Mí Estrella | First x Khaotung

Capítulo 1

Se dice que Dios creó al ser humano completo, con dos cabezas, dos pares de piernas y brazos. Sin embargo, decepcionado por sus acciones, dividió sus almas en dos partes, condenando a cada uno a caminar por la vida en busca de su otra mitad, su alma gemela.

First y Khaotung eran la prueba viviente de que este mito era verdad. Su amor resplandecía como un faro en la oscuridad, guiando a quienes los observaban a creer en el poder del destino. Eran dos almas entrelazadas que se complementaban perfectamente, superando todas las pruebas que la vida les había presentado. Su relación era un recordatorio claro de que, en algún rincón del universo, el amor verdadero aún existía, y ellos lo habían encontrado.

31 de agosto

Era un nuevo día, uno que prometía ser especial. First descansaba en el sofá de la sala de estar, revisando distraídamente su teléfono, hasta que una publicación en Instagram lo sorprendió, haciendo imposible que contuviera el grito de alegría que escapó de sus labios. El sonido rompió la quietud de la casa y resonó con una fuerza imposible de disimular. Rápidamente, llevó una mano a su boca, con el corazón acelerado, como si con ese gesto pudiera controlar la emoción que lo embargaba. Mientras que, Khaotung dormía plácidamente en la habitación contigua, ajeno al alboroto.

Volvió su atención a la pantalla, leyendo la noticia de la nominación de Khaotung a un prestigioso premio en Busan, y su corazón latió aún más rápido, llenándose de un orgullo desbordante con cada palabra que leía. La canción "Let's Try", compuesta por Khaotung, no solo había tocado el alma de quienes la escuchaban, sino también la de First, quien había presenciado cada momento de esfuerzo, cada desvelo y cada emoción que su novio había plasmado en cada nota, en cada palabra.

En un intento por calmarse, hundió el rostro en un almohadón del sofá, intentando ahogar la risa y el torrente de emociones que lo inundaban. No era solo una celebración; era una muestra de lo mucho que admiraba a Khaotung, de cuánto significaba verlo alcanzar sus sueños.

En un impulso, salió de su escondite y reposteó la noticia en sus stories, sus dedos temblando ligeramente de emoción. Su sonrisa, amplia y brillante, se negaba a desaparecer, reflejando lo que su corazón sentía: un amor inconmensurable, un orgullo tan grande que parecía abarcar todo su ser. Para First, el éxito de Khaotung era también el suyo, y en ese instante no había nada que lo hiciera más feliz. Su emoción lo inundaba, y el amor que sentía por Khaotung parecía una marea que lo arrastraba todo a su paso.

Sin poder contenerse, se dirigió rápidamente hacia la habitación que compartían. La casa estaba en completo silencio, como si el mundo exterior hubiera quedado suspendido en el tiempo, dejando solo la suave respiración de Khaotung llenando el espacio. First abrió la puerta con cuidado, entrando con pasos sigilosos, casi como si temiera romper la tranquilidad mágica que envolvía el cuarto.

La luz suave de la mañana se filtraba por las cortinas, proyectando sombras tenues sobre la cama. Khaotung dormía profundamente, su cabello desordenado apuntaba en todas direcciones. Los suaves contornos de su cuerpo se perfilaban bajo las sábanas, creando una imagen de paz absoluta. Había algo casi irreal en él en ese momento, como si fuera parte de una pintura delicada y sublime.

First se acercó a la cama, sintiendo que su corazón latía más fuerte con cada paso. Con movimientos cuidadosos, se infiltró entre las sábanas, acomodándose al lado de Khaotung, quedando lo suficientemente cerca como para sentir el calor que emanaba de su piel. Mientras lo observaba dormir, su pecho se llenó de una ternura abrumadora. Cada detalle del rostro de Khaotung parecía esculpido por los mismos dioses: sus pestañas largas, su nariz delicada, y la forma relajada en la que sus labios se curvaban en una pequeña sonrisa.

No había palabras suficientes para describir lo que Khaotung significaba para él. Era su complemento, la pieza que faltaba en un mundo caótico. First, sintiendo un impulso irrefrenable, se inclinó hacia él y depositó un beso suave en su frente. El tacto cálido de la piel de Khaotung le transmitió una ola de calma, como si en ese momento sus almas se conectaran de una manera aún más profunda.

Khaotung siguió durmiendo, pero una sonrisa leve apareció en sus labios, como si entre sueños pudiera sentirlo a su amado cerca, lo que hizo que el corazón de First diera un vuelco. Observando esa reacción, una sonrisa pícara se dibujó en el rostro de First. Decidió que era hora de despertarlo, y no de cualquier manera. Su voz suave y melodiosa llenó el cuarto, resonando como un susurro de amor:

—Hola, mi pequeña estrella. Despierta, hoy es un día especial.

Las palabras flotaron en el aire, cargadas de cariño. Khaotung permaneció inmóvil al principio, pero poco a poco, como si una llamada interna lo guiara, empezó a moverse. Sus ojos se entreabrieron, encontrándose con los de First, y en ese instante la confusión del sueño fue reemplazada por una chispa de alegría.

—¿Qué hora es? —murmuró Khaotung, su voz aún rasposa por el sueño.

—Es la hora de celebrar tu éxito —respondió First con una ternura que lo envolvía todo. —Estás nominado a un premio en Busan.

Los ojos de Khaotung se abrieron más al escuchar esas palabras, una sonrisa de incredulidad y felicidad se extendió por su rostro. First, viéndolo tan feliz, sintió que el mundo había dejado de girar por un segundo. Khaotung, aun asimilando la noticia, se inclinó hacia él y lo besó. Fue un beso dulce, cargado de emoción, de gratitud. First correspondió de inmediato, rodeándolo con sus brazos, atrayéndolo más hacia él, disfrutando del calor de su cuerpo.

Cuando sus labios se separaron, Khaotung aún sonreía, su felicidad era radiante.

—Gracias por estar siempre conmigo, First —susurró, su voz suave como la brisa matutina.

—Siempre estaré contigo, hasta el final de nuestros días —respondió First, volviendo a besarlo, como si ese simple gesto pudiera sellar la promesa que acababa de hacer.