xxii. Reunion

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Ya era de noche y aún no regresaban. La luna cada vez brillaba más fuerte, iluminando la prisión lo suficiente como para no tropezarse al caminar.

Estaba sentada en mi cama, en mi celda, jugueteando con mis manos mientras que esperaba a que regresara mi familia. La prisión se sentía algo solitaria en la ausencia de tantas personas, personas que se habían vuelto esenciales en mi vida.

Carl, Beth y Laura estaban junto a Judith en el pabellón de al lado y Nick y Carol estaban conversando a unos metros de mi celda. Me hubiera unido a alguno de ellos, pero sinceramente en ese momento no tenía ganas de conversar. Los nervios me carcomían durante la espera. La paciencia nunca había sido una de mis virtudes y mucho menos cuando sabía que las vidas de mis seres queridos corrían peligro.

Axel, el prisionero que se había quedado con nosotros, estaba apartado en un rincón. Originalmente había intentado hacer conversación con Beth, pero al darse cuenta que la incomodaba se retractó. En parte me daba pena, no se le veía como mala persona. Simplemente parecía desesperado.

Escuché los pasos de Carl acercándose y me levanté para recibirlo. El ojiazul entró a mi celda.

—¿Que tal está Judith?—Pregunté.

—Hershel logró que se duerma. Beth y él están conversando en las escaleras—señaló con la cabeza—¿Que tal estás tú?

—Aguantando—sonreí—Solo quiero que regresen ya.

—Yo también...pero no sabemos si lo harán—Carl respondió, mirando al suelo—en este momento la única familia que tengo es Judith.

—¿Y yo?—le sonreí, bromeando.

—Es diferente. Tú no eres...ya sabes...no eres esa clase de familia, a ti te veo más como...—tartamudeó—olvídalo.

Nos quedamos callados unos segundos incómodamente. A Carl se le veía nervioso y yo no sabía como tomar el hecho que no me consideraba lo suficientemente cercana como para llamar familia. Supongo que yo tampoco, lo veía más como un mejor amigo, pero aún así dolía.

—¡No digo que no te quiera!—Carl dijo inmediatamente—Ósea no es que te quiera pero..em...a ti te quiero de...ya sabes. —Se ruborizó.

—Yo también te quiero, Carl. Y si van a regresar. Lo prometieron.

Carl frunzó el ceño—No porque quieras que algo pase significa que en verdad va a suceder, Ari. Las promesas se rompen fácilmente.

Sentí como si un carro acabara de impactarme y traerme devuelta a la realidad. No podía evitar sentirme algo estúpida ante las palabras de Carl.

Un dolor en mi pecho empezó a hacerse presente. Cerré los ojos y respiré hondo.
No podía molestarme con Carl. En parte tenía razón, por más que yo quisiera que esté equivocado. Debía dejar de ser tan ingenua.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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Heaven || Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora