Sofía9 de octubre. Hoy finalmente volaría a Bolivia para reunirme con Richard. Aunque siempre estoy acostumbrada a que nuestras vidas tengan estos momentos de distancia por sus compromisos, no puedo evitar sentir ese cosquilleo en el estómago cada vez que vamos a encontrarnos después de unos días separados.
La mañana empezó como cualquier otra. Me levanté temprano para revisar que no me faltara nada en el equipaje. Revisé mi maleta tres veces, como si fuera a olvidarme de algo importante, aunque sé que lo más importante es llegar donde Richard. Hoy, más que nunca, sentía la necesidad de estar a su lado, de apoyarlo mientras se preparaba para su próximo partido.
Me despedí de Brasil, al menos por unos días, y me dirigí al aeropuerto. El vuelo no era muy largo, pero las horas siempre parecían eternas cuando sabía que estaba tan cerca de verlo de nuevo. Me puse mis audífonos, escuché algunas de nuestras canciones favoritas y traté de calmar mi ansiedad.
El avión aterrizó en Cochabamba, y cuando bajé del avión, la emoción comenzó a aumentar. A pesar de lo mucho que viajamos por su carrera, siempre hay algo especial en los reencuentros, esa sensación de que todo está bien en el mundo porque estoy a punto de ver al amor de mi vida. Estaba ansiosa por verlo y abrazarlo después de varios días separados.
Salí de la terminal y lo vi. Richard estaba esperándome, como siempre, con esa sonrisa que hacía que todo valiera la pena. Sus ojos se iluminaron al verme, y me sentí como la chica más afortunada del mundo. Corrí hacia él, y en cuanto me tuvo entre sus brazos, sentí una paz inmensa.
—"Mi amor," —me susurró mientras me abrazaba fuerte. "Te extrañé tanto."
—"Yo también te extrañé," —respondí, escondiendo mi cabeza en su pecho. Estar con él después de tantos días era lo único que necesitaba para sentirme completa otra vez.
Richard tomó mi maleta y nos dirigimos hacia el taxi que nos esperaba para llevarnos al hotel. El trayecto fue tranquilo, pero lleno de esas pequeñas conversaciones que siempre teníamos después de estar separados. Me contó cómo habían sido sus entrenamientos, cómo se sentía en Bolivia, y lo emocionado que estaba de que estuviera con él para el partido.
—"Tengo algo especial planeado para ti," —me dijo mientras sonreía, mirándome de reojo.
—"¿Ah sí?" —le pregunté, curiosa. "¿Qué tienes entre manos, Richard?"
—"No te voy a decir," —respondió, riendo. "Pero lo sabrás pronto."
Llegamos al hotel y Richard me llevó directamente a su habitación. Ya la conocía de memoria, pero esta vez tenía algo especial. Las flores que me había estado enviando durante la semana decoraban el lugar, dándole un toque de color y frescura. El olor me envolvía, y no pude evitar sonreír al ver todo el esfuerzo que había puesto en hacerme sentir bienvenida.
—"Sabes que me encantan las flores, ¿verdad?" —le dije mientras me acercaba a una de las mesas decoradas.
—"Lo sé, y me encanta verte feliz," —respondió él, acercándose y rodeándome con sus brazos por la cintura.
Nos quedamos un momento en silencio, disfrutando de la cercanía, antes de que Richard tuviera que irse a otro entrenamiento. Aunque sabía que lo vería más tarde, siempre era difícil despedirnos, aunque fuera por unas horas.
—"No tardes mucho en arreglarte," —me dijo, besándome la frente antes de salir. "Te llevaré a cenar cuando regrese."
—"Está bien, te esperaré," —le respondí, dándole un último beso antes de que saliera por la puerta.
Una vez sola, me acomodé en la cama y decidí llamar a mis papás. Habíamos hablado hace unos días, pero quería contarles cómo estaba todo aquí en Bolivia. También sabía que estaban emocionados por el partido y por ver a Richard jugar. Mientras hablábamos, les conté sobre el viaje, sobre cómo estaba todo, y les aseguré que Richard y yo estábamos bien.
—"Nos vemos pronto, Sofi," —dijo mi mamá, emocionada. "Dale un beso grande a Richard de nuestra parte."
—"Lo haré," —le respondí con una sonrisa. "Los quiero."
Después de la llamada, decidí empezar a arreglarme para la cena. Sabía que Richard siempre disfrutaba de verme arreglada, y quería hacer de esta noche algo especial, aunque solo fuera una cena más. Saqué el vestido que había empacado especialmente para esta ocasión: un vestido blanco corto, elegante pero sencillo. Mientras me maquillaba, no podía dejar de pensar en lo afortunada que me sentía de tener a alguien como Richard a mi lado, alguien que siempre encontraba la manera de hacerme sentir especial.
Una vez lista, me miré en el espejo y sonreí. Todo estaba perfecto, y sabía que la noche solo podía mejorar.
Richard llegó poco después, y cuando me vio, su sonrisa lo dijo todo.
—"Estás hermosa," —me dijo, acercándose para besarme. "Siempre me sorprendes."
—"Tú también luces bien," —le respondí, observando su look casual pero elegante. Sabía que siempre le gustaba mantener las cosas simples, pero con estilo.
La cena fue increíble. Richard me llevó a uno de sus restaurantes favoritos en Cochabamba, y todo fue perfecto, desde la comida hasta la compañía. Durante la cena, no dejamos de hablar sobre nuestros planes, sobre lo emocionados que estábamos por lo que vendría, y sobre cómo estábamos disfrutando cada momento juntos.
Cuando volvimos al hotel, Richard sacó una pequeña caja de su bolsillo y me la entregó con una sonrisa.
—"Feliz 9 de octubre, amor," —me dijo, mientras me entregaba la caja.
Abrí la caja y allí estaba, un bolso Birkin de Hermès que había querido durante tanto tiempo. Sabía lo costoso que era y lo mucho que significaba para mí, pero nunca pensé que Richard lo compraría.
—"Richard..." —comencé, sintiéndome abrumada por la emoción. "No tenías que..."
—"Lo sé," —me interrumpió, tomando mi mano. "Pero quiero verte feliz. Y sé que esto lo hace."
Nos quedamos abrazados durante el resto de la noche, disfrutando del momento y de la certeza de que, sin importar lo que viniera, siempre estaríamos juntos. Y en ese momento, en ese pequeño rincón de Cochabamba, supe que no necesitaba nada más en la vida que a Richard a mi lado.
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Si tú supieras |Richard Rios|
FanfictionDesde que tienen memoria, Richard Ríos y Sofía Arango han estado juntos, compartiendo su vida desde niños en el pequeño y tranquilo pueblo de Vegachí, ubicado en la subregión Nordeste del departamento de Antioquia. Richard y Sofía no solo son novios...