Auto conversaciones

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"¡Rebecca!" -gritaron desde un rincón, "¿Eres yo?" Me preguntaron mis compañeras de pesadilla, respondí que sí, pero mis compañeras no dudaron ni un segundo en seguir haciendome la vida cada vez más miserable.
Terminada mi dosis de la seis comenzé a vagar por cada rincón de memorias, estaba situada en mi habitación y la realidad que lograba ver ella en ese momento eran sus primos, la miraban como un bicho raro; (lo sé, soy eso)
Comenzé a dar vueltas y chocar con paredes de mi habitación...recorría mi primer cigarrillo, desahogándome con el humo imaginario, pensando en cada momento de de mi absurdo sentido al respirar, también pase por las imagenes de mi primer amor, parecia un tsunami de lágrimas, puesto que fracasó. Cada minuto era una emoción diferente, un momento contrario, momentos en los que quisiera no poder respirar y undirme dentro de un lugar, con gente como yo. Loca. Luego pasé por las autolesiones, sentía como si mis brazos fuera un horno con un hermoso pastel, pero aquel pastel esta podrido por dentro y va aguantando hasta que...PUM...revienta en llamas el horno, volver a sentir como la sangre recorría la mayoría de mis extremidades era impresionante, ¿No Rebecca? Te doy toda la razón, nunca más quisiera volverlo a vivir en carne viva, lo vivo en mi mente y lo más seguro es que lo viva cuando descienda, descienda donde las almas lloran y pudren su alma que un día fue un maravilloso centro de paz se convertirá en maldad

Dulce TranstornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora