Capítulo 16 | Encierro

46 7 37
                                    

—Amigo, ¿Estás bien? —Dalton se sentó frente a él y Daen solo estaba viendo a un punto fijo, parecía estar ausente y por ello le estaba preocupando verlo en ese estado.

—¿Cómo puedo estar bien? Mi pastelito parece odiarme. ¿Qué le hice? ¿Qué le hicimos? Esos imbéciles están involucrados y le hicieron algo. Angelito me dijo que no me desesperara —Dalton se acercó más a él y lo abrazó.

—Todo estará bien, My Love arreglará esto, ya lo verás.

—¿Y mientras qué? ¿Cómo alguien cambia toda su personalidad por otra?

—Yo tampoco lo entiendo, pero My Love dice que puede que le hayan colocado algo. Eso es una posibilidad si recordamos la forma en la que nos trató. Gabo jamás actuaría de esa manera y menos con nosotros.

Daen observó que el pequeño se estaba acercando a ellos, se veía algo serio y eso hizo que se pusieran de pie, pero Ángel tomó asiento solo viéndolos por un par de segundos.

—Caleb me dijo que iban a colocarle algo al español. Eso quiere decir que mi teoría es cierta. Nos iremos mañana de aquí y lo llevaremos con nosotros de ser posible amarrado. Tenemos que volver a casa y arreglar este problema.

—¿Hablas de secuestrarlo, Angelito?

—Ajá, aunque no sería un secuestro en sí, estamos tomando lo que es nuestro y, además, es tu esposo. ¿Pedirte el divorcio? Claro, quizás en otra vida. Arreglen todo —Y se puso de pie para alejarse y adentrarse a la casa.

Está consciente de que algunas cosas serán un poco complicadas, pero son necesarias. Se sobresaltó cuando escuchó disparos y luego vio cómo abrieron la puerta con violencia. No tuvo tiempo de reaccionar correctamente porque ya le estaban apuntando con sus armas. Sí, la policía finalmente dio con ellos o, hay un soplón.

Lo tomaron con brusquedad y lo voltearon para colocarle las esposas. Notó que los chicos se acercaron, pero el pequeño les dio una mirada de que se fueran y escaparan de ahí. Ellos se retiraron con rapidez y no los vieron, pero es obvio que revisarán todo el lugar. Lo sacaron de la mansión sin cuidado alguno. Esperaba que Daen y Dalton le avisaran a los demás y que su Bestia lo busque. ¿Estar en la cárcel? Bueno, no es necesariamente el lugar al que quisiera ir.

Miró por la ventanilla deseando asesinarlos a todos. Cuando entró a la estación de policía con un trato espantoso. Todos le miraban y trataban como el verdadero criminal que es y, cuando lo metieron dentro de la sala de interrogaciones, claro que pudo soltar un suspiro por lo fastidioso que será todo el proceso.

—¿Dónde están los demás? —Le preguntaron, pero el pequeño solo ladeó una sonrisa ante esa pregunta —¿Dónde están? Si colaboras quizás ellos te ayuden a ti. Solo es decir dónde están y nosotros nos encargamos de eso —Se mantuvo en silencio, solo viéndolo a la cara.

—Ellos están por todos lados. La pregunta aquí sería, ¿Cómo se atreven a tomar algo que no les pertenece? ¿Cuántos de ustedes están aliados con esos imbeciles? Saben una cosa, yo creo que aún no entienden la gravedad del asunto.

—¿Nosotros? Al contrario, eres tú quien no lo entiende. Estás aquí por homicidio y terrorismo. 

—¿Terrorismo? 

—Ese tipo destruyó un cuerpo de policía y parte de la ciudad. Son delitos graves.

—¿Y aún así creen que pueden tenerme aquí sin que la Bestia haga algo? Yo creo que no tienen ni idea de lo que puede llegar a hacer. 

—¿Dónde están? Solo es decirlo para ir por ellos.

Ángel no pudo evitar soltar una carcajada mientras que lo ve y se burla de él. ¿Ir por ellos? Claro, primero su Bestia lo destroza antes de que tenga la intención de hacer algo. Se quedó ahí, viéndolo a la cara luego de reírse y disfrutar de su rostro lleno de confusión. Se acomodó en el asiento y luego colocó esa misma sonrisa ladeada que ha utilizado desde que entró 0. 

Bajo Mi Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora