Día 4: School AU

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Sinopsis: Isagi llega a un mundo donde es un estudiante de preparatoria que teme estar con Rin.

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Había vuelto a la preparatoria, Isagi ya no entendía cómo funcionaba el tiempo en el multiverso, después de haber escuchado a un gato hablar ya ni siquiera le importaba eso. Si era sincero, comenzaba a creer que le habían inyectado alguna clase de droga que lo tenía alucinando esos viajes por mundos paralelos; después de haber sido una chica mágica se sentía muy asustado de volver a estar en un mundo fantástico.

Isagi miró todo su cuerpo, era igual de entrenado que cuando era un adolescente, sonrió al darse cuenta de que al fin estaba en otro mundo donde sí se dedicaba al fútbol. Se quedó sentado en el pupitre sin hacer nada, esperando a que los recuerdos de su versión en ese mundo llegaran a su mente.

Otra sonrisa se formó en su rostro en cuanto los recuerdos le mostraron que efectivamente sí se dedicaba al fútbol en ese mundo. No existía Blue Lock, pero Isagi era un delantero talentoso de tercer año de preparatoria que había ganado una beca para jugar en una prestigiosa universidad de Japón, la cual podría abrirle las puertas para ser seleccionado por una liga internacional.

«Al fin un buen mundo», pensó con emoción.

Todos sus recuerdos eran geniales; a pesar de no tener el entrenamiento que tuvo en Blue Lock, el Isagi de ese mundo tenía una mentalidad egoísta y había logrado abrirse paso entre todos en su club, lo cual lo había llevado a gozar de popularidad y muchas confesiones de chicas bonitas de su escuela. Toda la gran emoción que sentía se bajó de golpe cuando el recuerdo de un chico bonito confesándose y siendo rechazado vino a su mente.

«¡¿Cómo que rechacé a Rin?!».

El recuerdo era claro, Rin vistiendo el mismo uniforme de su club de fútbol, citándolo a un lugar privado después de un entrenamiento, su voz nerviosa y un leve rubor en sus mejillas.

—Lo lamento, Rin, pero si saliera con un chico todos se burlarían de mí, además el próximo año ya no estaré aquí. —Esas habían sido las palabras del Isagi de aquel mundo, las cuales hicieron arder de rabia al Isagi viajero.

«¿Realmente importa lo que unos terceros puedan opinar?». Aquel pensamiento le hizo darse cuenta de que justo esa era una de la razones por las que no quería hacer pública su relación con su Rin.

Era frustrante, en especial cuando los recuerdos del Isagi de ese mundo le dejaban claro que él también tenía sentimientos por Rin, pero que su miedo a las burlas y al futuro eran más grandes. Al año siguiente iría a la universidad, Rin seguiría siendo un estudiante de preparatoria; si Isagi lograba su objetivo viajaría al extranjero, Rin tomaría su propio camino para cumplir sus metas. Sin la existencia de Blue lock sus vidas no estarían entremezcladas.

Como no sabía cuándo la mujer que lo había enviado hasta allí lo sacaría de ese mundo, Isagi optó por caminar por la escuela, debía ir al entrenamiento de su club, pero no quería provocarle problemas a su otra versión. Caminando con la mente nublada de pensamientos, solo la presencia de Rin lo ayudó a despejarse, el cual se veía igual a cuando habían estado juntos en Blue lock.

—¿Rin? —El nombrado lo miró con recelo y lo ignoró, siguiendo su camino—. ¡Espera, Rin!
—¿Qué quieres? No me hables. —La voz de Rin sonó dolida y resentida, provocando un escalofrío en Isagi.

Por supuesto, estaba enojado, el Isagi de ese mundo lo había rechazado. El Isagi viajero se puso nervioso, mientras que Rin volvió a retomar su camino.

«Esto no está bien», pensó Isagi, viendo el cuerpo de Rin alejarse.

Comprendía las preocupaciones de su otro yo, pero no podía aceptar que estuviera dispuesto a dejar ir al amor de su vida; aunque el futuro se les complicara y debieran llevar una relación a distancia siendo tan jóvenes, no le agradaba la idea de que existiera un mundo donde él y Rin decidieran no estar juntos.

Corrió por los pasillos de la escuela en dirección hacia donde se había ido Rin, en cuanto lo alcanzó lo agarró del brazo y lo dio vuelta para mirarlo de frente.

—Perdóname, Rin, no debí rechazarte
—¿Isagi-senpai? —Se sintió raro ser llamado así, pero prefirió dejarlo pasar, Isagi estaba completamente decidido en arreglar el error de su otro yo.
—Tú también me gustas, no quiero perderte solo por mis miedos. —Su propio Rin vino a su mente al momento de decir esas palabras.

Rin lo miraba con sorpresa, eran solo ellos dos en el pasillo, por lo que podían hablar tranquilamente sin miedo a que nadie los escuchara ni interrumpiera.

—Isagi-senpai…
«Siempre deseé que me llamara así». El nombrado se ruborizó un poco.
—Yo también estoy preocupado de lo que pueda pasar en el futuro, pero quiero estar a tu lado. —El rostro de Rin fue invadido por un gran rubor en sus mejillas, Isagi lo miró con ternura; era completamente igual al Rin adolescente que había conocido años atrás.
—También quiero estar a tu lado, Rin.

La llegada de más personas al pasillo donde se encontraban provocó que no siguieran hablando más del tema. Isagi se sintió aliviado, aunque pronto comenzó a cuestionarse si había hecho lo correcto. Ese no era su cuerpo ni era su vida, había sido muy impulsivo, todo por odiar la idea de que él y Rin no pudieran estar juntos. A pesar de la leve culpabilidad que comenzaba a sentir, Isagi acordó una cita con Rin para el fin de semana.

Al llegar la noche, Isagi regresó a su casa, la cual era muy distinta a la que había tenido en su mundo en su adolescencia. No sabía si la mujer lo haría pasar la noche en aquel mundo o lo haría viajar, pero rápidamente se dedicó a escribir una carta para su otro yo.

“Yoichi Isagi, lo siento, tomé tu lugar y me declaré a Rin, sé que es lo que deseabas secretamente pero que no te atrevías por miedo al futuro, Rin tiene el mismo miedo, hablen de eso y supérenlo juntos. Este sábado tienen una cita a las 10 de la mañana, confirma el lugar con él. Sé que te convertirás en un gran futbolista, pero no permitas que el miedo te aleje del chico que amas. Atte: Yoichi Isagi.”

Ya no sabía si era lo correcto o no, pero no se arrepentía, solo esperaba poder viajar antes de que llegara el día de la cita.

«Qué entrometido, tienes que aceptar que no todos tienen la misma suerte que tú». La voz de la mujer resonó en su mente y su campo de visión se volvió oscuro.

Isagi se sintió aliviado, al fin volvería a viajar. Ya no se sorprendió cuando apareció en otro mundo y no en el suyo, aunque no entendía cuántos otros mundos tendría que visitar para poder volver. La sorpresa sí vino a él cuando se dio cuenta que de nuevo estaba en un mundo donde era una mujer, pero esta vez tenía una vestimenta muy elegante y cara.

Miró con curiosidad todo su cuerpo, esta vez tenía un busto pronunciado y el cabello largo, usaba guantes finos y su vestido era de un azul real muy bonito, sus zapatos eran de un tacón cristalino, podría jurar que parecía una princesa.

—¿Se encuentra bien, princesa? —Una voz masculina muy conocida para él sonó a sus espaldas.

Isagi se dio vuelta para mirar al dueño de la voz, encontrándose con Rin vistiendo un traje de guardia y una armadura; al mirar a su alrededor, no tardó en darse cuenta de que se encontraban dentro de un castillo, Isagi no tuvo más opción que aguantarse las ganas de gritar.

En diferentes vidas (Rnis Week 2024) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora