Instrucciones Bajo Cero | Jarry | {Book 2} {Adaptación}

17. "Mamá"

Una madre:
1) Da consejos.
2) Encuentra las cosas antes que sus hijos lo hagan.
3) Los ayuda a estudiar.
4) Tiene el poder de curar cualquier enfermedad
5) Ama y cuida.

—Eres muy fea. —Le escupió Liam a Mía. —Tienes un pelito todo finito que se te va a caer enseguida y te vas a quedar calva a los quince años. En tu cara de muñeca te van a salir granitos como a una bruja. Y encima, dejas que tus padres te pongan esos vestidos de la década del sesenta que pareces salida de una película antigua.

—Pa… —Y tuve que ir a buscarla gritando mil insultos hacia mi amigo por hacerla llorar. —¡Papi! —Liam se rio más fuerte.

—¿Me quieres decir por qué siempre estás en mi casa? —Sus visitas se volvieron más frecuentes cuando se enteró que la menor le tenía miedo.

—Para divertirme. —Y buscó la carita de Mía para decirle fea, otra vez. Lo eché de la casa no sin antes golpearlo por maltratar a mi hija.

—Eres la más hermosa. —Caminé hacia mi habitación con mi hija agarrada como pulga a mi cuerpo. Me encantaba que me quiera tanto. —Deja de invitar a Liam, todos los días la hace llorar. —La voy a defender a capa y espada. Recosté a Mía en la cama grande, cerca de su madre que descansaba por una gripe.

—La chica se mal acostumbró contigo —Siempre la culpa la tiene el padre.

—Mentira. ¿A que te gusta que papi te de besitos? —Ella simplemente me acarició la cara para estirar su boca hacia la mía. —Te amo, te amo. —Era una nena que te daban ganas de apretujarla con todas las fuerzas.

—A mi también me gustan tus besos. —Y le hice señas de que mi hija se iba a poner celosa si le daba alguno ahora. Volví a levantarla en brazos para llevarla a su cuna y acariciar su carita hasta que cierre los ojitos.

“Hoy era uno de esos viernes en los que no tienes ganas de hacer ni la más mínima acción. Un viernes con frío y lluvia. Me levanté con la esperanza que era el último día de la semana. Desayuné pensando en los dos textos que tenía que leer para hoy del que solo hojeé uno. Salí con una chaqueta y un paraguas que se me rompió cuando llegué a la parada del tranvía. Tenía media hora de viaje. Corrí las calles que me quedaban para mojarme lo menos posible y pedí perdón por llegar tarde al profesor que ya estaba dando clases.

“hola como estas?” Busqué en mis contactos a Jade y lo envié. Ya me aburrí de escuchar al profesor hablando sobre los dos textos que no leí. “mal… ¿tú?” recibí la respuesta al minuto. Me encantaba que conteste tan rápido. “también mal. Un día feo. Estás con Perrie?” y le alcancé el corrector a Gaby, mi compañera. “No fui al cole. Tú donde estás?” sentí la mesa vibrar por el mensaje. Esta vez tardé un poco en contestarlo por escribir algo que el profesor puso en el pizarrón. Ni idea de lo que era. “En la uni… con ganas de irme!! Que raro tú faltando” “te dije que estoy mal!!!! Bueno, te dejo. Presta atención que después te preguntaré” Y sonreí. Me encantaba cuando me preguntaba sobre lo que veía en la universidad, ella quería saber cómo era estar ahí. “¿Eso implica que me vas a esperar en la cafetería con un cafecito?” “No voy a trabajar. Besos.” “te amo. ¿sabías?” “Basta!!”

—Ya la dejé dormidita… ¡Ey! ¿Qué pasa? —Y caminé por la cama para abrazarla. —No me llores más… —Todos los años, en la misma fecha. La misma historia.

“Golpeé tres veces la puerta de la casa de Jade. Si no estaba en el colegio ni en el trabajo, por conclusión, estaba en casa. Golpeé dos veces más, quise suponer que estaba recostada y nadie de su familia estaba allí como para abrirme.

—Hola. —La vi en pijama, con la cara roja y los ojos hinchados. —¿Has estado llorando? —Y me sorprendió que me abrace tan fuerte para caer en las lágrimas. La empujé hacia dentro para cerrar la puerta y me apoyé en el sillón para seguir rodeándole el cuerpo. —¿Te ha pegado tu padre? —Era lo único que se me ocurría. Negó. Levanté su cabeza para secarle la cara. —¿Qué pasa? Cuentamelo.

—La echo de menos…

—¿A quién? —Seguía sin entenderla.

—A mi madre.”

—No puedo…

—No llores , se que estaría orgullosa de todo lo que eres. ¿Te acuerdas de lo que hablamos? —Escuché un “sí” ahogado entre las almohadas.

“—Gracias… —Le dejé una taza de té en las manos. Ella estaba acostada en la cama por órdenes mías. —Hoy cumpliría treinta y ocho años. —Y buscó un pañuelo para limpiarse la nariz.

—¿Hace cuanto murió?

—Doce años. —Pensar que ella tenía diecisiete. —En realidad… yo digo que la echo de menos pero ni siquiera me acuerdo de su cara. No tengo ningún recuerdo. No sé si era buena, si era mala. Si me quería o no.

—Pero es lógico, amor. Eras muy pequeñita cuando pasó. —Tomó a penas un trago de té y lo dejó en su mesita de luz. Se tumbó y me agarró de la mano.

—A veces me pongo a pensar… en que tengo miedo de no ser buena madre. No tengo ningún ejemplo a seguir. A la novia de mi padre la conocí hace cuatro o cinco años…

—Ser madre se hace. Para mí es algo raro. Una mujer tiene un hijo y automáticamente es madre… supongo que el día que los tengas vas a saber que hacer. Y espero estar al lado tuyo, viéndote. —Por lo menos la hice reír.”

—Mira todo lo que pudiste hacer sola. —Criar cuatro hijos no es tarea fácil.

—No lo hice sola. Tú siempre estuviste. —Dejó un beso húmedo en mi cuello. Me sentí orgulloso de que me tenga en cuenta.

—¡Mamá! Necesito un consejo con Nicolás. —Interrumpía Hayley. Jade tuvo que borrar las lágrimas por una sonrisa, nunca se demostraba débil frente a sus hijos.

—¡Má! ¿Dónde están mis botines? —Entraba Bruno, en un par de horas tenía entrenamiento de futbol.

—¡Má! ¿Me ayudas con lo de matemáticas? —Preguntaba Martín. Como si necesitase ayuda, era el más inteligente de la familia.

—¡Mami! —Escuchamos el llanto de Mía desde la otra habitación. —¡Papi! —Ah, ya me parecía. A mi muñeca la cuido yo.

N/A: Holiwi , ¿cómo estáis?
Estoy adaptando una nueva novela llamada en una semana  también de Jarry , os invito a que la leais ;) además hay más sorpresitas.
Nos leemos en un ratito.
Selley xx.