I AM CARRION

CAPITULO 3. SOLO ERES UN ARMA

Los sollozos de una gran y grotesca criatura no cesan, y sus fuertes alaridos de dolor y sufrimiento no pueden detenerse...

La electricidad corroe su carnoso cuerpo, dañándola por todas partes. Estaba en el mismísimo infierno, aquel siendo el nuevo día a día de su nueva estancia en el laboratorio. 10 años fueron los que pasaron.

Solo podía sentir dolor y sufrimiento eterno... Los experimentos eran extremadamente dolorosos... Quería morir, ya no quiere más aquel cruel castigo que se hacía llamar vida.

Era quemada, electrocutada, descuartizada. Golpes tras golpes, todos los miseros días sin freno alguno... Su hora de descanso había llegado por fin; saben que si siguen con la tortura, puede morir.

Así que la obligan a la fuerza a consumir seres vivos para recomponer su masa y regenerar sus heridas... Aquello solo la sana físicamente... Más no mental ni psicológicamente, sino que hace que empeore su salud mental. Haciendo incurables sus cicatrices mentales...

Odio, odio era todo lo que puede llegar a sentir hacia sus captores, cuáles le hacían pasar este infierno en vida.

THE CARRION —l- los mataré a todos... —Habló secamente la criatura con claro odio en su hablar

Siendo ignorada por un hombre calvo con gafas verdes y bata de laboratorio. El cual simplemente escribe algunas cosas en unos papeles, cuál voltea a observar al monstruoso ser.

??? —Sí que te ves lleno de odio, Carrión... Eso me gusta, sigue sintiendo ese odio; después de todo, lo liberarás cuando llegue el gran día. —expreso el doctor con serenidad

Este volvió a lo suyo, ignorando los fuertes temblores del área, cuáles eran provocados por los rítmicos intentos de Carrión de destruir su contención, con gran odio reflejado en sus acciones.

THE CARRION —Garaki... Te voy a matar... Te voy a matar a ti y destruiré todo lo que tú y afo aman, los voy a matar a ambos... —Habló con un venenoso tono de voz aquella bestia

El doctor, ahora conocido como garaki se sentaría en su asiento, observando a la abominación a unos metros del encarcelado monstruo.

Garaki —hmmmmmm, supongo que te vendría bien el aparato de control mental. Será divertido ver cómo acabas con toda la vida de una ciudad cuando te soltemos estando bajo nuestro control —habló este, expresando una gran y siniestra sonrisa.

Lo dicho por Garaki llenó de una furia indescriptible a Carrión, el cual golpea bruscamente todo a su alrededor, no importándole si estaba gravemente herida, ella no quería dañar a nadie...

Garaki —no importa cuánto te niegues... Es todo lo que eres. Una mera arma, el arma más poderosa de la humanidad, algo que solo sirve para causar caos y destrucción por donde avance, hasta tu último aliento... Siempre sabrás que solo eres un arma —aquello dejó paralizado al ser...

Cuál no pudo hacer nada más que caer impotente al frío suelo, mientras rompe en un desalentador llanto que irrita al doctor garaki, así que presionó un botón que aisló todo sonido que saliera de la contención de Carrión.

Garaki —me impresiona ver que una simple arma tenga emociones y sentimientos tan humanos... Pero lastimosamente tiene la mentalidad de una niña pequeña, cosa que siempre me pareció curiosa, sí que es la mayor creación de la humanidad. Un ser capaz de sentir como el humano sin ni siquiera ser uno, siendo mera vida artificial... Fascinante —fue lo último que pudo decir antes de que un hombre entre a aquel laboratorio —. Oh, hola, maestro afo —habló con tranquilidad garaki

Afo —¿Cómo está yendo la creación de la amplificación de control mental? —habló afo, yendo directo a lo que quería saber.

Garaki —me alegra su pregunta, maestro. Está yendo a lo acordado, en poco tiempo, podrás controlar a aquella abominación, estimo que en 5 años estará listo. Es sorprendentemente difícil esto, me es sorprendente que se tenga que crear algo tan complejo solo para lograr controlar la mente de este ser, pero cuando esté listo, valdrá la pena cada segundo, tendremos un arma de destrucción masiva a nuestro alcance —explica con una sonrisa a afo, el cual no podía hacer más que estar feliz ante aquellas noticias.