Destinados - João Félix

Capítulo 32 - Traidora

Amelia

Me desperté con el sonido del agua de la ducha cayendo, supuse que João se estaba alistando para salir.

No habíamos hablado de lo de la noche anterior y esperaba de verdad que hubiera sido solo una discusión tonta.

Entonces el móvil de João sonó con una notificación, lo miré debatiéndome seriamente si mirarlo, y no pude contenerme. Encendí la pantalla y por un momento creí que me había equivocado de móvil 

Lucía Guerra

Nos podemos ver hoy si quieres 😉

¿Esto era broma verdad? No podía ser verdad, no era verdad.

Desbloqueé el móvil de João y empecé a deslizar por la conversación sintiendo como mis lágrimas se acumulaban.

Por cierto João

¿Te ha dicho Meli que se esta hablando con Mason?

Le escribió el otro día y se ve que van a quedar

Hija de puta, ya sabía quien se me había adelantado con lo de Mason. Entonces la puerta del baño se abrió y João me vio a mi con su móvil y llorando, no le costó mucho entender lo que acababa de pasar.

João se quedó en el umbral de la puerta del baño, mirando la escena en shock. El agua de la ducha todavía caía de fondo, pero en ese momento todo se sentía en silencio, como si el mundo hubiera dejado de girar.

— Amelia... — Su voz sonó incrédula, temerosa. Como si no pudiera creer lo que estaba viendo.

Yo solo lo miré, las lágrimas deslizándose por mis mejillas, sin saber qué decir. Todo el dolor que había estado acumulando se desbordó de repente. Él no tenía ni idea de lo que había estado pasando por mi mente, lo que sentía. Pero ahora, esa verdad, esa conversación con Lucía, la había destrozado por completo.

— ¿Es esto lo que querías esconderme? — le susurré, señalando la pantalla de su móvil, sin poder evitar el temblor en mi voz. — ¿Esto es lo que me estabas ocultando? ¿Lucía? ¿Mason?

João se acercó lentamente, tratando de acercarse a mí, pero yo retrocedí, alejándome de su toque.

— Meli, yo no... — empezó, pero yo no lo dejé continuar.

— ¿Qué no? — lo interrumpí, secándome las lágrimas con la palma de la mano. — ¿Cómo no? ¿Me estás diciendo que no sabías nada de esto? ¿Que esto no es lo que está pasando entre tú y Lucía?

Él intentó hablar, pero no parecía saber qué decir, como si estuviera atrapado entre la culpa y el miedo de haberme perdido.

— Yo... no es lo que piensas — dijo finalmente, con la voz quebrada. — No ha pasado nada entre Lucía y yo te lo juro

Pero era demasiado tarde. Ya había visto lo que necesitaba ver, y no importaba cuánto lo intentara, algo en mí ya se había quebrado. La confianza que habíamos construido parecía esfumarse en ese momento.

— ¿Y Mason? — pregunté, mi voz temblorosa, pero firme. — ¿De qué va eso?

João se quedó callado por un momento, y al final soltó un suspiro profundo, mirando al suelo como si la respuesta lo estuviera consumiendo.

— Meli, yo no... no quiero perderte, pero te juro que no quiero que esto nos destruya — sus palabras salían entrecortadas, como si estuviera luchando consigo mismo. — Y lo de Mason... Si, fue ella la que me lo dijo — suspiró, como si le costara admitirlo. — Por favor te juro que todo esto tiene una explicación