La Favorita De La Sultana • (Mahür)

II: El nuevo despertar

Alexandra y la sultana estaban pasando cerca del harén. Mahidevran miraba a la otra con una sonrisa

-—¿Qué pasó? ¿Estas feliz de tu noche de anoche?

Mahidevran pensó por un momento, no le había satisfacido mucho esa noche pero de todas maneras asintió con la cabeza

—¿Entonces son todos los jueves?

—Así es -Dice luciendo un poco incomoda

—Bien, ojalá te de un hijo

—Oh, si, claro. Por supuesto, otro.

—¿Otro? ¿Tienes otro hijo?

—Mamiiii —Dice un niño mientras corre a brazos de mahidevran. La otra se sorprende.

—Mustafá —Lo abraza —¿Has comido?

—¡Sueltenme! —Se escucha en el harén. Aleksandra observa con atención, le recuerda mucho a cuando ella vino. Luego recuerda que nuevas concubinas vinieron al palacio.

—No, no comí —Responde Mustafa

—Lleva al niño a comer —Le dice a Gulfem. Espera a que se vayan y luego le habla a Hürrem —¿Que fue eso?

—Es una concubina que grita, como sea... pobrecita

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—El todavía no me quiso dar el anillo de esmeraldas...

—¿Por qué?

—Porque me dijo que todavía no estaba arreglado... espero que no se lo de a nadie más...

—Espero.... no se lo dará a nadie más, eres su esposa, la primera dama de su vida. -Dice la pelirroja

—¿Crees?

—Sí, créeme.

Mahidevran sonríe y sin pensarlo la abraza, la otra se sorprende por el contacto físico —Gracias, Aleksandra...

—De nada...

—Tráeme aceite de tomillo que me duele la cabeza

—Claro

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Aleksandra iba caminando cerca del harén y escuchó los mismos gritos de "sueltame" pero no le dio importancia. Minutos despues de regresar a la habitacion con el aceite de tomillo en la mano.

Pasó de vuelta cerca de harén y alguien se tumbó accidentalemnte sobre ella. Cuando los ojos de la pelirroja se abrieron se sorprendió al ver semejante belleza encima de ella. Una preciosa chica con cabello rubio casi blanco y ondulado, ojos azules, piel pálida y sonrisa encantadora apareció. Tenía una cara angelical.

—Eres desobediente, te voy a castigar, no permitiré que te escapes de nuevo —Dijo Sümbül levantando a la rubia y poniéndola de pie. Luego se encargó de levantar a Aleksandra pero la otra se escapó de nuevo. —Qué hija de... por favor ayúdame a atraparla.

—Sí —Dijo con una sonrisa tratando de mantener la compostura

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—Ay Alexandra, ¿donde estas? Me duele la cabeza... —Dice suspirando

Gülşah entra y nota la preocupación de Mahidevran —¿Sultana?

—Gülşah... Alexandra no regresó con el aceite, ni siquiera regresó... ve a buscarme aceite de tomillo por favor... y si puedes... encuentrala

—Como usted diga.

Gülşah iba caminando cerca del harén dirigiéndose a la cocina. Sus ojos miraron sus pies y notó una botella de tomillo en el piso.

—Ay Aleksandra, ojalá te haya pasado algo muy malo... —Agarra la botellita y se la lleva a la sultana.

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—¡Hanna! Gritaba Sümbül por los pasillos del palacio ¡Hanna! maldita... ¿Donde estas?

—¿Hanna? —Decía Aleksandra —Sümbül te busca.... vamos, sal de donde estas. Te juro que te entiendo yo también quería escaparme, me trataban muy mal, me...

—¡Bu! —bromea y la pelirroja salta del susto.

—¿Por qué hiciste eso...? Me... me asustaste.... ¡podría morir de un infarto!

—¿Infarto? —Ríe —¿Qué es un infarto?

—Es cuando...

—¡Ahí estas! —Afirma Sümbül y va corriendo hacia ella. La rubia se sobresalta, intenta correr pero Alexandra la detiene tomándola de la muñeca

—Escucha... si no obedeces, perderás confianza en ellos, entiendo que no soportas en donde te trajeron... pero obedece y hazte poderosa...

Sümbül se lleva a la rubia y Aleksandra se acuerda de Mahidevran

Aleksandra camina rápidamente hacia la habitación

—¡Alexandra!

—¡Mahidevran! Lo siento, yo...

—¿Dónde estabas? Me preocupe por ti además... estaba esperando el puto aceite...

Alexandra se acerca, se sienta y la abraza —Lo siento, una concubina se escapó y tuve que ayudar a Sümbül a buscarla...

—Y ahí vas con tus excusas -Dice Gulsah

—¿Y tú que te metes? Estoy hablando con Mahidevran, ¡no te metas!

—¡Maleducada! -Dice Gülşah

—Perra...

Gülşah deja de masajearle la cabeza a mahidevran y deja caer su mandíbula por semejante falta de respeto. La sultana deja escapar una pequeña risa

—¿Que dijiste...? Repite

—Perra

—Un buen cachetazo te haría bien...

Gulsah la bofetea y la otra se calla. Deja caer su mandíbula

Mahidevran pone los ojos en blanco escuchándolas pelear como niñas.

Gulsah suspira y vuelve con los masajes en la cabeza a mahidevran

—Deja que yo le hago masajes —Dice colocándose al lado de gulsah pero esta la empuja.

Se escucha un golpe en la puerta y ambas se miran, van corriendo para ver quien la abre primero pero aleksandra lo hace. Cuando la abre es Hatice y todas se reverencian.

—Habrá una fiesta hoy, en unas horas. -Dice la sultana

—¿Otra?

—Sí, por la llegada de las nuevas concubinas.

—Bueno, ahora me preparo

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Todos estaban allí. La música sonaba, la guitarra y demás instrumentos que existían en esa época.

Hanna se robó la mirada de todos. Y la de Alexandra tambien. Una sonrisa apareció en los labios de Alexandra cuando vio a Hanna allí que bailaba

Dejo caer su cabeza de lado y sonríe al verla bailar. Mahidevran gira la cabeza y nota que Alexandra está mirando a alguien. Trata de seguir su mirada y finalmente lo consigue, enterándose de la chica misteriosa que está en los ojos de Alexandra.

Mahidevran no puede evitar sentir una oleada de... ¿celos? ¿Por qué? Sentía un sentimiento negativo de inseguridad y sospecha. Sus puños se apretaban cada vez más y más que sus uñas enterraban en la piel de su propia mano. Tenía miedo de perderla...