Al Final Ella No Está - Spreen

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El clima estaba cambiando a medida que nos acercábamos a nuestro destino. La montaña se alzaba imponente ante nosotros, un símbolo de todo lo que habíamos atravesado. La emoción me invadía; las horas de caminata, las risas compartidas y el crecimiento de nuestra conexión se sentían al borde de alcanzar su punto culminante. Sin embargo, la realidad de mi situación comenzaba a pesarme más de lo que deseaba admitir.

Un día, mientras caminábamos por un sendero que nos llevaba a la base del Fitz Roy, escuchamos murmullos en el aire. Un grupo de excursionistas que nos cruzamos hablaba en voz baja, y en medio de sus palabras, capté algo que me heló la sangre: “Están buscando a una chica llamada Lirio”. Las palabras resonaron en mi mente como un eco ensordecedor, y de repente, la presión en mi pecho se intensificó.

━━¿Lirio? ━murmuró Iván, notando mi reacción.

No pude responder. La angustia se apoderó de mí. Sentí que el mundo se desvanecía y, antes de darme cuenta, todo se tornó oscuro. Caí al suelo, y el último recuerdo que guardé fue la expresión de horror en el rostro de Iván mientras caía en la inconsciencia.

Cuando desperté, la luz blanca del hospital era abrumadora. Intenté moverme, pero un dolor punzante recorrió mi cuerpo. La sensación de debilidad era abrumadora, y lo último que recordaba era el sendero que llevábamos recorriendo juntos.

━━Lirio, ¿estás despierta? ━la voz de Iván me llegó como un susurro esperanzador.

Lo vi a mi lado, su rostro lleno de preocupación y cansancio.

━━Te han traído aquí porque tu estado es crítico. Tienes que quedarte un tiempo para recuperarte ━dijo una enfermera que se acercó, y en su voz noté la gravedad de la situación.

Un nudo se formó en mi garganta. No quería estar aquí, atrapada entre cuatro paredes. Mi mente se agitaba mientras pensaba en el viaje que habíamos comenzado, en la montaña que estaba tan cerca y en lo que significaba para mí.

━━No, no puedo quedarme aquí ━protesté, tratando de sentarme.

Iván se acercó, sus ojos transmitían una mezcla de preocupación y frustración.

━━Lirio, no es seguro. Tu cuerpo necesita tiempo para recuperarse. Estás muy débil ━dijo, su voz suave pero firme.

━━Por favor, llévame contigo ━le rogué, mis palabras salían entrecortadas━. No quiero quedarme aquí. No puedo… no puedo perderme esto.

━━Entiendo que quieras seguir, pero necesitas recuperarte primero ━respondió, y podía ver la batalla interna en su rostro.

━━Iván, sé que puedo hacerlo. Quiero terminar el viaje, y no quiero que esto se interponga entre nosotros. Te prometo que seguiré tomando mis medicamentos, que seré cuidadosa. Pero no puedo estar aquí.

La determinación en mi voz sorprendió incluso a mí misma. Sentía que no era solo mi cuerpo el que luchaba, sino mi espíritu, el deseo de seguir adelante y no dejar que nada me detuviera.

Finalmente, tras un intercambio de miradas llenas de comprensión y súplica, vi cómo su expresión se suavizaba.

━━Está bien, Lirio ━dijo con un suspiro resignado━. Si te dejas cuidar por mí y prometes escuchar a tu cuerpo, acepto llevarte conmigo.

La felicidad llenó mi pecho. Aunque sabía que tenía que ser cautelosa, el pensamiento de salir de ese hospital y continuar nuestro viaje era lo único que necesitaba para sentirme viva nuevamente.

Con su ayuda, y tras firmar un montón de formularios, finalmente dejé el hospital. La sensación de libertad me envolvió como un manto cálido.

Afuera, el aire fresco de la montaña me golpeó suavemente. Cada respiro me llenaba de energía, y aunque todavía sentía el cansancio en mi cuerpo, la emoción de estar de regreso junto a Iván, en el camino que habíamos comenzado juntos, me impulsaba a seguir adelante.

━━No habrá más paradas, ¿verdad? ━bromeé, con una sonrisa débil.

Iván sonrió, aunque su preocupación aún era palpable.

━━Prometido. Pero debes cuidarte ━dijo, tomando mi mano en un gesto que me reconfortó.

Mientras comenzábamos el último tramo hacia el Fitz Roy, sentí que la montaña no solo representaba un destino físico, sino también un símbolo de nuestra lucha, de nuestra conexión y de todo lo que habíamos enfrentado juntos.

Las montañas nos esperaban, y aunque sabía que mi viaje no estaba exento de desafíos, estaba lista para enfrentar cada uno de ellos, con Iván a mi lado. Al fin y al cabo, lo que habíamos construido no era solo un viaje; era una historia que merecía ser vivida hasta el final.

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