"Maestro de los Muertos contra el destino: Brynden (297 AC)"
El viento arrastraba el frío del más allá del Muro, recorriendo la extensión infinita del Bosque Encantado. Cada paso de la Muñeca resonaba como un eco metálico y hueco por la soledad y el silencio, golpeando contra la nieve endurecida y el hielo cuando cruzaba los charcos. Caminaba solemne, mientras la sombra de un cuervo se cernía sobre ella, deslizándose a través del aire con elegancia y sin perder de vista su objetivo.
Dead Master sabía que "los otros" la observaban en su retirada, escondidos en la oscuridad del bosque, esperando una razón para abalanzarse sobre los vivos como lo hicieron recién, pero no contra ella, ellos la temían, igual que a otras muñecas, pero ella los ignoraba con la misma frialdad con la que caminaba entre la vida y la muerte, una actitud simple de una muñeca solitaria. Había llegado tarde para el niño orgulloso, Ser Waymar Royce, cuya carne ya pertenecía al enemigo cuando ella apareció en el conflicto. Él se había levantado con aquellos ojos azules y se disponía a atacarlos de no ser por las cadenas en su cuello cuando este no logró verlo, y Dead no había tenido otra opción que destruir aquello en lo que el joven se había convertido, un espectro, otro más en el ejército de los muertos. Su hoz resplandeció antes de desgarrar el cuerpo, y su final fue tan brusco como el fuerte viento que enterraba en la nieve sus restos ahora.
Will, el cazador furtivo, había huido de regreso, sus ojos desorbitados al verla y al muerto Royce enfrentarse, tal vez sirva para reforzar las defensas, o puede solo darle la culpa de ser la asesina de Royce a los demás y considerarla como hostil. El viejo Gared, había tomado una decisión más desesperada: huir con su caballo, lejos del bosque, del Muro, del deber y de su juramento. Dead Master pensaba en él mientras caminaba de regreso con su señor en el cielo. Había sido el único desertor al que se le había permitido escapar por más de 15 años desde el despertar de las muñecas. Siguiendo las órdenes del Cuervo de Tres Ojos, tuvo que actuar en ese momento.
La muñeca del Muro, la ejecutora de desertores había intentado detenerlo con saetas que caían del cielo, proyectiles con intenciones mortales a él y su caballo, pero Dead las había bloqueado en un instante. El sonido del metal contra el metal chocando resonó como un tambor salvaje mientras el caballo huía ya asustado, cada golpe de la hoz desviando la muerte de Gared era un sonido de fallo para la ejecutora. Pronto la lluvia se detuvo. Sabía que se trataba del viejo oso, Jeor Mormont, probablemente había dado la orden de cesar el ataque, comprendiendo que el mensaje era claro de la denominada muñeca anómala.
"Déjenlo ir", era lo que decían sus acciones al defenderlo. Siempre fue un dolor de cabeza impredecible para la guardia de la noche. Sobre todo cuando evadía la vigilancia y cruzaba a placer por los muros sin que nadie pudiera hacer nada. El viejo oso tampoco es que le importase, si no molesta a los suyos no haría problemas y dado el hecho de que le ceden el paso, supo que se miraría a otro lado con respecto a lo que pasó con Ser Royce. Cuando regresó podía ver a lo lejos la mirada desafiante y frustrada de la Muñeca de la guardia de la noche.
-Jejeje Tranquila. No hay nada malo en fallar de vez en cuando-
Dead Master suspiró, si es que un ser como ella podía hacerlo en primer lugar, sólo imitando lo que aprendió. El cuervo graznó desde lo alto, como si compartiera su deducción. Sabía que Gared no tendría un final feliz. Su destino estaba sellado. El Guardián del Norte, Lord Eddard Stark, lo ejecutaría como el desertor que era. Brynden, el Cuervo de Tres Ojos, así lo había decidido y su muñeca ya no necesitaba defenderlo, pues entendía que la muerte de Gared desencadenaría una cadena de eventos importantes para cambiar el curso de la historia. "A veces, un solo "cobarde" era más importante que mil soldados valientes, sobre todo si quería dar un mensaje." Los jóvenes Stark así encontrarán sus cachorros de lobos huargos, cada uno un símbolo del futuro que vendría, de un Norte que resistiría el embate de lo inevitable y un medio útil para que Brynden observe de más cerca.
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Jugando con muñecas: Juego de tronos
FantasyContinuación fan del fanfic "Jugando con Muñecas" con el comienzo del libro juego de tronos. https://www.fanfiction.net/s/14075865/1/Playing-with-Dolls Los derechos del fanfic (Personajes originales, historia original en inglés y derecho de canoniza...