I can't help it

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I've been vibin' with you heavy
Yeah, I'm falling, can you catch me?
Dreaming all day and dreaming all night
I could do this the rest of my life

I can't help it, JVKE


Dulces caricias lo despiertan de su sueño profundo. Empiezan por su rostro, palpando sus mejillas con cariño, bajando por su cuello, pellizcando la sensible piel por el sueño, hasta que llegan a su pecho. Aprieta sus pezones, haciéndolo removerse en su sitio. El resto de su cuerpo sigue adormecido, excepto su verga, que se yergue en un santiamén. Jadea cuando las manos rodean su falo, subiendo y bajando, ayudándose del líquido que supura por la excitación.

Lo huele, es muy claro. Lavanda, amor de mi vida y te quiero tanto, pero hay algo más. Es fuerte, picante... Quiero hacerte mío.

Lucerys. Lucerys. Lucerys. Lucerys.

Gime su nombre y escucha la suave risita proveniente del ser que se adueñó de su corazón. Suaves labios se posan sobre los suyos, robándole el aliento. Lo siente subirse sobre su cuerpo, aplastando su excitado miembro. Intenta desperezar su cuerpo, llevando sus manos a las carnosas caderas que se mueven igual que olas de mar, rozando sus intimidades. El olor del lubricante azota su delicada nariz, despertando la necesidad de buscar a toda costa a su omega.

—Lindo —le dice y Aemond se derrite por su deliciosa voz—. Mi lindo alfa.

Oprime las anchas caderas y el omega detiene el vaivén, interrumpiendo su inminente orgasmo.

—Quédate conmigo, alfa —lloriquea—. Nunca me dejes, por favor.

Por más que lo intenta, no puede hablar ni abrir los ojos.

Jamás te dejaría, piensa. ¿Por qué te dejaría, si te amo tanto?

La desnuda intimidad de Lucerys se frota en su verga. Puede sentir los cálidos pliegues del coño omega y el lubricante mojar su abdomen. Lucerys gime quedito, apoyándose de los hombros del alfa para autocomplacerse. Aemond no tiene problema con eso; Lucerys puede usarlo para su placer y aun así lo seguirá amando.

—Me voy a correr, alfa —comunica, su voz suena débil.

Aemond acuna las mejillas de Luke, sintiendo la suave barba en las palmas de sus manos, y lo atrae para darle un beso. Lucerys se corre y ahoga sus gemidos en los labios de Aemond. Su cuerpo tiembla, calmándose con los mimos del alfa. Acaricia su espalda, su cuello, sus muslos y su barriguita, provocándole risitas.

—Te amo, Aemond —susurra, besando su lampiño pecho—. ¿Tú me amas?

Joder, sí.

¡Sí!

—Aemond... ¡Aemond!

Abre los ojos, cerrándolos al instante cuando la luz del sol lastima su vista. Alicent cierra las cortinas, disculpándose con su hijo por haberlo despertado así. El alfa está desnudo de la cadera para abajo, usando solo esa sudadera lila que Alicent no recuerda haberle comprado. Aemond prefiere los colores oscuros, sin estampados, pero esa sudadera es de un color suave, tiene dibujos de flores y conejitos; luce familiar...

—¡Mamá!

El alfa cubre su desnudez. El calor de su cuerpo sigue fatigándolo, apesta a excitación, pero Alicent es buena fingiendo demencia.

—¿Estás bien, Mon? Es la primera vez que pasas tu celo sin supresores.

—Duele mucho —admite—, pero estaré bien. Solo son tres días.

DO YOU LIKE ME NOW? (lucemond, joffron)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora