⁶ 𝐁𝐮𝐫𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐚𝐠𝐞, 𝐌𝐲 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐝𝐚𝐫𝐤 𝐚𝐠𝐞.

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LO SIGUIENTE QUE LOGRÓ recordar tras haber perdido el conocimiento después de aquel fatídico incidente, fue la extraña sensación de paz que vino después

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LO SIGUIENTE QUE LOGRÓ recordar tras haber perdido el conocimiento después de aquel fatídico incidente, fue la extraña sensación de paz que vino después. Una tranquilidad abrumadora, que se extendió por su cuerpo como una enfermedad, la cual también venía acompañada por una  tierna ventisca fría, que resopló sobre su rostro, también el dulce aroma a colonia de hombre y el sonido relajante que solo un auto siendo manejado por la carretera podía formar.

Tomándose su tiempo, el italiano, poco a poco, comenzó a abrir los ojos, tratando de adaptarse con cierta torpeza al nuevo y brillante, entorno, casi utópico que lo rodeaba en ese momento.

Lo primero que sus ojos lograron captar al abrirse por completo, fue un hermoso paisaje de pastizales dorados a su lado, que parecían bailar al compás del viento.
Sobre ellos, había un cielo pintado de los colores más bellos y vibrantes que haya visto jamás en su vida.

Aquel lugar tan acogedor, se sentía tan
agradable y cálido aunque, Alessandro,  aún no lograba comprender como es que había llegado allí. Por muy extraño que sonará, no parecía tener ningún recuerdo previo a ese momento. Como si nada de lo que haya vivido antes, hubiera pasado.

Cómo si parte de su mente, le dijera, que está era su realidad, pero, otra fracción de el, una pequeña minoria, afirmaba con determinación, que nada de eso era real.

El italiano, logro percatarse, de que yacía sentado en el asiento del acompañante en un coche, un hermoso descapotado rojo.

En ese momento, una voz grave y varonil, resonó a su costado,  sacándolo por completo de sus pensamientos. Al girar la cabeza, se encontró con nadie más que con Merle, el cual le sonreía con una complicidad inquietante.

Los ojos marrones del italiano, bailaron entre el rostro de su esposo y las manos del mismo, que se posaban con firmeza alrededor el manubrio del carro. Estaban completas, extrañamente intactas. Por alguna razón que desconocía, tenía el extraño presentimiento de que algo no concordaba del todo con ellas.

Pero cada vez que intentaba hallar una respuesta, sentía una dolorosa punzada en la cabeza que desviaba por completo su atención.

—Cielos— exclamó el sureño —Dormiste tanto que hasta llegué a pensar que te habías muerto, bombón, ¿Al menos fue un buen sueño?— pregunto divertido.

Alessandro, simplemente lo observo, sin saber que responder o como reaccionar.

—Ahora que ya estás despierto, ¿Podrías darle una bolsa a Sam?, su cara se puso tan verde que hasta podría unirse a los vengadores— bromeó, negando con la cabeza con diversión.

—Claro...— murmullo en respuesta,buscó entre las cosas que se encontraban entre sus pies hasta que logró encontrar una bolsa de cartón.

Apenas tuvo la bolsa en sus manos, el varón se giro sobre su lugar para poder ver hacia atrás, tal fue la sorpresa que se llevó cuando se encontró a tres jóvenes sentados en la parte trasera del carro.

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⏰ Última actualización: Oct 20 ⏰

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𝐇𝐔𝐑𝐑𝐈𝐂𝐀𝐍𝐄 .ᴍᴇʀʟᴇ ᴅɪxᴏɴ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora