Agonizando se encontraba el actual rey Aegon II Targaryen, envenenado por su propia gente, lo mas curioso que en su agonía no tenia deseos de vivir, a estas alturas para que pensaba el joven rey, no tenía a nadie, sus hermanos, sus hijos, su madre...
Buenaaaas, quiero dedicar este episodio a nayelymaldonadohered y velaryon23 quienes comentan seguido <3
El rey Viserys, visiblemente afectado, se mantuvo junto a Aegon mientras los maestres seguían atendiendo las heridas de su hijo. La tensión en la habitación era palpable, el silencio roto solo por el murmullo de los maestres y los sollozos ahogados de los menores.
Rhaenyra, con el rostro aún pálido, observaba con una mezcla de preocupación y furia. Su mirada se dirigió hacia Ser Criston, que ahora estaba siendo retenido por Daemon y Ser Arryk. La furia de Rhaenyra no conocía límites, y la traición de Ser Criston se sentía como una herida profunda en su confianza y en su familia.
-¿Cómo pudo suceder esto? -murmuró Rhaenyra, su voz temblando con una mezcla de indignación y dolor. -¡Ser Criston su deber es cuidarlo!
-Aegon empezó a decir cosas incoherentes, Ser Criston solo lo estaba disciplinando -dijo Alicent con firmeza, intentando mantener una fachada de control.
Las palabras de Alicent fueron recibidas con una incredulidad generalizada. Rhaenyra, su rostro enrojecido por la furia, no podía creer lo que acababa de escuchar.
-¿Hablas en serio, Alicent? -gritó Rhaenyra, su voz cargada de indignación. -¡Esto no es disciplina! ¡Esto es una brutalidad inaceptable!
El grito de Rhaenyra resonó en la habitación, y todos los presentes se volvieron hacia ella, sorprendidos por la magnitud de su reacción. Los hijos de Rhaenyra y de la reina, temblando y asustados, se arremolinaron detrás de la princesa, buscando protección y consuelo en su presencia.
Daemon, que había estado observando con una mezcla de furia y preocupación, se acercó a Rhaenyra con una expresión grave. -Esto no puede quedar así. Necesitamos confrontar a Alicent y exigir respuestas. Lo que ha hecho Ser Criston es un crimen, no una simple disciplina.
El rey Viserys, con el rostro pálido y la mirada perdida, se volvió hacia Alicent con una tristeza profunda en sus ojos. -¿Cómo puedes justificar lo que ha hecho Ser Criston? -su voz era un susurro cargado de dolor. -Esto va más allá de cualquier medida razonable.
Alicent, viendo la creciente desesperación y la furia en los rostros de los presentes, intentó mantener la compostura, pero su rostro estaba marcado por el miedo. -No estaba al tanto de la magnitud de la situación -dijo, su voz temblando-. No sabía que llegaría a esto.
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Rhaenyra, con lágrimas en los ojos, se giró hacia Aegon, que aún estaba en el suelo, mientras los maestres seguían trabajando. -Tuve que ver a mi hermano siendo golpeado como un criminal -dijo con voz quebrada-. Necesitamos justicia, y la verdad debe salir a la luz.
Los menores, aún escondidos detrás de Rhaenyra, miraban con ojos grandes y llenos de temor. La situación era caótica, y el ambiente estaba cargado de una tensión palpable. El castillo estaba en un estado de shock, y el peso de la traición y la violencia estaba afectando a cada uno de sus habitantes de maneras profundas y duraderas.
