9 meses después...
Una melodía hace que me despierte y busco el celular para apagar la alarma.
Me levante de la cama y me dirigí al baño a hacer mis necesidades y a bañarme.
Al salir de la ducha me quede observando en el espejo. Ya solo hay cicatrices, nada de heridas recientes.
Al terminar de mirarme en el espejo, me dispuse a vestirme. Hoy era mi primer día en mi instituto nuevo, estaba nerviosa, no demasiado, pero aun asi nerviosa. Decidí ponerme unos jeans negros rasgados, una camiseta de tirantes negra, encima una camisa a cuadros, roja con negro y para finalizar, mis infaltables converse negras.
Cepillé un poco mi cabello y baje las escaleras a tomar algo de desayuno. Al llegar a la cocina estaba mi abuela con mi tía conversando.
-¡¡Buenos días a las dos mujeres más hermosas del mundo!!-Dije dirigiéndome al refrigerador.
-Buenos días princesa.-dijo mi abuela depositando un beso en mi cara.
-Hola y adiós, debo ir a la oficina.-dijo mi tía.
Bebí algo de juego y me despedí de mi abuela para salir a tomar el autobús para ir al instituto.
Al subir al autobús de inmediato conecte mis audífonos a mi móvil para escuchar música. Estaba sonando "Dive" de Ed Sheeran, como amo esa canción.
Al llegar a mi destino, detuve la música y me dispuse a caminar la cuadra que faltaba para llegar al instituto. Me pare en frente del y lo primero que se me vino a la mente fue:
"Wow es enorme".
Entre por sus enormes puertas y pude ver como todos me miraban extraño, me negué a bajar la mirada por ese acto. Con la cabeza arriba y una buena postura, logre al fin llegar a mi casillero N°159.
Deposite mis cuadernos y revise mi horario, el cual me lo dieron cuando me matricularon. Me toca ciencias, en el salón 309.
-¿Dónde mierda está el salón 309?-dije para mí misma en voz baja, pero creo que no fue lo suficientemente bajo.
-En el segundo piso de este edificio, al lado del armario del conserje.-me respondió una chica, un poco más alta que yo, con un traje de porrista y un cabello castaño liso envidiable.
-Mm... ¿Gracias?
-De nada, soy Amelia, puedes decirme Amy-dijo estirándome la mano para estrecharla.
-Val.-dije estrechando su mano, algo extrañada. Se me hace raro ver gente amigable, cuando en mi anterior instituto todos eran como la mierda
-Bien nos vemos luego Val, creo que seremos vecinas.-Dijo cerrando su casillero.
Saque el cuaderno de ciencias y cerré mi casillero. Me dirigí al salón de clases titubiando una canción de Ed. Al llegar a mi salón, me senté en el penúltimo banco, los cuales son para dos personas, yo me sente del lado de la ventana.
Una chica de cabello negro se sentó a mi lado. Era muy callada y en ningún momento me enseño su rostro, siempre lo tapo su cabello. Pasaron los minutos y llego el profesor. La clase paso rápido, me gusta ciencias, aunque me complica un poco. Estaba finalizando la clase y me dispuse a arreglar mis cosas para salir.
-Jóvenes, antes de que salgan, les asignare un trabajo el cual harán con su compañero de banco.-Alto, alto, alto. ¿Esta bromeando? No conozco a nadie, y mi compañera no da señales de ser amigable.-Este trabajo será evaluado con tres calificaciones y tienen un mes para entregarlo. El tema se los enviare por E-mail a cada pareja. Pueden salir.-Dijo el profesor un segundo antes de que tocaran la campana.
-Creo que trabajaremos juntas.-dijo la chica que estaba al lado mío en voz baja. Wow, si habla.
-Si...
-Mi nombre es Beatrice, me puedes decir Bea. ¿Y el tuyo?
-Val, ¿Cuando empezamos el trabajo?
-¿Qué tal mañana?, en mi casa-dijo la chica con una sonrisa. Cuando me miro pude divisar unos ojos azules con un toque de gris, eran hermosos. Sus rasgos me parecían familiares, trate de memorizar a quien, pero no pude recordar.
-Mmm... Bien. -dije y salí del salón hacia mi casillero. Al dejar mis cosas en el casillero y sacar las de mis clases siguientes, no sabía qué hacer, tenia 20 min de receso y estaba sola, no conocía a nadie. Decidí ir al patio a sentarme en unas bancas a escuchar música con mis preciados audífonos.
Al finalizar mi última clase, me dirigí a la salida para irme a casa.
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A penas puse un pie en mi casa, puede escuchar que mi abuela y mi tía ya estaban peleando, esto ya era rutina.
-¡YA ESTOY HARTA!, Todos los gasto que provoca esa mocosa, yo no tengo por qué hacerme cargo de ella.- dijo mi tía, quien podía ser muy buena conmigo, pero quien siempre se quejaba con mi abuela de que yo era un simple gasto en esta familia.
-¡No es su culpa Devora!, Emily la dejo a nuestro cargo, ella solo quería lo mejor para ella, ¿No lo recuerdas? Ustedes eran muy unidas de pequeñas, no entiendo porque dices estas cosas. Es tu sobrina, la hija de tu hermana, hija de la persona que más querías en el mundo. No entiendo como de día para otro cambiaste de opinión.
No quería seguir escuchando esto. En silencio, sin que se dieran cuenta de mi presencia, subí a mi habitación. Siempre era lo mismo, las mismas peleas, solo por mi puta existencia.
En ese momento con lágrimas en mis ojos, agarre una pequeña cuchilla, la tuve unos segundos en mis dedos, mientras miles de pensamientos pasaban por mi mente, pero decidí dejarla a un lado, no dejare que mis estúpidos impulsos me gobiernen de nuevo.