"¿No sabes cuándo comenzó la Segunda Guerra Mundial? ¿No la viviste o algo así?"
"Uh, nací en los noventa."
En donde los ancestros Quileute piensan que es divert...
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"No te caigas. No te caigas. No te caigas."
Una maldición se escapó de los labios de Bella mientras tropezaba con los tacones blancos. Alice inmediatamente extendió la mano para estabilizarla, mientras la humana entrecerraba los ojos hacia Valeria.
"Decir 'no te caigas' una y otra vez no me ayuda a no caerme de verdad", dijo Bella, suspirando frustrada.
Valeria sonó inocentemente y se recostó contra la casa, aunque un segundo después se enderezó porque Esme le gritó por dejar marcas en la ventana. "Echale la culpa a Alice. Yo fui la que luchó para que pudieras usar zapatos planos".
Y así Bella dirigió su mirada fulminante a Alice, quien seguramente sin disculparse. "Solo tienes que ablandarlos."
"Los he estado ablandando. Por tres días", dijo Bella con tono plano. Valeria se rió por lo bajo, contenta de que la molestia se hubiera desviado de ella. "¿Puedo ir descalza?"
Alice, por supuesto, se horrorizó con la idea. "No, absolutamente no", dijo como si fuera su propia boda y ella fuera la que iba a ir sin zapatos.
"Solo pienso que es demasiado, ¿no?" murmuró, mirando alrededor del jardín. "El traje, los tacones, y todo esto."
Valeria no pudo evitar estar de acuerdo mientras observaba a Jasper y Emmett, que pasaban cargando enormes troncos sobre sus hombros. Había innumerables flores que Esme colocaba cuidadosamente y una por una donde fuera posible.
"No, es justo lo necesario", insistió Alice. "La boda será perfecta".
"¿Dónde las quieres, jefa?" preguntó Emmett, de pie y mirando a su alrededor. El árbol no era pesado, pero aún así no era fácil de transportar sin derribar algo en el proceso.
"A ambos lados del pasillo", instruyó Alice.
"¿Qué pasillo?" preguntó Rosalie, sosteniendo un amplio tronco cubierto de musgo y flores. Alice resopló antes de caminar hacia ellos.
"¿Es que nadie tiene visión?"
"Rápido, quítatelos mientras está distraída", susurró Valeria.
Bella rápidamente se quitó los tortuosos tacones y se puso sus converse, sonriendo con timidez a Valeria mientras lo hacía. La futura novia examinó el arreglo una vez más antes de que sus ojos buscaran a Edward. Él estaba en la casa observando cómo su familia ponía los últimos toques en todo.
No pasó mucho tiempo antes de que Alice volviera a aparecer en la línea de visión de Bella, con instrucciones claras en la punta de la lengua. "Tú, ve a casa y duerme."
"Está bien", dijo Bella, abrazando fuertemente a Alice.
Luego Alice se volvió hacia Valeria, señalándola con el dedo de manera severa. "Asegúrate de que descanse. Y nada de dejar que Edward se cuele en su habitación en mitad de la noche. Nada de ver a la novia antes de la boda."
