𝐿𝑎 𝑐𝑎𝑠𝑎 𝑖𝑛𝑣𝑖𝑡𝑎 / #1

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Otro día más, ya me aburre. Ver las mismas caras todos los días y llegar a la casa con olor a café. Pero prefiero esto antes que trabajar en la avícola de mi tía Esther.


—¡Buenos días, Matthew! —dijo la señora Elena, mientras pedía su café habitual.Matthew sonrió y comenzó a preparar el café.


—¿Qué tal te va, señora Elena? —preguntó Mateo.


—Todo bien, gracias. ¿Y tú? ¿No te aburres de trabajar aquí todos los días?


—Un poco —reconoció Matthew—, pero es mejor que trabajar en la avícola de mi tía.

La señora Elena se rió.—Eso es cierto. Tu tía Esther puede ser un poco... exigente.


Mateo sonrió y le entregó el café.


—Eso es un eufemismo —dijo, sonriendo.


—Jaja, eso creo. Aquí tienes, joven, te dejo una propina. A tu edad no tenía ni un solo trabajo. Te admiro —dijo la señora Elena.


—Gracias, señora Elena, cada centavo es un apoyo más para la operación de Pulguita —respondió Mateo con una sonrisa.


—¿Cómo está Pulguita? —preguntó la señora Elena, mostrando interés.


—Está mejor, gracias. La operación es costosa, pero espero poder reunir el dinero suficiente pronto —explicó Matthew.


La señora Elena asintió con la cabeza y se despidió.— Bueno, Matthew, te dejo. Que tengas un buen día y que Pulguita se recupere pronto.


Matthew sonrió y se despidió de la señora Elena.


La señora Elena tiene razón, es mejor este trabajo antes que estar con la pesada tía Esther.


Pero de pronto mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonar de la campana, anunciando la llegada de un nuevo cliente.


Levanté la mirada y ví a una linda chica, linda pero rara. Nunca la he visto antes, es una nueva cara. Pero... Por qué lleva capucha? Se ve muy inocente como para robarme.


—¡Buenas tardes! ¿Qué puedo ofrecerle? —dije entusiasmado por el nuevo cliente.

—Hola, me recomendaron esta cafetería, dicen que es un tesoro escondido.

—¡Sip! Merecemos más reconocimiento, pero con nuestros clientes basta y sobra. ¿Qué puedo ofrecerte? —repitió, pues es parte del protocolo.

—Ummm, ¿qué me recomiendas?

—¡Nuestro cappuccino con leche semidescremada es nuestra especialidad!

—Wow, eso suena interesante, y muy rico. Deme uno, por favor.

—¡Al instante! —respondió emocionado; lo daría todo para que quedara muy rico.

El simple hecho de que esta cafetería hubiera sido recomendada daba vueltas por su cabeza. Ya sabía que mi café es el mejor, pensó.

—Aquí tienes, un capuchino con leche semidescremada, como ordenó.

—¡Huele increíble! Muchas gracias...

—Matthew, Matthew Brooks.

—Un gusto, Matthew. Soy Tabatha, y me verás aquí más seguido.

—Tabatha... Qué bello nombre.

Soltó una pequeña risa, escondiéndose entre sus pequeñas y delicadas manitos.

—Gracias.

Matthew sonrió, asintió y fue a la caja a revisar unas cosas.

Tabatha tomó un primer sorbo, que la dejó sin aliento. Sus labios se curvaron en una sonrisa de gusto y sus ojos brillaron de placer.

Matthew desde lejos observó cada momento, y dijo: "¿Está bueno?"


"Bueno? Increíble querrás decir! Qué le echaste?"


"Fórmula secreta, ingrediente especial, y son mis increíbles manitos.", dijo poniendo sus manos en su rostro redondo, luciendo tierno.


"Jajaja, pero fuera de broma, te quedó muy rico."


"Muchas gracias"


"A ti."

Matthew divisó cada expresión y sonrisa; contó 21 en total, y mil brillos en sus bellos ojitos.

Por otro lado, Tabatha disfrutaba de cada sorbo. Todos llenos de sabor amargo, pero suave. Un ligero sabor a leche y el punto exacto de azúcar.

Pasó media hora. Tabatha relamió sus labios y con cara contenta, se dirigió a la caja, donde Matthew la esperaba.

—¿Cuánto es? —dijo Tabatha, esperando un monto asegurado.

—Tranquila, la casa invita.

—Sí que sabes cómo atraer clientes. Volveré mañana a las 8, y esta vez sí te pagaré.


Matthew sonrió, asintió y vió como Tabatha se retiraba. Sin quitarle la mirada de encima, suspiró. 


Matthew cerró el local y, posteriormente, se fue a casa. Al llegar, la dichosa tía Esther le dijo:

—¡Hola, mi Matyyy! ¿Cómo te fue hoy en el café?

—Muy bien, tía, muy bien... —dijo con una gran sonrisa.

—Esa sonrisa no es habitual en ti, ¿algo nuevo?

No, solamente fue un gran día.

Uɴ ᴀᴍᴏʀ ᴄᴏɴ ᴏʟᴏʀ ᴀ ᴄᴀғᴇ́Where stories live. Discover now