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-𝙈𝙖𝙙𝙞𝙨𝙤𝙣 𝙇𝙤𝙬𝙚𝙡𝙡-
Murmuró un agradecimiento al conductor del taxi después de pagarle el viaje, bajando lentamente y cerrando la puerta tras ella, solo estudiando el enorme lugar frente a ella, riendo cuando vio el cielo gris sobre su cabeza y el suave olor a lluvia llegó a su nariz
Había extrañado tanto ese olor
Ajustó su chaqueta y se adentró al hospital, suspirando cuando se vio envuelta por una recepción familiar pero tan diferente al mismo tiempo, con una nueva pintura y un diseño un poco más actualizado, aun conservando parte de la vibra que la recibió por primera vez hace lo que se sentía toda una vida
Se adentró al elevador con un grupo de lo que supuso serían internos una vez recibió una placa de visitante, casi riendo por haber sido ignorada por ellos cuando, hace un par de años, todos se le habrían abalanzado con estrellas en los ojos y esperanza en sus voces, peleándose por su atención y unos minutos de su tiempo, apenas inmutándose en que ella era más de diez años menor y mucho más pequeña
Ahora ella podía solo recostarse contra una pared al fondo del elevador, pasando desapercibida entre ellos, casi riendo por saber apenas era unos años menor a ellos
Los internos bajaron entre sus animadas conversaciones, dejándola bajar con más calma en el piso principal, estudiando los tonos azules con toques rojos, deteniéndose en el escudo del hospital en el suelo
Había añorado tanto ese lugar, ese caos
—Disculpe—se acercó a una enfermera, supuso una nueva porque no recordaba su rostro, consiguiendo su suave tarareo mientras pausaba su trabajo—¿Sabe dónde se encuentra la doctora Meredith Grey?—quiso saber
—En este momento debe encontrarse en cirugía, aunque no creo tarde más que una hora—informó tras mirar el pizarrón de cirugías y mirar su reloj—Si gusta esperarla en la sala de allá, le informaré la busca—sonrió con amabilidad
—Muchas gracias—asintió correspondiendo su sonrisa, caminando hacia la sala de espera donde pasó horas haciendo tarea mientras esperaba alguien se desocupara para irse a casa, solo deteniéndose cuando reconoció una familiar cabellera pelirroja—¿April Kepner?—se le salió sin querer, consiguiendo la pelirroja, quien había estado mirando su teléfono, volviera a verla y frunciera las cejas en confusión
—Sé que crecí un poco, pero no creo haya cambiado tanto—resopló divertida—¿Te suena Madison Lowell?—arqueó las cejas
La vio fruncir las cejas un poco más, analizándola hasta que, tras unos segundos, sus ojos se abrieran de par en par, haciéndola reír por la sorpresa y luego el reconocimiento
—¿Maddie?—preguntó, asintiendo y haciendo su rostro resplandeciera—¡Maddie!—
No pudo evitar reír al sentirla lanzársele prácticamente encima, plantando los pies en el suelo para evitar caer, aceptando el efusivo abrazo de April, encontrando gracioso como, con los botines de tacón que estaba usando en comparación son los zapatos deportivos de la pelirroja, se encontraba unos centímetros por encima que ella
