Último intento.

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-- ¡¡JEONGIN APURATE! ¡NO PIENSO LLEGAR TARDE DE NUEVO POR TU CULPA!! -- gritó a su esposo, mirando el reloj en su muñeca, esperándolo en la parte de abajo de las escaleras.

-- ¡Ya voy! Deja de gritar como un loco -- bajando a toda prisa.

-- Estoy cansado de que siempre lleguemos tarde a todas partes gracias a ti -- dándose la vuelta listo para irse.

-- ¿Así es como piensas "salvar" nuestro matrimonio? ¿Con esas palabras tan golpeadas? De nada sirve la terapia si no pones en práctica lo que en ella aprendes. -- deteniéndose a dos escalones de terminar de bajar.

-- No tengo tiempo para estas estupideces. Ya termina y vamonos, o ¿prefieres no ir? -- volviendo a mirar su reloj.

-- Es mejor que vayas tú solo Hyunjin -- enojado, volviendo a subir -- No vas a cambiar, hubieras firmado los papeles de divorcio cuando te los dí -- dijo desde arriba.

-- ¡Vuelve a enviarlos! ¡Tal vez esta vez sí te los firme! -- volvió a gritar desde la puerta de salida, cerrandola de golpe al salir.

Casarse joven parecía una buena idea al principio, cuando los dos pensaban que el amor era suficiente para hacer funcionar algo más que un noviazgo.
Jeongin no podía negar los buenos momentos que habían pasado juntos los dos, hasta hace unos meses atrás, cuando de pronto el trabajo se volvió más importante para su esposo que su relación.

Tenían carreras complicadas, Hyunjin como detective, siempre teniendo que salir de casa incluso por días para encontrar personas desconocidas, cuando la que debía ser más importante la tenía olvidada.

Jeongin, un recién graduado terapeuta, joven, guapo, inteligente que pensó que podría lograrlo todo con Hyunjin a su lado. Llevaba trabajando a penas unos seis meses en un hospital psiquiátrico para niños y adolescentes en el que daba lo mejor de sí, siendo el preferido de los más pequeños. Amaba lo que hacía pero a diferencia de Hyunjin, para él no había nada más importante que su matrimonio.

Separar sus carreras de la relación que tenían se había vuelto el mayor problema últimamente, discutían por todo y por nada, haciendo que la convivencia se volviera pesada. Jeongin había tomado la decisión de separarse de su esposo pero él le pidió que fueran a terapia para darle una segunda oportunidad a su matrimonio, pues si de algo estaban seguros es que aún se amaban mucho, solo necesitaban encontrar algo de balance.

Las cosas parecían funcionar hasta que Hyunjin aceptó este nuevo caso que le quita mucho tiempo. Lograr el éxito en ese asunto se ha vuelto obsesivo para él.
Jeongin trataba de entenderlo pero la forma en la que lo trataba su pareja lo lastimaba a veces, lo que hacía que el más joven quisiera ponerle fin a eso antes de que terminaran haciéndose más daño.

No pensando mucho en lo que pasaría cuando el otro llegara, sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón e hizo una llamada, pensando que alejarse un poco de Hyunjin sería tal vez algo bueno para ambos.

-- ¿Jeongin? ¿Qué pasa? -- si era sincero, la llamada le tomaba por sorpresa.

-- Hola Chris, se que ha pasado un tiempo -- intentando disculparse por no haberse comunicado antes.

-- No te preocupes por eso, solo dime ¿está todo bien? -- su voz se escuchaba como cuando tienes un resfriado.

-- Lo estoy, tú ¿cómo estás? ¿Estás enfermo?

-- No, no te preocupes, estoy bien. Debe ser alergia, sabes que siempre he tenido problemas con eso -- intentando desviar la conversación.

-- Mmm, bueno -- suspiró -- Quiero pedirte algo pero no se como hacerlo.

Pequeño Mago《MINSUNG》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora