Capítulo 30.

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-Hola cariño-me dice Emilio al recibirme con un abrazo.

-Hola-digo abrazándole más fuerte.

Emilio es como un padre para mí, durante toda la vida ayudó a mi madre a criarme, me dio cariño, confianza y respeto desde que me conoció cuando tenía siete años. Entendí que ser padre no es cuestión de poner esperma, si no que va mucho más allá, ser padre es lo que es Emilio para mí. A pesar de no tener responsabilidad conmigo nunca dejó de criarme con la mayor pasión del mundo y con amor.

Nos sentamos en la mesa y Gala aparece corriendo para darme un abrazo.

-Hola amor-la digo.

-¡Te echaba de menos! Sé que nos vimos hace un día pero es demasiado-dice aún abrazada a mí.

-Y yo a ti-la digo.

Gala se sienta también y Emilio va a la cocina a coger la cena.

-¡Tus maravillosos macarrones con carne! Estaba deseando cenarlos-digo relamiéndome.

-Hay que mimar a la mayor de la casa-dice dejando la bandeja del horno en la mesa.

Me levanto para ayudarle a traer platos y vasos para cenar y Gala se encarga de las bebidas y el pan mientras Emilio sirve los platos.

-¡Me has puesto mucho!-le digo.

-Calla, aún estás creciendo y tienes que comer-me dice.

-Para ti siempre estoy creciendo.

-Siempre seréis mis pequeñas, nunca seréis lo suficientemente mayores para mí.

Emilio nos ama, nunca hace diferencias entre nosotras a pesar de yo no ser su hija biológica. Siempre que puede nos regala experiencias a las que vamos los tres juntos. Siempre hacemos planes juntos y nos encanta pasar tiempo en familia.

Cenamos los tres en la mesa mientras hablamos del trabajo y de cómo nos ha ido estos días que no nos hemos visto.

-Dile que te cuente con quien ha pasado estos días-le dice Gala a Emilio.

Emilio me mira sorprendido, como si de verdad no supiese nada y estuviera esperando una respuesta por mi parte.

-¿Con quién has estado?-me pregunta.

-Con Antoine...

-¿El chico de París? Pero si no teníais contacto ni os quedasteis con el número de teléfono, ¿cómo ha sido posible?

-Coincidencia, casualidad...No lo sé, nos encontramos en la cafetería el otro día y hemos pasado estos días juntos-le cuento resumidamente.

Emilio me mira con ilusión, como si él también estuviese contento de que nos hayamos vuelto a ver. Creo que Antoine se ha ganado el cariño de todos mis seres queridos y no me extraña.

-¡Me alegro hija! Esperemos que podáis volver a veros.

-En tres días me voy a París, me ha pagado los billetes-digo sonriendo.

-¿Vas a irte a París sola? ¡Natt quizás sea mejor que te quedes aquí! Me da miedo que te pase algo.

-Papá, tiene veinticuatro años, es lo suficientemente adulta como para saber lo que está bien o está mal-le responde Gala.

Una llamada entra en mi teléfono y veo que Antoine me está llamando. Pido perdón y me levanto corriendo a coger el teléfono.

-Es Antoine, desde que tienen sus números no paran de hablar por teléfono-dice Gala.

-Se han enamorado-responde Emilio.

Me alejo por el pasillo y cojo la llamada.

-¡Hola!

-Hola Natasha, ¿te pillo ocupada?

-No, puedo hablar, estaba sentada en el sofá-miento.

Sé que si le dijese la verdad no hablaríamos porque me colgaría inmediatamente para que estuviese con mi familia.

-¿Cómo ha ido el día?

-Bien, ¿y el suyo doctor Strange?

-Hacia tiempo que no venía tanta gente al parque, no he parado en todo el día, por eso no he podido casi hablar contigo-hace una pausa-Ya me voy a casa a descansar, estoy deseando.

-Normal...Debes estar cansado de tanto luchar por el bien-digo vacilando.

-De lo que estoy cansado es de tener que contar los días hasta el viernes-me dice para mi sorpresa.

Sonrío ante su comentario, me apoyo en la pared y miro al techo pensando en nuestro reencuentro.

-Ya no queda mucho, en tres días estaré en París revolucionando la ciudad-digo.

-No tengo ninguna duda de ello, voy a colgarte, mañana hablamos, descansa Natasha, buenas noches-me dice.

-Buenas noches Antoine.

Cuelgo la llamada y vuelvo al salón para ver cómo Emilio y Gala se burlan de mí haciendo que hablan por un teléfono imaginario y ponen voces de enamorados.

-Sois idiotas, lo sois de verdad-digo sentándome de nuevo en la mesa con ellos.

-Buenas noches Antoine-dice Emilio repitiendo mi frase con una voz dulce.

-¡Basta!-digo tirándole una servilleta.

-Mírala, parece otra, ya no está amargada, ahora sonríe y todo-le dice Gala a Emilio.

-Es verdad, quizás deberíamos llevarla al médico, está rara, está....

-Enamorada-termina Gala la frase de Emilio.

-No os soporto más, me voy a ir a mi casa porque no os soporto-les digo.

-Vale vale, lo sentimos, nos portaremos bien, pero quédate un rato más-dice Emilio haciendo pucheros.

-No me queda otra, no tengo escapatoria, sois mi familia...-digo lamentándome de broma.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora