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El día siguiente llegó con la energía del verano aún vibrante en el aire. Después de la increíble jornada en la playa con Griff, estaba lista para enfrentar el día con una sonrisa. Mientras me preparaba, no podía dejar de pensar en la promesa que habíamos hecho: enfrentar nuestros miedos y explorar nuevas aventuras juntos. Sin embargo, no era solo eso lo que me emocionaba. También esperaba compartir más momentos con mis amigos.

El campamento había planeado una jornada de juegos en equipo, y la emoción era palpable. Al llegar al área designada, el ambiente estaba lleno de risas y alboroto. Jack estaba tratando de organizar a los demás en un equipo de voleibol, mientras Zuri y Lu discutían sobre quién debería ser el capitán.

—¡Vamos, Zuri! ¡Deja que Lu dirija esta vez! —gritó Jack, mientras intentaba equilibrar la pelota en su cabeza.

—¿Y perder? No, gracias —respondió Zuri, cruzándose de brazos y sonriendo desafiantemente.

Me acerqué, sonriendo ante la escena. —¿Puedo ser capitana? Así no se pelean —propuse, tratando de aliviar la tensión.

—¡Buena idea! —exclamó Lu, apoyando mi propuesta.

Una vez que todos estuvieron de acuerdo, organizamos los equipos. La química entre nosotros era evidente, y el espíritu de competencia se apoderó del aire. Los gritos de ánimo y las risas llenaban el campo mientras comenzábamos a jugar. Me encantaba ver cómo todos se involucraban, cada uno mostrando sus habilidades únicas.

Mientras corría para alcanzar un servicio de Zuri, noté que Griff estaba entre los espectadores, animando con entusiasmo. Su presencia me llenó de energía, y cada vez que nuestros ojos se encontraban, una chispa iluminaba el momento.

El juego avanzó, y no pasó mucho tiempo antes de que Jack hiciera una jugada impresionante, lanzándose para alcanzar la pelota. Sin embargo, su movimiento lo llevó a chocar accidentalmente con Xander, quien había estado esperando para recibir el balón.

—¡Whoa, cuidado! —gritó Xander, mientras ambos caían al suelo en una maraña de risas y diversión.

El ambiente se volvió aún más alegre con el incidente, y todos nos unimos en carcajadas. Zuri y Lu estaban en la línea de la red, compitiendo ferozmente, mientras que Jack y Xander trataban de levantarse, aún riendo.

—Esto es lo que más me gusta del campamento: todos juntos, pasándola bien —dijo Ema, quien se había acercado a mí.

—Sí, es genial ver cómo todos se divierten. Creo que hemos creado un buen equipo —respondí, sonriendo.

El juego continuó, y mientras el sol se elevaba en el cielo, las amistades se fortalecían. Después de varias partidas, decidimos tomar un descanso y rehidratarnos. Nos sentamos en un círculo, compartiendo anécdotas de la infancia y sueños de futuro.

—¿Alguno de ustedes ha pensado en lo que hará después del campamento? —preguntó Lu, mientras se pasaba una botella de agua.

—Yo quiero seguir explorando. Me gustaría viajar y aprender cosas nuevas, quizás hacer un intercambio cultural —dije, sintiendo que esa idea cobraba fuerza en mi interior.

—Eso suena genial. Yo quiero hacer algo parecido. Nunca he salido de este estado, y sería genial ver otros lugares —respondió Ema, con los ojos brillantes de emoción.

Zuri, con una expresión de desafío, agregó: —Yo quiero ser la primera en escalar una montaña. Me encanta la idea de superarme a mí misma.

Jack intervino: —¿Y si hacemos un viaje de campamento después de esto? Podríamos ir a la montaña que mencionó Zuri. ¡Sería una aventura épica!

Xander, con su característica seriedad, asintió. —Eso podría funcionar. Pero, por favor, hagamos un plan real. No quiero que termine siendo otra de nuestras "grandes ideas" que nunca se concretan.

Todos nos reímos, y la idea de un viaje compartido empezó a tomar forma. Hablamos sobre posibles destinos y actividades, llenos de entusiasmo y un sentido renovado de camaradería.

Mientras el día se desvanecía, la atmósfera se tornó más reflexiva. Las llamas de la fogata comenzaron a parpadear, y todos nos reunimos alrededor para compartir historias más profundas. Zuri habló sobre sus sueños de convertirse en diseñadora de moda, y Lu reveló su deseo de ser fotógrafa. Jack mencionó su pasión por la música y cómo soñaba con tocar en un escenario grande.

Cuando llegó mi turno, sentí el impulso de compartir mis pensamientos sobre el verano y la importancia de nuestras amistades.

—Siento que este verano ha sido un viaje de autodescubrimiento para todos nosotros. He aprendido tanto de cada uno de ustedes y de mí misma —comencé, mirando a cada uno de ellos.

—Nunca había sentido que pudiera ser tan abierta con un grupo de personas. Este campamento ha sido algo más que un lugar para pasar el tiempo; ha sido una segunda familia —continué, sintiendo la emoción apoderarse de mí.

Griff se inclinó hacia adelante, apoyando su mano en la mía. —Y sé que esto no termina aquí. Lo que hemos compartido es solo el comienzo.

Los demás asintieron, y la sensación de unidad se intensificó. Había algo mágico en la conexión que habíamos construido, y no quería que ese verano llegara a su fin. Sabía que, sin importar lo que sucediera después, siempre llevaría con orgullo estos recuerdos y las lecciones aprendidas.

La noche continuó, llena de historias, risas y promesas. Mientras las estrellas brillaban sobre nosotros, comprendí que no solo habíamos creado un campamento, sino una comunidad. Había amor, apoyo y un sentido de pertenencia que sería difícil de encontrar en otro lugar.

Y aunque no sabía lo que el futuro traería, tenía la certeza de que cada uno de nosotros llevaría consigo un pedazo de este verano, donde las conexiones florecieron y las aventuras comenzaron a tomar forma. La vida nos esperaba, y estaba lista para enfrentarla, rodeada de aquellos que se habían convertido en una parte invaluable de mi vida.

Cuando el verano acabe || Griff Jones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora