente de su madre abrazándola fuerte, la madre lo abrazó fuerte y acarició su cabello mientras le daba múltiples besos en su frente y cabello.

-Mi niño..-

El chico no dijo nada pero solo se puso a llorar en los brazos de su madre, al fin soltando todo esa culpa y dolor que tenía resguardados en el pecho.

-¿Mamá..?-

Cuando su hijo dejó de llorar, ella se volteó a verlo.

-¿Qué pasa hijo?-

Hubo un pequeño silencio y después Bokuto pronunció.

-No voy a ir a la universidad. Me voy a quedar aquí.-

Ante esto, la madre de Bokuto se ahogó en su propia saliva y empezó a toser.

-¿Qué? Bokuto, no puedes hacer eso.-

-Mamá, debo hacerlo, quiero cuidar de Keiji.-

-Si pero, ¿cómo lo vas a hacer? Ni siquiera te reconoce hijo.-

-¡Lo sé! Pero aún así quiero que se recupere, aunque eso signifique que no me pueda volver a recordar como antes.-

-Kou, sabes que te apoyo con lo que sea pero estás llevando esto demasiado lejos.-

El chico bajó la cabeza, tal vez era cierto pero Akaashi había sido una persona increíble y se había encariñado demasiado con él. No quería dejarlo solo en su batalla.

-Mamá, entiendo pero él me ayudó cuando yo no estaba tan bien, iluminó mi vida cuando estaba desamparado, quiero guiarlo esta vez.-

La señora Bokuto se quedó callada un momento, la incomodidad claramente invadiendo el espacio pero después volvió a tomar el habla.

-Querido, se que sientes mucha tristeza y angustia por tu ex-novio Keiji pero en estos casos es mejor dejar cosas atrás.-

-Mamá, ¡es que no es-!-

-Cariño, lo siento pero está vez no te dejaré, vas a estudiar y te graduarás de la Universidad.-

-¡Mamá, no!-

La mayor iba a decir algo pero Bokuto la interrumpió.

-¡¿Por qué no me dejas cuidarlo?! ¡Sólo quiero estar para él! ¡Quiero que me recuerde!-

-Si Kou pero dijo el doctor que es poco probable qu- .-

-¡No mamá! ¡No entiendes! ¡Me quedaré aquí incluso si me tienen que botar de la casa!-

La señora se vio un poco asustada por lo que dijo su propio hijo, era cierto que él tenía bastantes ahorros pero estaba segura que no tenía a dónde ir, y si sí tuviera, sería la casa de uno de sus amigos.

-Kou, vas a estudiar, punto.-

Bokuto se veía bastante furioso y subió las escaleras a su habitación corriendo, nuevamente llorando.