Jisung nunca planeó quedar embarazado y mucho menos del jefe de la mafia más peligrosa del país Lee Minho. Ahora atrapado en un mundo de sombras y violencia Jisung no solo debe protegerse a sí mismo sino también al los bebés que lleva dentro. Mientr...
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Después de la conversación Minho y Jisung continuaron explorando el cuartel, caminando juntos mientras Jisung mantenía su brazo enlazado al de Minho.
El omega se mantenía atento a cada explicación que Minho le daba sobre los roles y responsabilidades de sus hombres, intentando procesar toda esa nueva información.
De pronto al doblar una esquina Jisung notó un grupo de camionetas entrando por la puerta principal. Desde los vehículos un grupo de hombres salió rápidamente y al ver a ambos todos se inclinaron en señal de respeto pero lo que llamó más la atención de Jisung fue el hombre que llevaban casi a rastras.
De estatura mediana, tez pálida y cabello rojizo, el hombre estaba visiblemente golpeado y apenas podía mantenerse en pie.
— ¿Está bien? — preguntó Jisung con una mezcla de curiosidad y preocupación, mirando a Minho.
Minho notando la inquietud de Jisung hizo una seña para que uno de los hombres se acercara.
— ¿Qué pasó con él? Explícale — ordenó con calma, cruzando los brazos y observando la escena.
El hombre que se acercó a Jisung lo miró con respeto antes de hablar.
— No cumplió con su obligació. Un alfa debía dinero al jefe y él era el encargado de cobrarle pero no lo hizo — dijo con seriedad manteniendo la cabeza ligeramente inclinada.
Jisung frunció el ceño al escuchar la explicación sus ojos se movieron hacia el hombre herido quien ahora luchaba por liberarse, expulsando feromonas de enojo que llenaban el aire. Los otros hombres lo sujetaron con fuerza y lo forzaron a arrodillarse en el suelo, el hombre gritó, interrumpiendo el momento.
— ¿Y a quién querías que le cobrara? ¡El cobarde del alfa se fue, dejando solo a su omega y su hijo! — rugió, su voz cargada de desesperación.
— ¡Cállate! — gritó uno de los hombres que lo sostenía claramente molesto por la insubordinación.
— Jefe, ¿cuál es la regla entre nosotros? — El alfa golpeado se atrevió a gritar nuevamente, dirigiendo su mirada hacia Minho.
— ¡Cállate! El jefe no tiene que responder a tus preguntas. Llévenselo — ordenó el hombre que hablaba con Jisung en un intento de poner fin al asunto.
Antes de que lo arrastraran fuera, el hombre lanzó una mirada desesperada a Jisung. El omega no podía identificar con exactitud la naturaleza de esa mirada pero algo en su interior le decía que debía hacer algo, que el hombre frente a él merecía ser escuchado.
— ¿Cuál es esa regla que él mencionó? —preguntó Jisung con la voz suave pero firme girando para ver a Minho.
Minho soltó un leve suspiro y respondió con calma.
— Las familias no son moneda de cambio.
Jisung pensativo volvió a mirar al hombre herido. Había algo que no cuadraba en la historia.
