23. Enfrentando el Pasado, Abrazando el Futuro

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Eileen, por su parte, había querido hablar con Sarah, pero su intención fue interrumpida cuando Harry y Hermione volvieron por la puerta casi de inmediato. Alguien más venía detrás de ellos: el hermano de Sarah. Llegó corriendo hacia ella, claramente preocupado. Aunque su reacción parecía exagerada, era evidente que no quería perder a su hermana bajo ninguna circunstancia.

—¡Sarah! —exclamó Lukas mientras la tomaba de ambas manos—. ¿Estás bien? ¡Por Merlín! Ayer no te encontraba y casi me da algo.

—Sí, sí... Estoy bien, pequeño —respondió Sarah, acariciando suavemente la parte posterior de la cabeza de su hermano. Fue entonces cuando notó que no llevaba vendas en los brazos, lo que dejaba al descubierto sus múltiples cicatrices, algunas de ellas nuevas. Su otro brazo estaba igual. Lukas se percató, pero decidió no mencionarlo en ese momento; en lugar de eso, abrazó el otro brazo de Sarah con fuerza. Aunque le dolía porque él lo frotaba contra su rostro, Sarah soportó el malestar, ya que sabía que su hermano sólo buscaba consuelo—. No había nada por lo que temer...

—Pero ya casi comienzan las vacaciones... —Lukas se sentó junto a la camilla de Sarah—. Y si papá te ve así, seguro te las va a hacer peor, y luego te va a golpear más...

Los presentes escuchaban atentamente cada palabra. Sarah, preocupada de que Lukas revelara demasiado, puso su mano sobre su boca para hacerlo callar. Los miró a los cuatro, que fingían no estar interesados, pero era evidente que estaban prestando atención. Sarah mantuvo su mirada fija en ellos por unos segundos, luego regresó su atención a Lukas, y todos retomaron la conversación.

—Puedo soportarlo, mientras no te haga nada a ti, yo estaré bien —Sarah le ofreció una sonrisa tranquilizadora.

—Pero no es justo... —Lukas comenzó a jugar con sus dedos, algo que siempre enternecía a Sarah—. No es justo que a ti sí te haga daño y a mí no... —Unas lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Lukas, y Sarah, con delicadeza, las limpió con ambas manos.

—No te preocupes... —dijo Sarah en un tono suave—. Es mejor que al menos uno de los dos esté bien. Así no tendrás problemas en el futuro.

—Hablas como mamá... —respondió Lukas, apenado—. Es una pena que esté...

Antes de que pudiera terminar la frase, Sarah le tapó la boca nuevamente, pero ya era demasiado tarde. Los otros cuatro supusieron lo que Lukas estaba por decir: "muerta". No se equivocaban. Se miraron entre sí, visiblemente preocupados. Sabían que debían hacer algo para ayudar a Sarah y a Lukas a pasar el menor tiempo posible en ese hogar. Eileen, que estaba devastada por la revelación, no pudo contenerse más y decidió intervenir.

—Entonces... es por eso que siempre llegas al colegio con tantas heridas... Ahora entiendo por qué no querías decírmelo. Pero déjame ayudarte, déjame ayudarles a ambos. No puedo quedarme de brazos cruzados después de saber lo que estás pasando...

—No hay mucho que puedas hacer... —respondió Sarah, observando a su hermano para asegurarse de que no se molestara con Eileen. Le lanzó una mirada asesina, pero no fue más allá de eso—. Ni aunque los cuatro lo intenten podrían cambiar las cosas...

—No hay nada que puedas hacer —respondió Lukas con un tono cortante.

—No le hables así, por favor... —le rogó Sarah, tratando de calmarlo.

—Déjalo, me lo merezco —intervino Eileen, forzando una leve sonrisa—. Creo que empezamos con el pie izquierdo. Eres Lukas, ¿cierto? Te ubico perfectamente...

—Muy bien, Stark —dijo Lukas con un aire de superioridad que hizo que Sarah sonriera. Cada vez que intentaba parecer imponente, le salía mal, y eso le resultaba adorable a su hermana—. Ya verás que me vas a ubicar bien, soy más importante que tú y lo hago todo mejor que tú —añadió Lukas con una sonrisa traviesa.

Our Safe Place | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora