ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɪ.

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En una semana lucharía contra Neji Hyuga, quien se supone que es mi primo de una rama inferior en el clan.

¿Yo? Hinata Hyuga, la heredera del Clan.

O pasé a serlo hace un mes más o menos.

desperté con un fuerte golpe en la zona abdominal.

—¡Levántate! —exclamó una voz desconocida.

Confundida y desorientada lo hice, pero nuevamente de un golpe sumamente doloroso me volvió a votar.

—¡Inútil! —prosiguió.

Algo conmocionada y aturdida por los golpes me levanté. ¿Estaba en una pelea? Apenas podía ver bien.

Con el instinto intenté defenderme, pero solo recibía reclamos y más. ¿Qué mierda estaba pasando? ¿Dónde deje mi cuchillo? ¿Mi móvil? ¿Mi cama? ¿Me secuestraron?

Nadie se había atrevido a golpearme a mí, conocida como la asesina del Distrito 30. Yo, quien podía revolverle los huevos a quien quiera, estaba siendo usada de Trapero por un viejo anciano todo arrugado.

—¡cállate viejo puto! — exclamé enfurecida por el dolor que me recorría el cuerpo entero.

Él me miró impactado. Utilizando su reacción me guie por mi cuerpo, el cual se sentía extraño y más pequeño de lo normal.

Sentí como si por mis venas fluyera una gran cantidad de sangre y de esta fuerza y velocidad que conseguí intente notarlo al suelo, sin embargo, salto esquivando mi intento.

Estuve horas intentando darle al viejo desgraciado, el agotamiento no me fué impedimento, nunca lo fué.

Sin embargo, cuando comenzaba a amanecer, él dejó de luchar. Confundida lo miré, parándome del duelo nuevamente.

—es suficiente de tu entrenamiento, Hinata —su voz severa estaba mezclado con un tono que no logre reconocer.

Me quedé allí unos segundos, sudada, cansada y con un sentimiento de rabiaaaaaaa.

No lo entendía. ¿Cómo él podía ser más fuerte que yo?

Salí de allí pérdida, siendo consciente ahora de lo que sucedía. Esta no era mi casa, no era mi nombre, ni conocía a ese vejete.

Salí caminando pérdida, pero fue cuando me acerque a una pequeña laguna dentro de ese lugar, fue cuando casi me caigo de espalda.

Una niña pálida de cabello negro y ojos de ciego eran mi reflejo. Con mis manos intenté reconocerme en esa imagen, esa no era yo.

"—mi nombre es Naruto Uzumaki".

Abrí los ojos con espanto, sorpresa y mucho miedo. Este lugar era muy similar a ese, me llamaron Hinata, parecía Hinata. Y ese vejete era su padre.

—princesa... Tiene que ir a asearse —un chico joven de unos diecisiete años me miro.

Asentí en silencio mientras lo seguía en silencio. Debía ser un puto sueño... O me temía yo, una pesadilla.

Me lavaron el cuerpo y me llevaron a mi habitación, me senté en la cama. Me golpeé la cabeza con un jarrón hace algunos momentos, para saber si estaba despierta o no. Mi mayor temor fué acertado.

Aún no creía del todo esto.

Salí de la habitación, pequeña y húmeda, en un rincón muy pequeño como para ser la princesa.

Viejo puto.

Salte los muros con facilidad y me tire para abajo.

Comencé a explotar todo el lugar... Se veía real... Vivo si se podía decir...

Hasta encontré ese pequeño quiosco de ramen, pero no tenía dinero. No había comido nada desde hace... Desde ayer.

Choque por distraída, pero esa persona paso como tren.

—¡Fíjate por donde vas zoquete! —exclame molesta, me arrepentí al ver que a quien le había insultado no era más ni menos que Naruto.

—¿Hinata? —extrañado, seguramente por mi comportamiento irracional, si pensamos en ella.

Me fuí a esconder.

Pero me acerqué lo suficiente para escuchar a Naruto, soltar la sopa, tenía su banda. Era ninja. Con eso podía ver que ya más o menos estábamos a comienzos del anime.

—Kakashi sensei se tardó mucho esta vez, ¡pero estoy contento! ¡Se vienen los exámenes shunnin!

Exámenes Shunnin.

Me van a hacer mierda.

Carajo.

Viejo puto.

El color de mi piel se me fué.

Si pensamos en eso, solo me quedan cuatro días para que comiencen.

Ni siquiera sé usar Byakugan.

Pero solo hice lo mejor que sabía hacer... Pelear.

Golpe tras golpe, me peleaba con Shunnin a mano libre. Claro, él estaba ebrio.

Golpes iban y venían.

La rabia y el miedo me estaban consumiendo y lo único que podía hacer para calmarlo era pelear.

Pero, gracias a papá Dios... Finalmente, descubrí como se hacía la mierda esta.

Estaba claro de como ya mi cuerpo manejaba, esto era cuestión de tiempo para que sin querer lo hiciera.

Estuve analizando y por bastante tiempo practique hasta que finalmente domine el encendido y apagado de esta cosa.

El shakra era más complicado, claro.

Arriba de un techo veía el cielo, un centenar de estrellas me alumbraron. Suspire. Quizás y solo quizás era un sueño y en cualquier momento despertaría, solo debía esperar...

Mientras, con frustración me revolvía el cabello. Necesitaba pedirle ayuda a alguien.

¡Claro! ¡La señora esa! ¡La kulerai!

¿O era Kunerai?

Quizás debía buscarla, pero... ¿Por dónde?

¿Debía preguntarle al viejo sapo que tienen de jefe? ¿Cómo se llamaba?...

Me fuí a los palos de entrenamiento, ni un psicópata podría dormir después de toda la mierda está.

Estuve golpeando un puto palo toda la noche, quitando la rabia, la pereza.

Mis manos ya estaban llenas de astillas, pero el dolor nunca me detuvo. Nada lo hace.

Podía decir que era una persona activa, me gustaba hacer sudar el cuerpo, pero no de las maneras convencionales. Golpear gente, reírme de ella... Y a veces... Algunas... Los mataba, pero... Solo cuando era en defensa propia, era algo así como una gánster. De hecho me iba a meter en una de venta de drogas, quería subir rango de malandro. Era muy fuerte, pero en fin... Me fuí a dormir y ahora estoy cagando aquí. Como siempre... Cagando vidas ajenas, que tragedias las mías.

Caminando de por allí me pitie una manzanita, bonita y verde.

Choque sin querer con alguien, un chico de pelo rojo. Se veía como si me quisiera matar.

Le iba a ayudar, pero como no soy Jesús, me largo.

Me fuí de allí, no sin antes lanzarle "la mirada"...

¿Qué clase de mirada? Una de completo rechazó y asco. ¿Quién se cree que soy como para mirarme así a mí? ¡A mí! ¡POR DIOS!

¡VOY A PERDER LA CORDILLERA DE MIS CABALES SI SIGO ASÍ!".

O... Claro, siempre fuí así.

𝐍𝐎 𝐄𝐒 𝐀𝐌𝐎𝐑┃ʳᵉᵉⁿᶜᵃʳⁿᵃʳ ᵉⁿ ⁿᵃʳᵘᵗᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora