En la habitación de un hotel ella me bailaba en privado, realmente una delicia de mujer.
Sus ligueros y sus medias hacían que su sensualidad sea más dominante.No resistía tanta provocación, mi miembro estaba muy erecto, solo pensaba en subirle esa corta falda y hacerle sexo anal.
En un momento del baile la abracé de la cintura, subí su falda y le bajé la ropa interior, hundí mi rostro en la vagina de Lana, que delicia su aroma y su sabor, lami toda su miel, solo quería alimentarme de su esencia, de sus jugos eróticos.Lana gemia al sentír lengua penetrarla, que delicia de mujer repetía en mi mente, tan suave y tibia, tan erótica y jugosa, no paraba de beber de su vagina, de su orgasmo de su dulce pasión que me brindaba esa noche.