El sol se asomaba por el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranja y rosa. Era un nuevo día en el campamento, y con cada amanecer, sentía que mi corazón se abría un poco más. La caja había hecho magia entre nosotros; cada confesión, cada risa compartida, nos había unido de maneras que nunca imaginé.
Después de una semana de compartir nuestras verdades, decidimos que era hora de hacer algo diferente. Mientras desayunábamos, Jack sugirió una excursión al mirador, un lugar que prometía vistas espectaculares del lago y las montañas circundantes.
—¡Vamos! —exclamé, sintiendo la emoción burbujear en mí—. Necesitamos una aventura. Y además, me vendría bien un poco de aire fresco.
Zuri sonrió y miró a Griff. —¿Te unes, Griff? Este es tu momento de brillar como nuestro guía.
Él se rió, encogiéndose de hombros. —No soy un experto, pero puedo intentarlo.
La idea de pasar el día con Griff me llenaba de nervios y emoción. Desde que comenzamos a compartir nuestras historias, había una chispa entre nosotros que se sentía innegable. A medida que nos preparábamos para la excursión, me sorprendí a mí misma pensando en cómo sería explorar esos senderos a su lado.
Una vez en camino, el grupo se dispersó un poco, con Zuri y Jack hablando animadamente, mientras Alex se quedó un poco atrás, disfrutando de la tranquilidad. Yo caminé junto a Griff, disfrutando de la suave brisa y el canto de los pájaros.
—¿Cómo te sientes sobre todo esto? —le pregunté, intentando romper el hielo. Su mirada se encontró con la mía, y sentí un escalofrío recorrer mi espalda.
—Es liberador —respondió—. Nunca pensé que abrirme así podría hacerme sentir tan ligero. Y tú, ¿qué piensas de la caja?
—Ha sido un cambio de juego —dije, sintiendo la sinceridad en mi voz—. Nunca imaginé que compartir lo que sentimos nos uniría tanto.
Griff sonrió, y por un momento, el mundo se detuvo. Había algo en su mirada que me hizo sentir vista y comprendida.
Al llegar al mirador, todos se detuvieron para admirar la vista. Era impresionante: el lago brillaba bajo el sol, y las montañas se alzaban majestuosas en el horizonte. La belleza del lugar nos dejó sin palabras, y decidimos tomar algunas fotos.
Mientras posábamos, Griff se acercó a mí y me tomó de la mano, como si fuera algo natural. Mi corazón se aceleró. Él me miró con esa mezcla de diversión y sinceridad que me hacía sentir que estaba en un lugar seguro.
—¿Te gustaría explorar un poco más? —me preguntó, inclinándose hacia mí.
—Claro —respondí, sintiendo una oleada de emoción. Nos alejamos del grupo, caminando por un sendero más apartado, rodeados de árboles que susurraban con el viento.
—A veces me siento un poco perdido, sabes. Pero estar aquí me hace sentir que estoy en el camino correcto —dijo Griff, mirándome con seriedad.
—¿Por qué te sientes así? —le pregunté, deseando entenderlo mejor.
—Es difícil. A veces siento que la gente solo ve mi pasado y no lo que puedo llegar a ser. Aquí, con ustedes, es diferente. Puedo ser yo mismo.
Sus palabras resonaron en mí. Todos teníamos luchas y miedos, pero la conexión que habíamos forjado nos estaba ayudando a superar esas sombras.
—Tú eres más que tu pasado, Griff —le dije, sintiendo que cada palabra era cierta—. Todos lo somos.
Él sonrió, y en ese momento, nuestras manos se entrelazaron más fuerte. El aire se cargó de una energía que parecía palpable. Las risas del grupo se desvanecieron, y solo existíamos nosotros dos, rodeados por la belleza del paisaje.
Mientras explorábamos, descubrimos un pequeño claro, donde el sol brillaba intensamente y las flores silvestres danzaban suavemente. Era el lugar perfecto para sentarnos y hablar.
—Gracias por estar aquí, Lola —dijo Griff, su mirada fija en mí—. Nunca pensé que podría sentirme tan cómodo compartiendo mis cosas con alguien.
—Lo mismo digo. Nunca imaginé que me abriría tanto a alguien. Pero hay algo en ti que me hace sentir segura —respondí, sintiendo que mi corazón latía más rápido.
La tensión entre nosotros crecía, y en ese instante, todo parecía posible. La conexión que compartíamos era única, y me sentí atraída hacia él de una manera que nunca había experimentado antes.
—¿Y si... —comencé, pero me detuve, sintiendo un nudo en el estómago. —¿Y si hacemos de esto algo más que una amistad?
La pregunta quedó flotando en el aire. Griff me miró, sus ojos llenos de curiosidad y algo más. Podía sentir que él también lo deseaba, pero había una mezcla de miedo y esperanza en su expresión.
—Me gustaría eso —respondió finalmente—. Pero quiero que sea auténtico, como lo que hemos compartido hasta ahora.
Sonreí, sintiendo que la posibilidad de una nueva etapa se acercaba. —Lo será.
Antes de que pudiera pensarlo dos veces, Griff se inclinó hacia mí, y en un momento que pareció eterno, nuestros labios se encontraron. Fue un beso suave, lleno de promesas y nuevas oportunidades. El mundo a nuestro alrededor se desvaneció, y solo existíamos nosotros dos, atrapados en nuestra burbuja de conexión.
Cuando nos separámos, ambos estábamos sonriendo.
—Eso fue... —comenzó Griff, pero se detuvo, buscando las palabras adecuadas.
—Increíble —terminé la frase por él, riendo suavemente.
—Sí, exactamente eso. Creo que esto podría ser el inicio de algo muy especial —dijo, su expresión seria pero emocionada.
A medida que regresábamos al grupo, sentí que un nuevo capítulo comenzaba. La caja de las verdades había abierto la puerta a la vulnerabilidad y la conexión, y ahora, con Griff a mi lado, estaba lista para enfrentar lo que viniera.
El resto del día fue una mezcla de risas y complicidad. Cada vez que nuestras miradas se cruzaban, una chispa de entendimiento pasaba entre nosotros. Sabía que estábamos en el camino correcto, y que, juntos, podríamos enfrentar cualquier desafío que se presentara.
Cuando finalmente llegamos al campamento esa noche, el cielo estaba cubierto de estrellas brillantes. Me senté junto a la fogata, rodeada de amigos y risas, pero mi mente estaba en otro lugar, con Griff.
—¡Lola! ¡Ven aquí! —me llamó Jack, señalándome con entusiasmo—. Vamos a hacer s'mores.
Me uní a ellos, pero no podía evitar robar miradas a Griff. Él se dio cuenta y sonrió, un brillo especial en sus ojos. A medida que compartíamos historias alrededor del fuego, sentí que un nuevo vínculo se había formado entre nosotros, algo auténtico y hermoso.
Era un verano lleno de sorpresas, y, aunque sabíamos que el camino no siempre sería fácil, estábamos listos para enfrentarlo juntos. Con cada día, me sentía más fuerte, más segura y, lo más importante, más feliz. Y, mientras la fogata chisporroteaba y el aroma a malvaviscos y chocolate llenaba el aire, supe que estaba exactamente donde debía estar.
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Cuando el verano acabe || Griff Jones
ФанфикLola junto a su hermano Jack van a ir a acampados para reencontrarse con su hermano mayor,Xander,después que sus padres tengan un accidente automovilístico.