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Hyunjin limpió sus lentes con mucho cuidado, temiendo que el vidrio ya roto finalmente se saliera del marco. No había tenido ocasión de mandarlos a arreglar, incluso cuando guardó una cantidad del dinero que obtuvo del reloj para ello.
Lo restante le había entregado en secreto a su padre en un sobre blanco que dejó en su oficina.

Aunque no supo en su momento para qué necesitaban tanto dinero, luego todo cobró sentido. Una boda. Y una muy costosa.

Terminó de arreglar su camisa blanca y sobre ella puso un mullido suéter café. Su pantalón negro era algo más largo de lo que debería porque él era bastante pequeño, como la mayoría de los omegas. Finalmente, se calzó sus converse negros.

Bajó a la sala con cierto nerviosismo recorriéndole la piel. Esa noche su hermana mayor, Sana, la omega dominante, se comprometería con el hijo alfa de un viejo amigo de su padre.
Su madre no había parado de hablar de lo maravilloso que sería y lo mucho que obtendrían de ello. Mucho dinero y la salvación para su empresa en declive, la Constructora Hwang.

Y para esa noche y para costear la boda de su hermana, Hyunjin le había robado al hombre una joya Cartier, un reloj fino con muchas incrustaciones de diamantes en el aro. El problema era que le había robado a quien sería su cuñado.

-Luces precioso -soltó su madre al verlo en el salón. Ella lucía maravillosa, con un vestido verdes con un collar dorado y alargados pendientes a juego.

Hyunjin solo movió la cabeza, sacando una sonrisa a fuerzas.

-Los Bang llegarán pronto.

-¿Cómo han conseguido este acuerdo? Ellos deben saber que ya no tenemos dinero.

Su madre desvió la mirada e hizo el amago de una sonrisa.
Ella se había esforzado mucho en mantener las apariencias, así nadie sabría que su riqueza se había esfumado.

-Es un antiguo convenio entre las familias, de cuando Sana era muy joven. Y esto nos ayudará a levantarnos.
Invertirán en la constructora.

—Mamá, sabes que no es tan sencillo. Necesitamos mucho dinero.

—Y lo tendremos —le aseguró ella—. Y podrás ir a la universidad como querías.

-... ¿Podría estudiar robótica?

—Cariño, debes pensar en una carrera... más sencilla. Los puntajes para esas carreras son muy altos.

Hyunjin, sutilmente, se apartó de su madre.

Él no era un tonto, solo despistado. Quizás no tuvo calificaciones brillantes en la escuela y no fuera de los mejores, pero eso no significaba que fuera un idiota sin cerebro. Era lo que le quedaba, después de todo, ser feo y tonto eran dos pecados que nadie quería en un omega.

-Señora, los Bang han llegado —indicó la criada, la única que ahora podían mantener.

—Ve por Sana y por mi esposo.

Hyunjin se quedó a un costado de la chimenea. Pronto, su familia se reunió en la sala minutos antes de que la puerta fuera abierta por la sirvienta y los Bang entraran. Con el corazón atolondrado, el omega vio a su víctima del robo caminar de forma imponente, casi arrogante, frente a ellos.

A Chan lo acompañaban sus padres, Bang Chanyeol y Bang Lisa, aunque faltaba su hermano menor y el director general de la financiera de la familia, Minho, quien debía estar en algún bar en Shanghai junto a ese joven pastelero chino que adoraba.

Con la mirada en el piso, Hyunjin se saltó el saludo escandaloso que los dos patriarcas soltaron al verse. Fue demasiado emotivo viniendo de un par de viejos y gruñones alfas.

A Bed of Thorn and Roses 「Chanjin 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora