7.- Pasos

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Extrañaba no soñar nada.

Desde ese incidente que había pasado con Kairi, había estado soñando. Cosa que no hacía desde que tenía cuatro años... Recordaba que esa edad, pocas veces, tenía sueños lindos, divertidos, pero estos días eran... Extraños y daban miedo.

Prefería dormir y despertar, sin soñar absolutamente nada.

Se levanto de la cama mientras se sobaba la cabeza, el cerebro le dolía, como siempre.

Se puso la nueva ropa; consistía en una camiseta de manga larga gris y un pantalón negro, era simple y muy practico. Agarro su parche y se lo coloco en su ojo derecho.

Se sentó en la cama una vez termino. "Llegara en cualquier momento". Por primera vez en mucho tiempo deseo que Edgar no llegara, desde ese incidente no solo sus sueños se habían vuelto terribles, sino que también el científico se había estado comportando de manera fría y cortante. Era obvio que no actuaría bien después de que Oliver lo hiriera pero odiaba que lo tratara peor de como lo trataba normalmente. "No me arrepiento". Lo más extraño de todo: no sentía arrepentimiento, estaba completamente seguro de haber echo lo correcto.

La puerta se abrió.

-Buenos días, Oliver- saludo Tobías con una sonrisa.

-Buenos días- saludo algo extrañado por no ver a Edgar. Era un alivio, ya que justo no había querido verlo pero también era preocupante de cierta forma.

-Ah, Edgar no estará presente hoy- le contesto Tobías ante su confusión.

-¿Por qué?- pregunto más extrañado. «¿Por qué?», no recordaba la última vez que había preguntado eso.

-No me lo dijo- contesto mientras se quitaba los lentes y los limpiaba. Se los volvió a poner-. ¿Listo entonces?, ¿nos vamos?

En lugar de contestar o asentir, salió. De todos modos, ¿qué sería lo peor que podría pasar?.

Al salir escucho que dentro de la habitación de Kairi se escuchaban voces. Eran Kairi y Hana. Oliver había conocido a ésta última hacía unos días atrás. Siguió a Tobías por los pasillos.

•••

-Oh, ¿hacer entrenamiento? Espero no sea difícil.

-No te preocupes, no será nada que no sepas ya. Además, me encargare de que no te lastimes ¿si?- Hana le aseguro al tiempo que levantaba el pulgar.

-Esta bien. Será divertido- respondió Kairi de manera optimista.

Los días en su nuevo hogar no eran tan malos como había previsto, la habían dejado decorar su habitación y Hana estaba con ella todos los días. Claro que le hacían algunas pruebas (lo que incluía sacarle algo de sangre y cosas así) pero no era distinto a lo que ocurría en el anterior laboratorio, lo malo era que casi nunca veía a Oliver, corrección, lo veía, más no podía hablar con él, y menos cuando Edgar estaba, y eso era siempre. Quizá era justo el que el científico estuviera enojado con ella pero sus miradas eran tan espeluznantes que sentía que le daría un paro cardíaco al verlas, Oliver solo la miraba de soslayo y su cola hacía un pequeño movimiento, Kairi lo tomaba por un saludo pero quizá solo fuera un movimiento involuntario, como cuando a los gatos se les menea rápidamente cuando se enfurecen o la tienen arriba cuando están felices o se erizan al enojarse/espantarse. Pensaba que sería épico tener una.

-Entonces, ¿vamos?- pregunto Hana cuando termino de hacerle una trenza a Kairi, dejándole un pequeño mechón de pelo en la frente.

-Esta bien.

Child experiments [Niño de experimentos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora