La vida de una mujer cambiará por completo cuando encuentra a una criatura de una especie desconocida, y con la aparición de este misterioso ser, también habrá consecuencias y problemas en el pueblo en el que habita la mujer.
Pero el que estará más...
- Fue horrible! Horrible amigos! Ojalá lo hubieran visto! La gente no paraba de mirarnos, mamá estaba descontrolada como nunca la había visto y yo...no sabía qué hacer...estaba asustado!!!
Empecé a agarrar mi cabeza con fuerza, tratando de ocultar mi rostro...al ver cómo los demás me miraban preocupados...y afligidos.
- Eso sí que suena aterrador. - Dijo uno de los mapaches bebés. - Shhhh...cállate. - Dijo muy molesto el señor Mapache a su cachorro, sin embargo su otro cachorro le dijo: -Si...muy aterrador.
En ese momento...ambos recibieron una bellota en la cabeza, y mientras lloraban de dolor, la señora Ardilla muy enojada les dijo:
- Cállense los dos o les lanzaré más bellotas!
- Perdón. - Dijeron los dos cachorros mapaches, y mientras la señora Ardilla se acercaba a mi, me dijo:
- Esta bien tesoro...puedes llorar...esta bien.
Me agarro muy fuerte la pierna, por lo que mientras la acariciaba...empecé a llorar desenfrenadamente...
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- Lamento mucho oír eso Niño, se muy bien lo que se siente ser temido porque te consideren "peligroso". - Me dijo apenado el señor puma, agachando su cabeza avergonzado.
- Señor Tortuga...está bien? - Le pregunté confundido al señor Tortuga...al ver cómo empezaba a temblar desde su asiento, y como no me había dicho nada desde que le conté el accidente...se me hizo muy raro...y aterrador.
Inesperadamente, el señor Tortuga se levantó del hongo en el que estaba sentado y gritando empezó a decir:
- Aaaaaa!!! Malditos humanos! No se dan cuenta de lo que están haciendo! Tu madre tiene razón muchacho...los humanos se engañan unos a otros, se ciegan...y al final eso es lo que los llevará a su extinción...te lo aseguro!!!
Todos se quedaron sorprendidos y asustados por escuchar esas palabras furiosas del señor Tortuga, los mapaches bebés fueron los que más se asustaron, ocultándose detrás de su padre, que muy molesto dijo:
- Oiga! Cálmese viejo loco! Está asustando a los pequeños!!!
- Si! Cálmese señor! - Dijo asustada la señora ardilla, agarrandose de mi pierna con fuerza.
El señor cerdo se ocultó detrás de unos arbustos, y el señor Puma solo lo miró sorprendido...con todos sus pelos de parados, desde la nuca hasta la cola.
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