Capítulo 34.

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-¿Por qué has dormido en el sofá?

La voz de Antoine me despierta y del susto casi me caigo del sofá donde he pasado casi toda la noche sin poder dormir.

-No quería molestarte.

-Tú no me molestas Natasha.

-Anoche parecía lo contrario-digo levantándome para ir a la cocina a por café.

-Perdona, ¿vale? No quería haber actuado así, es solo que...

-¿Qué?-le pregunto intentado que consiga decirme algo por primera vez.

-Nada, no tiene importancia.

-Pues yo creo que si la tiene cuando anoche te fuiste a la cama enfadado-digo cogiendo la taza de café.

-Natasha, es mejor así, créeme.

-Bien, vale, haz lo que quieras, cuéntame o no me cuentes nada sobre ti, haz lo que quieras, yo no soy nadie para decirte qué hacer.

-Te lo contaré, dame tiempo.

-Mi vuelo sale en unas diez horas-digo refiriéndome al tiempo que tiene para contármelo.

Quiero que me lo cuente porque quiero que confíe en mí, quiero de verdad que sienta que conmigo puede estar bien y a salvo, quiero que sepa que sus secretos no van a salir de mi boca y que yo no usaría jamás información suya en su contra.

Me quedo en la cocina y Antoine se va. Oigo que camina por el salón hasta que oigo como se sienta en el sofá. No quiero ir, no pienso ser yo quien vaya detrás, así que esperaré aquí hasta que me vuelva.

En mitad del silencio oigo como Antoine comienza a cantar una de las canciones más bonitas que he escuchado en mi vida.

"Car's Outside de James Arthur"

Antoine tiene una voz preciosa, me sorprende también que sepa cantar, aunque imagino que en Disney les exigen también saber cantar por el tema de los espectáculos y las cabalgatas.

La canción narra una historia de amor que está llena de viajes y compromisos fuera de la ciudad, por lo que siempre se están distanciando y amándose a distancia.

¿Será esa su forma de pedirme perdón? ¿Estará cantando esa canción para mí? Quizás me estoy haciendo unas ilusiones que no debería, pero en esta vida he aprendido que hay que arriesgar para ganar y estoy cansada de estar esperando a que la vida me de todo sin yo hacer nada por conseguir lo que quiero.

Camino decidida hasta el salón y me apoyo en la pared, justo delante suya, deja de cantar y me mira.

-¿También sabes cantar? Otra cosa que no sabía de ti, aunque no me sorprende-digo enfadada todavía.

-¿Eso es todo lo que vas a decir?-dice levantándose del sofá y acercándose a mí.

-¿Eso es lo que quieres escuchar?-digo aún apoyada en la pared.

-No, podrías decirme al menos que te ha gustado ya que la cantaba para ti.

-¡Basta! Para de hacer lo que se supone que estés haciendo, deja de comportarte como un capullo anoche y decirme ahora que me estás dedicando una canción, para ya por favor-le digo.

-¿Y si no lo hago?

-¿Estás retándome?-digo acercándome a él.

Sin darme cuenta estamos literalmente a menos de dos centímetros, nuestras respiraciones se juntan y noto como se acelera su pulso al sentirme tan cerca. Nuestras manos se buscan rozándose como si necesitasen la una de la otra. Ambos nos miramos sin pestañear.

-¿Vas a besarme?-me pregunta.

-¿Qué?-pregunto yo extrañada sin apartarme de él.

-Si no lo haces, lo haré yo-me dice.

-No voy a besarte.

-De acuerdo.

Por fin, después de tanto tiempo esperando este momento, sus labios se juntan con los míos y nuestras lenguas juegan a explorarse la una a la otra, como si llevasen toda la vida esperando este momento. Antoine acaricia mi espalda y yo cojo su cuello con furia por mi enfado y con pasión por llevar demasiado tiempo esperando este momento.

He besado a varios chicos a lo largo de mi vida, pero nunca había sentido esto antes, la necesidad de tenerle se hace cada vez más fuerte, las ganas de no soltarle y de que este momento dure para siempre se apoderan de mí.

El beso termina y nos miramos. Antoine me sonríe y me acaricia el labio inferior con sus dedos.

-Eres tan increíble Natasha.

No sé qué decirle, tampoco sé qué significa este beso, no sé qué va a pasar después de esto y no sé cómo va a ser nuestra relación a partir de ahora.

-Esto no puede volver a pasar-dice apoyando su frente en la mía.

-Lo sé-respondo.

Ambos sabemos que lo nuestro es imposible, ambos sabemos que no funcionaría y que no hay ninguna solución, nuestro amor es imposible y cuanto antes lo asumamos, antes terminará algo que ni siquiera ha empezado.

-No es por ti, pero esto no puede repetirse, no sería correcto, no ahora...-hace una pausa y mira al techo-No conmigo, no puedes estar conmigo, no quiero estar contigo.

Acaba de decirme que no quiere estar conmigo después de haberme besado, acaba de ser capaz de decirme a la cara que no quiere estar conmigo y que ya no es que no podamos estar juntos, es que ni siquiera quiere intentarlo. Solo soy un beso para él, seguro que uno de más de todos los que ha dado en su vida.

-¿Me besas y ahora me dices esto?

-Créeme, lo hago por ti-me dice alejándose de mí.

-¡A la mierda! Deja de mentirme ya por favor, se sincero por una vez y dime qué es lo que pasa.

-No puedo Natasha, no puedo, tienes derecho a enfadarte y a no querer saber nada de mí, pero no puedo contártelo.

-¿Prefieres perderme a tener que contarme tu vida o lo que sea que me estés ocultando?

-Si decides quedarte, quizás en algún momento pudiese, pero ahora no puedo-me dice.

-No quiero escuchar más esa maldita frase. ¿Quieres que me quede? Dímelo, pero no me marees más por favor.

No responde y yo ya me he cansado de su juego por lo que voy a la habitación a preparar mis cosas para el aeropuerto.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora