Capítulo 33.

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El espectáculo de fuegos artificiales es precioso, algo que hay que ver obligatoriamente si vienes a Disney, pero verlo con Antoine agarrándome por la espalda es aún mejor. Durante toda la tarde ha estado muy cariñoso conmigo, algo que al principio me ha sorprendido pero que me ha encantado a partes iguales, por lo que yo también me he mostrado más cariñosa de lo normal.

Cuando terminó su turno nos comimos unas pizzas del parque, después aprovechamos a montar en varias atracciones y nos vinimos pronto a la zona del castillo para poder ver bien el espectáculo.

Los fuegos artificiales llenan el cielo y las películas se proyectan en el castillo reflejando así la magia que transmite este lugar.

-Es tan bonito...-digo.

-Hay cosas más bonitas en el mundo-dice Antoine.

-No conozco ninguna todavía.

-Yo sí.

-¿Cuál?

-Pues tú.

Me abraza aún más fuerte y yo sin poder decir ni una palabra apoyo mi cabeza en su pecho, dejándome llevar por este bonito y raro momento. Es la primera vez que me dice algo así, que se deja llevar por lo que piensa o siente en realidad y aunque no haya sido gran cosa, esto para mí ya es más de lo que podría imaginar de Antoine este fin de semana.

No vine a París con expectativas de salir comprometida con él ni mucho menos, ni siquiera estaba en mis pensamientos estar tan cerca el uno del otro o compartir un momento romántico, pero para mi sorpresa parece que acabo de ver un avance entre nosotros y eso me gusta, pero me sigue causando miedo que por algo así mis sentimientos se disparen.

-No quiero que llegue el momento de que vuelvas a subirte en el avión, quizás podrías quedarte un par de días más-me dice mientras caminamos de vuelta al coche.

-Sabes que no puedo quedarme, tengo que trabajar...

-Si, claro, lo sé, era un comentario absurdo no me lo tengas en cuenta-dice abriendo el coche.

Montamos en el coche y volvemos a casa. En cuanto entro por la puerta me doy una ducha para entrar en calor, el frío en París en insoportable y necesito ponerme el pijama para estar más caliente por lo que no tardo en salir y reencontrarme con Antoine en el sofá que espera su turno para la ducha.

-Haré algo de cena mientras te duchas-le digo.

-De acuerdo, aunque no me gusta que tengas que hacer nada, eres la invitada.

-Dúchate, cállate y deja de decir tonterías, gracias-le digo mientras le tiro un trapo de la cocina.

¿Por qué tiene que ser tan amable? Si fuese un arisco, prepotente y borde todo sería más fácil, eso me haría odiarle y no tener que echarle de menos a partir de mañana. Quién sabe cuándo volveremos a vernos una vez termine este fin de semana.

Preparo un arroz con verduras y pollo, lo sirvo en la mesa y cuando Antoine sale del baño se sienta corriendo a cenar.

-Esto está buenísimo-me dice-Todo se te da de maravilla Natasha.

-Gracias-le digo sonriendo avergonzada.

Todavía no me acostumbro a oírle decirme cumplidos y tampoco estoy acostumbrada a recibirlos por parte de nadie que no sea Hugo o Gala.

-No terminaste de contarme la historia de tu padre-me dice.

-Cierto...

-¿Quieres hacerlo?

-Le odiaba, a veces hasta deseaba que muriese para que yo por fin pudiese ser libre, pase tanto tiempo odiándole antes de enterarme que estaba enfermo...-hago una pausa-Nunca tuvimos una relación buena, nos tolerábamos simplemente. Cuando me enteré que había enfermado me invadió la culpa y prometí que me quedaría a cuidarlo, pero cuando todo se complicó y mi vida empezó a convertirse en pasar las veinticuatro horas del día al lado de su cama te prometo que solo pensaba en que terminase rápido. Sé que soy una persona horrible por ello y a día de hoy me culpo por su muerte, pero no era la vida que yo quería...

-Eres libre de decir eso, no te merecías esa vida, nadie se la merece si no es por una persona que de verdad quiere, si tu relación con tu padre no era buena no tenías porque hacerlo...

-¿Tú tienes buena relación con tus padres?

Espero una respuesta pero no la obtengo, Antoine continúa comiendo el arroz y ni siquiera me mira, como si estuviese ignorando mi pregunta. Imagino que no quiere hablar de ello por lo que no vuelvo a preguntar nada y me limito a comer.

-¿Vas a contarme algo más?

-¿Qué quieres saber?-le pregunto sonriendo para calmar la situación.

-Nada más, voy a dormir, que descanses-dice cogiendo su plato y dejándome sola en el salón.

¿Que acaba de pasar? ¿Qué ha sido todo este numerito? No entiendo nada. Siento la necesidad de correr tras él y preguntarle qué es lo que le pasa, pero no lo haré, ni siquiera dormiré esta noche en su cama, buscaré alguna manta y dormiré en el sofá.

"Vaya idiota" Pienso.

Intento entender su comportamiento mientras doy vueltas en el sofá intentando dormir, pero no lo consigo. Si le ha molestado mi pregunta podría habérmelo dicho de otra forma, pero ha decidido dejarme cenando sola e irse a la cama sin dar ninguna explicación.

Mi maravilloso fin de semana acaba de irse al garete.

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