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Sergio desde hace un mes se mudó a Europa, dejando atrás una parte de su pasado queriendo iniciar una nueva etapa y de ser posible iniciar desde cero.

Había empezado a trabajar como fotógrafo en el Reino Unido, específicamente en una empresa llamada Red Bull, donde no tenía idea de qué iba hasta que fue a la entrevista de trabajo.

Quien sería su jefe, Christian Horner, le comenzó a explicar la dinámica que tendría, en la temporada de descanso de las carreras, los pilotos tenían que hacer ciertos proyectos como patrocinio, por lo cual requerían de un fotógrafo profesional para la publicidad. Sergio estuvo encantado, conocer un nuevo mundo le vendría bien.

Después del día de la entrevista, el señor Horner le pidió presentarse a cierto horario, no queriendo meterse a sitios equivocados, se quedó fuera del ancho edificio en una pequeña jardinera. Llevaba su cámara y queriendo tenerla preparada y ajustada, le quitó la tapa al lente y apuntó hacia cualquier lugar. Enfocaba el lente mientras sus ojos veían la pantalla de la cámara para ajustar y fue de repente que una figura se hizo presente y por inercia tomó la fotografía.

Alzó la mirada y se encontró con un muchacho rubio, ojos preciosamente azules y el cabello ligeramente alborotado.

—Lo siento, me interpuse en tu fotografía —Rió apenado cubriendo su boca.

Sergio se quedó un poco estático, parpadeó un par de veces y comenzó a negar lento.

—Tranquilo, no es nada, solo ajustaba mi lente.

—Ah, ¿eres el nuevo fotógrafo?

—Si, Sergio, mucho gusto —Extendió su mano para saludar.

—Max, Max Verstappen —Correspondió el saludo.

Chocaron sus manos en un cordial saludo y, los ojos marrones de Sergio no podían dejar de ver los oceánicos de ese chico. Poco a poco se soltaron. Dirían que no fue un momento incómodo, sino más como una clase de conexión silenciosa que ninguno de los dos podía explicar.

...
En cuanto Sergio ya había sido recibido por Christian, este lo presentó con el resto del personal y por supuesto ante los pilotos, de los cuales uno de ellos era ese rubio que había visto antes. Debió suponerlo, llevaba una camisa del equipo, tenía que ser obvio.

—Este otro muchacho es Daniel Ricciardo —mencionaba el jefe Horner—, él junto con Max serán a quienes estarás fotografiando para la publicidad que te comenté ayer.

Sergio asintió y saludó al otro piloto quien respondió con una amplia sonrisa, brindándole también una bienvenida.

...
Se encontraban ahora en un set donde Sergio se encargaría de acomodarlos de acuerdo a lo que el señor Horner necesitaba, debían mostrar ciertos productos de la empresa como ropa, accesorios y la bebida misma.

Menos mal no tenía problemas en que se quedaran quietos cuando era necesario o que obedecieran ante sus peticiones. Todo con el fin de hacer un buen trabajo e impresionar al jefe.

Su atención solía desviarse hasta ese hombre rubio quien, en ciertos momentos notaba que también lo observaba a él. Era como si Sergio también hubiera robado su atención.

Tras una larga sesión y mostrarle las fotografías al principal interesado, fueron aceptadas y listas para ser usadas y editadas, trabajo de edición que Sergio también se comprometió a realizar.

Recogía todo su equipo de trabajo una vez los pilotos de fueron, guardaba su cámara y escuchó como unos pasos se acercaban a donde estaba. Al alzar su vista se dio cuenta de que era Max. No pudo evitar sentirse nervioso.

Ojos de Amor [Chestappen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora