Our Safe Place | Severus Snape

27. Tiempos de Oscuridad

Todos se dispersaron rápidamente, bajando las escaleras con prisa. Eileen fue una de las primeras en salir del aula. Sarah, preocupada por el impacto que la clase de Moody había tenido en ella, decidió quedarse un momento. No podía ignorar el hecho de que Eileen había presenciado una de las partes más perturbadoras de la lección de Moody. Mientras caminaban por los pasillos, los estudiantes discutían acaloradamente sobre la crueldad de la clase. Encontraron a Neville, claramente desorientado y sumido en sus pensamientos. Sarah se acercó a él, tratando de ofrecerle algún consuelo.

—Sé cómo te sientes —le susurró al oído—. A mí también me lanzaron esa maldición.

En ese momento, Moody apareció y, con su inconfundible presencia, se llevó a Neville para intentar calmarlo. El chico estaba evidentemente traumatizado.

Esa misma tarde, los estudiantes tenían la oportunidad de inscribir su nombre en el Cáliz de Fuego, aunque el acceso estaba restringido para la mayoría. La lluvia caía intensamente, y mientras Sarah se dirigía al Gran Comedor desde la Torre del Reloj, vio a Eileen sentada en una banca, con las manos cubriendo su rostro y lágrimas escurriéndose por sus mejillas. Estaba en un rincón apartado, claramente buscando privacidad, pero parecía que no era la única afectada por el impacto de la clase.

Sarah se dirigió hacia ella con la intención de ofrecerle su apoyo, como siempre lo hacía. No era fácil enfrentarse a ese tipo de hechizos, especialmente para alguien que aún estaba familiarizándose con el mundo de la magia. Sin embargo, antes de que pudiera acercarse, vio que Cedric se adelantaba. Se sentó a un lado de Eileen, la rodeó con un brazo y la abrazó con ternura. Eileen se refugió en sus brazos, y Cedric murmuró palabras de consuelo que parecían estar funcionando. Aunque Eileen dejó de llorar, su rostro aún reflejaba una profunda perturbación. Cedric, con cuidado, secó algunas lágrimas de su rostro y la llevó al interior para reunirse con los demás.

Sarah consideró entrar también, siguiendo el consejo de su hermano, pero decidió que prefería no encontrarse con Eileen y Cedric en ese momento. Optó por regresar a su sala común. En su camino, se cruzó con Viktor Krum, quien la miraba fijamente. Sarah se sintió incómoda bajo su mirada, sin comprender del todo el motivo de su interés. Lo saludó brevemente, y él respondió de la misma manera, dejándola aún más confundida.

Sarah pensó en buscar a Snape para discutir algunos temas, pero la idea de enfrentarse a él la asustaba. Decidió que sería mejor esperar para abordar esos asuntos en otro momento.

Los días transcurrieron rápidamente, y Sarah trató de evitar al máximo el contacto con Snape. Sabía que él era consciente de que ella estaba al tanto de ciertos temas y explicarlos no sería fácil. Además, comenzó a distanciarse de sus amigos, especialmente de Eileen, quien pasaba cada vez más tiempo con Cedric. Sarah empezaba a dudar de si su relación con Cedric era realmente un malentendido. Su interacción con sus amigos se redujo principalmente a su hermano y a Neville, a quien comenzó a pedir ayuda con sus tareas de Pociones. A pesar de la distancia emocional que sentía, ella estaba dispuesta a ofrecer su apoyo a Neville y colaborar con él siempre que pudiera.

El día de los nombramientos para el Torneo de los Tres Magos había llegado, y la expectación en el Gran Comedor era palpable. Sarah no compartía el entusiasmo general; en su opinión, el torneo era una brutalidad en la que los competidores se enfrentaban a riesgos mortales, y la idea de ver a sus compañeros en tales pruebas la inquietaba profundamente. La sala estaba llena de estudiantes ansiosos y expectantes cuando Dumbledore, con su presencia imponente, pidió silencio.

El cáliz empezó a anunciar a los campeones seleccionados. Primero, el nombre de un joven de Durmstrang resonó en el salón.

—¡El campeón de Durmstrang es Viktor Krum! —Dumbledore estrechó la mano del chico y le indicó el camino hacia una sala separada. Los compañeros de Krum estallaron en vítores. El siguiente papel fue extraído del cáliz—. ¡La campeona de Beauxbatons es Fleur Delacour! —Fleur siguió el mismo procedimiento que Krum, dirigiéndose a la sala reservada para los campeones.