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¿Qué si había dormido?





Obvio que no.


Mi mente no dejaba de dar vueltas, y aunque intentaba relajarme, la emoción y los nervios me superaban. Ya conocía esa sensación, ese tipo de ansiedad que solo surge cuando algo grande está por suceder.




"Suuu, Harold me dijo que mañana va a juntarse con la banda y va a estar Sebastián"





Al leer ese mensaje, sentí como si todo mi cuerpo se encendiera de pura emoción. ¿Cómo explicarlo? Fue como... LA MEJOR NOTICIA QUE PODRÍA HABER RECIBIDO EN TODA MI VIDA.

Bueno. Suponiendo que ya sabia que lo iba a conocer aún asi me sentia tan nerviosa, tan emocionada. Nunca creí que iba a conocerlo tan rapido.

Corrí hacia el espejo, casi resbalándome en el proceso, y me vi reflejada con el pelo despeinado y los ojos ligeramente enrojecidos por la falta de sueño. No me importaba. "Die With a Smile"  resonaba a todo volumen en la bocina, inundando la habitación con su magia nostálgica y romántica. Sin dudarlo, tomé mi brillo favorito, ese de sabor a fresa que me encantaba, y comencé a aplicarlo en mis labios mientras tarareaba la canción. La melodía parecía llenar el cuarto con una especie de electricidad que me hacía sentir viva, lista para cualquier cosa.

Después de un par de pasadas de brillo, agarré mi rímel y lo apliqué con cuidado, separando cada pestaña con la precisión de alguien que ha practicado esto millas de veces. Mi voz seguía tarareando la canción sin siquiera pensarlo, era como si los latidos de mi corazón se hubieran sincronizado con el ritmo de la música. Me acerqué más al espejo para asegurarme de que cada pestaña estuviera perfectamente cubierta, y cuando quedé satisfecha, dejé el rímel en el tocador.

Me observé en el espejo, y mis ojos capturaron mi reflejo como si intentara guardar este momento en mi memoria para siempre. Tomé el cepillo y comencé a deslizarlo por mi cabello con movimientos lentos, sintiendo cómo cada pasado hacía que se sintiera más suave y liso. Cuando la canción finalmente terminó, me quedé mirando mi reflejo por un segundo más, sonriendo como si compartiera un secreto conmigo misma.

Justo entonces, "We Can't Be Friends" de Ariana Grande empezó a sonar, y aunque amo a Ariana, no pude evitar hacer una mueca y correr hacia la bocina para cambiar la canción. Había leído en algún lugar que la música que escuchas es lo que atraes hacia tu vida, y definitivamente esa canción no reflejaba en absoluto lo que quería para mí en este momento. Me faltaba bastante tiempo para identificarme con algo así,  ya que mi corazón estaba más lleno de sueños que de despedidas. Ya lo sabía.

Después de buscar rápidamente en la lista de reproducción, seleccioné "R.E.M" de Ariana Grande, una canción que siempre me hacía sonreír. La suave melodía y las letras que hablaban de fantasías y amores de ensueño eran exactamente lo que necesitaba para mantener mi ánimo en el cielo. Mientras la música llenaba el aire una vez más, me dejé llevar por la sensación de anticipación que palpitaba en mi pecho.

Hoy, finalmente, conocería a Sebastián. Y aunque me sentía un poco como una niña en vísperas de Navidad, esa emoción era lo que me hacía sentir más viva que nunca.

Justo cuando estaba terminando de arreglarme, escuché el sonido de mi teléfono vibrar sobre el tocador. Lo tomé rápidamente y vi la notificación del mensaje de Vom "Suuu, ya estoy afuera"

El corazón me dio un pequeño brinco, y sentí la adrenalina recorrer mi cuerpo. Me miré una última vez en el espejo, asegurándome de que todo estuviera perfecto. Tomé mi perfume favorito, uno con notas de vainilla y jazmín que siempre me daba ese toque extra de confianza, y me rocié un poco en el cuello y las muñecas.

We can't be friends || Sebastián Abarca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora