El dia que enamore a mi idolo

Fragmentos de un amor roto

NARRA JOE
Estaba al lado de ella, observándola dormir, sintiendo un nudo en el estómago. Intenté llamar a Nick, pero no atendió en toda la noche. Me sentí frustrado, inquieto. Lo volví a intentar y, para mi sorpresa, no me atendió Nick, sino Priyanka. Me levanté rápidamente, sin querer que Sara me escuchara. Sentía que si no me alejaba un poco, perdería el control.
—Hola, cuñadito, ¿por qué no paraste de llamar en toda la noche? ¿Acaso no dejas a tu hermano estar con alguien en paz? —dijo Priyanka, con un tono burlón que me irritó profundamente.
Suspiré, ya al límite de mi paciencia.
—Pásame con Nick, Priyanka —respondí, más molesto de lo que quería mostrar.
—Nicky está durmiendo, tuvimos una noche larga. Te mando prueba, así no dices que miento —me dijo, y un sonido llegó a mi celular. Abrí la foto y era una imagen de Nick dormido. El nudo en mi estómago se hizo más grande.
—¿Ves? No miento —dijo, sin ningún remordimiento, y antes de que pudiera responder, cortó la llamada. Volví a la habitación, Sara ya estaba despierta.
—¿Pasó algo, Joe? —me preguntó, mirándome con esa expresión de inocencia que me partió el alma.
—No, nada cariño, ¿cómo estás? —respondí, pero mi voz sonó más dura de lo que pretendía. Había algo en mi interior que no podía callar, una mezcla de rabia y tristeza.
—Bien, mejor dentro de todo. ¿No vino Nick? —preguntó, y el peso de sus palabras me aplastó. ¿Cómo podía decirle que su novio, el hombre que tanto amaba, la había dejado sola para estar con Priyanka?
—No, lo llamé, pero no contesta —respondí, con una sonrisa tensa. No podía contarle todo lo que había sucedido con Priyanka. No era el momento.
—Debe pensar que es su culpa por no haber estado presente. Él estaba haciendo todo lo posible por salvar al bebé —dijo, con tristeza, y esas palabras me llegaron como un golpe directo. No era eso lo que pensaba Nick, no era eso lo que sentía. Pero no podía decírselo. Me sentí atrapado.
Mi celular volvió a sonar. Era Nick.
—Joe, ¿qué pasó? ¿Por qué me llamaste tantas veces? —dijo Nick, con voz adormilada, como si no tuviera la menor idea de la gravedad de la situación.
No pude soportarlo.
—Sos estúpido, ¿cómo vas a dejar a Sara sola? ¿No te das cuenta que ella está sufriendo? Siempre te vas con Priyanka, si tanto querés volver con ella, volvé, pero no lastimes más a Sara —dije con furia, escuchando el suspiro de Nick al otro lado de la llamada. El dolor en su voz no lograba calmar mi rabia.
—Quiero a Sara, Joe, pero pasaron muchas cosas con Priyanka. Es todo complicado. Sinceramente, no sé qué quiero. Le dije a Sara que estos días estuve buscando una solución, pero ya me había rendido. Ayer estuve todo el día con Priyanka. Con ella es todo tranquilo, pero con Sara todo es drama. Ya no sé si me importa tener otra oportunidad con ella —dijo Nick, con un tono de desesperación que solo aumentó mi frustración. ¿Cómo podía ser tan ciego?
—Estás fingiendo que no te importa. Te vas a acostar con Priyanka y la dejas sola mientras ella sufre. Perdió su bebé, y no es solo de ella, era tuyo también. Te conozco, Nick. Sé que esto te está matando por dentro, pero por ocultarlo la vas a terminar matando de dolor a ella. Y no lo merece —dije, con la voz quebrada. Ya no podía soportar que todo esto se desmoronara de esta manera.
—Voy para allá, pero necesito hablar solo con ella —respondió Nick, y antes de que pudiera decir algo más, colgó.
Sara entró a la habitación, mirando su celular.
—¿Era Nick? —preguntó, con un atisbo de esperanza en su voz.
—Sí, viene para acá —respondí, con la mirada fija en el suelo, incapaz de mirarla a los ojos.
—Sara, necesito hablar con vos —dije, de repente sintiendo una presión enorme sobre mis hombros. Sabía lo que tenía que decir, pero no sabía cómo.
—¿Qué pasa, Joe? —me miró con curiosidad, su voz suave, pero su mirada era un mar de dudas.
—Sé que amas a Nick... —comencé, pero ella me interrumpió antes de que pudiera continuar.
—Joe, no —dijo, con la voz temblorosa. Yo no la dejé continuar.
—Él no te merece, Sara. Sé que lo idealizas como el hombre perfecto, pero no lo es. Y no digo que yo lo sea, pero te amo y nunca dejé de amarte, a pesar de que lo elegiste a él —dije, mis palabras fluyendo sin filtro. El dolor de verla atrapada entre los dos me estaba destrozando.
Ella me miró, apenada, y su expresión me atravesó el alma.
—Joe, él también me ama. Que vos me ames no cambia lo que él siente por mí —dijo, pero su voz ya no tenía la misma convicción que antes. Y antes de que pudiera decir algo más, la puerta se abrió. Ahí estaba Nick.
—Amor, llegaste —dijo Sara, sonriéndole. Yo, sin poder más, me alejé sin una palabra, dejándolos a solas.
NARRA NICK
Al llegar a la habitación, escuché las palabras de Joe resonando en mi cabeza. ¿Cómo pude ser tan tonto? Él la ama tanto, y yo la lastimé. Al entrar, Sara me miró con una mezcla de dolor y amor, pero yo sabía que algo había cambiado en ella. Ella me ofreció un beso, pero yo lo esquivé. ¿Cómo podría besarla después de todo lo que había hecho?
Me senté junto a ella, sintiendo el peso de mi culpa.
—Sara, no vine porque estaba con Priyanka. Esta última semana la vi a ella. No investigué más sobre cómo salvar al bebé. Me rendí —dije, sintiendo una punzada en el corazón al ver cómo sus ojos se llenaban de lágrimas.
—¿Estuviste con ella? —me preguntó, sus ojos buscando alguna respuesta que no podía dar. Sus palabras fueron como dagas, y yo no pude evitar hundirme más.
—No lo puedo creer... ¿te acostaste con ella? En serio lo hiciste. —Intenté decir algo, pero ella no me dejó. Su dolor me atravesaba.
—Prometiste que no lo harías, me dijiste que ella no era más que la madre de tu hija, me dijiste que estaba loca, que me estaba haciendo escenarios en mi cabeza, y todo era verdad... me traicionaste —dijo, y su voz tembló. Mis manos comenzaron a sudar. No podía soportar verla así.
—Perdón, en serio, lo siento mucho. Sé que las palabras no bastan. Sé que te lastimé mucho. Quería ocultar mi dolor, pero no me di cuenta que te estaba lastimando a vos. Perdóname. Yo te quiero. No hay día en el que no te piense y no te quiera —dije, con la voz quebrada, mis lágrimas amenazando con caer.
—Nick, te amo, pero ya no voy a aguantar que me lastimes. No puedo perdonarte todavía. Capaz en algún momento pueda, pero ahora lo único que siento es que me destrozaste y que nunca te importó —dijo con angustia, y su dolor se reflejaba en su rostro.
—Sara, te pido una última oportunidad, no más que eso. Sé que no te merezco y que te lastimé, pero te prometo mejorar y amarte mejor —dije llorando, sin poder controlar la tristeza que me inundaba.
—Sabes algo, Nick, una parte de mí quiere intentarlo de vuelta, darte otra oportunidad, pero eso es lo que quiere mi corazón. Mi mente me dice que no sea idiota, que no caiga en tus encantos, y le voy a hacer caso. —dijo ella, con los ojos llorosos—. Andate, Nick, no te quiero ver.
El dolor en sus palabras me dejó sin aliento. No podía decir nada. ¿Qué podía decir? Ella tenía razón, y al final, todo lo que había hecho, todo el daño que había causado, ya no tenía vuelta atrás. Me fui, sin decir nada más, con el corazón roto en mil pedazos.