Notas de amor: Efecto Mariposa

Capítulo 1

Acomodé una nueva botella de perfume en la estantería de cristal, me enseñaron a ser muy cuidadosa de no dejar huellas en su superficie, ni en absolutamente nada de toda la tienda. Esta era una fragancia masculina que recientemente se había lanzado y por ordenes de mi jefa debía resaltar más que ninguna otra y mi único fin esta semana era acabar el stock, cosa que extrañamente me emocionaba lograr. Aun no podía entender como había llegado a amar mi trabajo en tan poco tiempo. Han pasado solo dos meses desde que comencé y ya había ascendido. Aunque mi vida devuelta en Chile se sentía como una pausa temporal, al menos encontré algo que me apasiona.

El aire de la tienda estaba cargado de Vainilla, sándalo y jazmín. Respiré profundamente y cerré los ojos un instante, los aromas me envolvían, disfrutaba esa sensación. Cada perfume contaba una historia o incluso podías crear una con ellos, me gustaba que los clientes me contaran los secretos y recuerdos detrás de su perfume favorito y por qué por años se aferraban tanto a él. Anhelaba que mi vida también tuviese aromas detrás de cada recuerdo, así saber cuales quiero volver a sentir y cuales alejar para siempre.

Había vuelto de Corea del Sur hace solo unos meses, una decisión que día a día me desgarraba por dentro. Los años de esfuerzo para llegar allí, no había sido fácil dejar todo atrás, especialmente los sueños que había construido. Sin embargo todo cambió cuando mi ex novio se convirtió en una sombra que me asfixió y destruyó la inocencia de mis sueños, un fantasma de malos recuerdos, palabras y cicatrices que no quería revivir. Volver a mí país natal fue una huida, una salvación. Por momentos mi cabeza me jugaba una mala pasada y me repetía que fui cobarde al escapar, que con un poco más de garras podría haber salido adelante sola sin necesidad de correr, pero me consolaba a mí misma repitiéndome lo valiente que fui durante un año y ahora solo debía ahorrar lo suficiente para volver a Corea, era solo unos meses más para seguir mi propio camino, libre de la oscuridad del pasado.

–Alicia, de verdad pienso que deberías salir más– La voz de Peter me sacó de mi transe. Estaba apoyado en el mostrador, mirándome con una sonrisa que no sabría definir si era maldad o su deseo genuino de sacarme de mi rutina. Lo había conocido el día que me ascendieron y me dejaron encargada de algunas de las fragancias de lujo en la tienda. El llevaba años aquí y se encargaba de otras marcas. Era de ese tipo de persona que acoge a los introvertidos y que mejor ejemplo de eso que yo, además que aunque la tienda de perfumes era bastante grande y varias personas trabajaban ahí con sus respectivas marcas, me había tocado tener al más hablador con su mostrador pegado al mío. Y aunque era un buen amigo insistía con lo mismo una y otra vez.

–Ya te dije Peter, no tengo tiempo para eso y sobre todo no tengo interés en generar más lazos aquí, me iré pronto, solo lo hace más complicado– respondí sin siquiera mirarlo, concentrándome en limpiar la otra estantería. Realmente no tenía energía de explicarle.

–No puede ser que solo pienses en trabajar y juntar dinero. Hay una vida allá afuera ¿Sabes? Si, tal vez no se compare con el mundo que ya conociste, pero tienes 21, disfrútalos.– Peter insistía con esa mezcla de despreocupación y energía de un niño de 10 años que lo caracterizaba, a pesar de estar bordeando sus 30.

Suspiré y lo miré con una sonrisa forzada. Sé que no lo hace con mala intención, pero no entendía, no podía entender. Después de lo que viví en Corea la idea de abrirme a nuevas personas me producía rechazo. Prefería mantenerme enfocada y alejarme de todo lo que implicara crear nuevos lazos profundos.

–Ya conocí a suficientes personas por un buen tiempo– dije calmada, casi suspirando– Estoy bien así de verdad.

Peter me observó por unos segundos en silencio. Sabía que había algo detrás de mi negatividad, pero respetaba los limites. Aún así, no se daba por vencido del todo.