Stu levanto la lona listo para encargarse de lo que estuviera debajo de la misma, o al menos eso creía puesto que lo que vio hizo que se le helara la sangre, aunque eso fuera imposible.
Esperaba encontrar ratas gigantes, algún tipo de mutante causado por la radiación de las gemas, o incluso una botarga, pero en su lugar había dos niñas con aspecto simplemente deplorable.
Una de ellas no parecía llegar ni a los 12 años mientras que la otra era prácticamente un bebe, su cabello de color claro estaba enmarañado y se veía seco y quebradizo, su piel era pálida con aspecto simplemente enfermo, su ropa sucia y gastada, y aunque no podría decirlo por su falta de sentido del olfato era muy probable que su aroma no fuera el más agradable.
La mayor tenía una herida sangrante en un lado de la cabeza posiblemente por la caída del estante, mientras que la mas pequeña respiraba con dificultad y se veía extremadamente delgada.
Stu las miro fijamente, no fue difícil adivinar quien se había estado comiendo el inventario de la bodega después de ver las manchas de comida en la ropa de las pequeñas, supuso que lo mejor seria esperar a que se regeneraran y luego llevarlas con la seguridad del parque para que se encarguen de ellas y dar por zanjado el asunto, aun tenia que terminar de limpiar el almacén de cualquier forma.
Mientras empezaba a buscar una escoba o algo para limpiar vio como la niña mayor se ponía cada vez más pálida mientras la sangre seguía brotando de la herida de su cabeza, en ese momento los circuitos de Stu finalmente hicieron sinapsis y se dio cuenta de que la niña no se estaba regenerando como todos los demás que había conocido desde el día del incidente, eso solo podía significar una cosa: esas niñas no estaban infectadas por la radiación de las gemas.
"Ok Stu, solo mantén la calma" se dijo a si mismo el ex robot acróbata mientras sufría un pequeño ataque de pánico, y como culparlo tenia frente a el a dos niñas en mal estado y una de ellas ¡se estaba desangrando!
Ver como la sangre fluía fuera del cuerpo de la niña y este se ponía cada vez más pálido, solo le podía recordar cuando vio a Fred morir frente a su ojo.
"m-m-muy bien Stu, ti-ti-tienes que hacer algo... PERO HACER QUE!" grito mentalmente era un robot que sabía el de anatomía humana, aparte a todos los humanos que conocía desde que tomo conciencia no les importaba siquiera que los aplastaran con un martillo de más de200 kilos, pero una cosa era segura si se quedaba en el almacén entrando en pánico, esa niña no vería la luz del siguiente día.
Tomo con cuidado a ambas niñas en sus brazos, no era la primera vez que hacia eso, ya en ocasiones anteriores había cargado a uno que otro fan, que se lo pedía.
Pero ese caso y el de estas niñas eran como la noche y el día, esos niños solían estar sonriendo y algunos de ellos estaban hasta algo gorditos, pero estas niñas eran muy ligeras y no había sonrisas en sus caras solo dolor y miedo.
Stu empezó a rodar con las niñas en brazos rumbo a la tienda de regalos, él no tenía ni idea de que hacer, pero seguro que sus compañeros de trabajo sabrían como encargarse, aunque parecía que la suerte no estaba de su lado puesto que en la puerta de la tienda estaba colgado un letrero con la frase, "salimos temprano, vuelva cuando nos importe".
Ese definitivamente había sido el chico emo, siempre se largaba a su casa cuando su compañera salía corriendo detrás de alguna persona que se cruzaba por la tienda y su jefe no se encontraba cerca tampoco.
Empezó otra vez a entrar en pánico otra vez, tenia que pensar algo y rápido.
La casa de Poco: estaba muy lejos, la casa de Buzz: No, dijo que estaría fuera buscando algo cerca de los estudios de cine del parque; realmente tenia que ampliar su circulo de amigos, pero este no era el momento, la única opción que le quedaba era su propia casa, la cual no estaba en lo que se diga las mejores condiciones, pero el tiempo corría.
Salió disparado como un volido hacia el destartalado edificio al que llamaba hogar mientras llevaba a ambas niñas en brazos, era difícil mantener la velocidad sin dejarlas caer puesto que él era el único que las estaba sujetando, y para hacer las cosas mas difíciles, la mas pequeña se movía tratando como tratando de acomodarse, era asombroso que aun siguiera dormida, mientras que la mayor sufría algún espasmo por le dolor de vez en cuando. El solo ver dichos movimientos hacían que el robótico corazón de Stu diera un vuelco tras otro, sentimiento al que no estaba acostumbrado y que tampoco comprendía muy bien.
Finalmente llego a su casa y casi derriba la puerta, menos mal que nunca le ponía seguro, que podrían siquiera robarle después de todo, en eso momento se dio cuenta de algo "¿Y AHORA QUE?".
Estaba tan concentrado en llegar a casa que no pensó en que hacer a continuación, así que primero lo primero, buscar un lugar donde poner a las niñas.
El único lugar que se le ocurrió fue el viejo sofá de la sala de descanso donde su antiguo equipo solía relajarse antes o después del trabajo, el mueble había visto días mejores y no lo había limpiado desde el incidente, no había tenido razón para hacerlo, pero tendría que servir.
Stu coloco a ambas niñas en el sofá y vio como la menor se acurrucaba aun dormida junto a un viejo cojín, mientras que la mayor aun sangraba de la herida en la cabeza, "ahora que hago, ahora que hago, ahora que hago" repetía sin parar en su cabeza, de forma casi desesperada empezó a buscar en sus memorias, estaba seguro que alguna vez alguno de sus antiguos "amigos" se había lastimado de manera similar y él lo había presenciado.
Tuvo suerte de encontrar un archivo en su memoria con un caso parecido, pero ahora tenia que actuar en consecuencia, se dirigió al botiquín del baño que de milagro aún estaba intacto, tomo las gasas que se encontraban en su interior y presiono suavemente la herida de la cabeza de la niña hasta que finalmente dejo de sangrar.
Soltó el equivalente a un suspiro de alivio, pero, las cosas aun no terminaban, recordó lo fría que se sentía al tacto la mayor durante todo el viaje, después de perder tanta sangre era normal, debía de hacer que entrara en calor y pronto.
Empezó a buscar por todo el edifico una manta o algo parecido, hasta que finalmente dio con algo que podía servir, los viejos uniformes de repuesto de su antiguo equipo, no eran una precisamente una manta, pero serviría, corto un par de ellos a lo largo hasta conseguir que pareciera lo mas parecido posible a una manta y cubrió con ella a la niña mayor y ya que estaba en eso también a la más pequeña.
Finalmente pudo ver como la respiración de ambas niñas se volvía mas regular lo cual esperaba fuera una buena señal.
Volvió a soltar un "suspiro de alivio" hasta que su robótico cerebro volvió a hacer sinapsis ese día.
Tenía a dos niñas no infectadas, con mala higiene y seguramente mal alimentadas, ¡con una de ellas con una herida en su cabeza!
Pero en que lio se había metido, Stu sufrió otro ataque de pánico más, cuentas iban ya 3,4 había perdido la cuenta, lo mejor que podía hacer era buscar ayuda mientras las niñas dormían.
Salió de su casa y cerro la puerta de su casa con seguro, solo esperaba que las niñas no despertaran antes de que consiguiera ayuda o de lo contrario, estaba seguro que estarían asustadas.
Ese día la suerte, no estaba de su lado.
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Hey como estan, sigo con vida, si definitivamente este no ha sido mi año y me disculpo por a ver pasado mas de un mes si actualizar, y no se si el capitulo cumpla con sus espectativas (espero que si) espero lo disfruten, y nos vemos el proximo mes (esperemos que antes) con la siguiente parte.
nos leemos luego
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DOS NIÑAS Y UN ROBOT
Losowecomo fue que un robot echo para estrellarse, se volvió el padre de dos niñas? es algo que hasta ahora pocos saben, quedense para averiguar las desventuras de nuestro trio de temerarios favoritos. no se escribir resumenes