El Guardián del vacío

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El viento aullaba con mayor fuerza a medida que Sonic, Tails, y las versiones alternativas de Knuckles y Shadow se preparaban para su misión. La grieta en el cielo pulsaba con una energía oscura que amenazaba con consumirlo todo si no actuaban rápido.

—Nos dividimos aquí —ordenó el Sonic alternativo, su voz firme—. Cada uno tomará una dimensión diferente. Ya sabemos dónde están las Esmeraldas, pero el tiempo corre en nuestra contra.

Sonic observó a su equipo. Había luchado con Knuckles y Shadow antes, pero estas versiones de ellos traían consigo un peso distinto, una oscuridad que aún no entendía del todo. Sin embargo, no tenían otra opción que trabajar juntos.

—Nos vemos del otro lado —dijo Sonic con una sonrisa confiada, aunque en el fondo sentía una leve inquietud.

El Knuckles de la Dimensión Alpha asintió con gravedad. Su armadura brillaba tenuemente, y cada movimiento parecía calculado, casi militar. Shadow del Caos, por su parte, se mantenía distante, su energía fluctuante le daba un aura imponente, como si pudiera destruirlo todo con un solo gesto.

—¿Estás listo? —preguntó Tails, ajustando su dispositivo portátil. Sonic le dio una palmada en la espalda.

—Claro que sí, amigo. Esto es lo que mejor hacemos: salvar el día.

Cada miembro del equipo activó su respectivo portal, y uno a uno, desaparecieron en un destello de luz. Sonic y Tails fueron los últimos en entrar. Su destino: una dimensión paralela conocida como la Dimensión Omega, donde una de las Esmeraldas del Caos estaba escondida en un lugar llamado el "Templo del Vacío".

Al atravesar el portal, Sonic sintió una presión en su pecho, como si el aire mismo estuviera en su contra. Aterrizaron en una vasta extensión desolada, un paisaje árido y oscuro que parecía haber sido devastado por alguna batalla milenaria. Los restos de antiguas estructuras se alzaban hacia el cielo, y una espesa neblina cubría todo el horizonte.

—Este lugar da mala espina —dijo Sonic, ajustándose las zapatillas para comenzar a correr—. ¿Sabes dónde está la Esmeralda?

Tails asintió, mirando su dispositivo.

—Según los registros, el Templo del Vacío está justo al norte de aquí, pero... algo está interfiriendo con mis lecturas.

—Por supuesto que lo está —murmuró Sonic, notando que las nubes en el cielo se arremolinaban, como si algo más estuviera por aparecer—. Vamos, no podemos quedarnos esperando.

Ambos comenzaron a avanzar a toda velocidad, pero algo los seguía. A cada paso que daban, la neblina se volvía más densa, y extraños susurros parecían provenir del viento.

—¿Oíste eso? —preguntó Tails, deteniéndose en seco.

Sonic frunció el ceño, sus orejas captando el mismo sonido. Era como una voz lejana, pero no podía distinguir las palabras. De repente, un destello de luz roja cruzó el cielo, y un estruendo hizo que el suelo temblara.

—¡Cuidado! —gritó Sonic, empujando a Tails justo antes de que una figura se estrellara contra el suelo frente a ellos.

Cuando el polvo se asentó, vieron que era una versión alternativa de Metal Sonic, pero más grande, más letal, con mejoras tecnológicas que parecían provenir de una mente mucho más oscura.

—Intrusos detectados. La Esmeralda del Caos pertenece al Maestro del Vacío —dijo el Metal Sonic con una voz fría y mecánica. Sus ojos brillaban con un rojo intenso, y de sus manos emanaban chispas de energía oscura.

—¡Genial! Un Metal Sonic gigante... justo lo que necesitábamos —dijo Sonic con sarcasmo, poniéndose en posición de batalla.

—Sonic, esto no es cualquier Metal Sonic —advirtió Tails, observando el dron que volaba alrededor del robot—. Parece que fue modificado por la energía de esta dimensión. No será fácil.

—¿Desde cuándo algo es fácil para nosotros? —respondió Sonic, lanzándose hacia adelante.

Con una velocidad vertiginosa, Sonic intentó atacar por los flancos, pero el Metal Sonic del Vacío era más rápido de lo que parecía. Sus movimientos eran precisos, calculados, y cada vez que Sonic se acercaba, una ráfaga de energía oscura lo obligaba a retroceder.

—¡Tails! —gritó Sonic—. Necesito que encuentres una manera de desactivar a este tipo mientras yo lo distraigo.

Tails, con su agilidad característica, voló por encima del campo de batalla, tratando de identificar algún punto débil. Mientras tanto, Sonic esquivaba los ataques con habilidad, aunque cada golpe del robot hacía temblar el suelo.

—¡Por aquí, chatarra! —gritó Sonic, atrayendo la atención del robot mientras Tails analizaba su núcleo energético.

Después de unos minutos de intensos combates, Tails finalmente encontró una solución.

—¡Sonic! Necesito que lo lleves cerca de esas columnas de energía. Si puedo sobrecargar su sistema, podré desactivarlo temporalmente.

—¡Eso suena como un plan! —respondió Sonic, corriendo hacia las columnas mientras el Metal Sonic lo seguía de cerca.

En el último segundo, Sonic se desvió a un lado, y el Metal Sonic se estrelló contra una de las columnas. La energía comenzó a acumularse en su cuerpo metálico, y por un momento, el robot pareció desorientado.

—¡Ahora, Tails! —gritó Sonic.

Tails activó su dispositivo, enviando una señal a la columna que sobrecargó por completo al robot. En cuestión de segundos, el Metal Sonic del Vacío cayó al suelo, inmóvil.

—Eso fue más complicado de lo que esperaba —dijo Sonic, respirando con dificultad.

Tails aterrizó a su lado, con una sonrisa de alivio.

—Lo hicimos, pero tenemos que seguir adelante. La Esmeralda está cerca.

Con el camino despejado, Sonic y Tails continuaron su camino hacia el Templo del Vacío, sabiendo que cada paso los acercaba más a la verdad detrás de la grieta y a la batalla final que definiría el destino de todas las dimensiones.

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⏰ Last updated: Oct 06 ⏰

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