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𝐌𝐚𝐜𝐤𝐞𝐧𝐳𝐢𝐞 podrá no recordar tan bien a sus padres, pero lo poco que recordaba de ellos era que eran hermosos... ¡Ah! Y que eran buenos padres.
Tener a Severus Snape como padrino era lo mejor para ella, basicamente su mund...
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ʀᴜᴍᴏʀᴇs ᴅᴇ sʟʏᴛʜᴇʀɪɴ
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Mackenzie había mencionado anteriormente lo dramático que era su mejor amigo. Y ahora, después de la reciente aventura con Buckbeak, Draco estaba haciendo una demostración espectacular de su teatralidad y celos. Sí, además de ser dramático, Draco también era un celoso empedernido. Así que, por supuesto, no iba a dejar pasar la oportunidad de quejarse de Adam, aunque eso significara inventar excusas para recibir atención extra.
Buckbeak, sin embargo, no había compartido la paciencia de Mackenzie con Draco. Cuando Draco intentó ser "amable" con el hipogrifo —algo que más bien parecía una serie de intentos de impresionar a Mackenzie—, Buckbeak se ofendió y le dio un golpe que le dejó una herida en la mano. ¿Exageraba Draco? Totalmente. A primera vista, el corte parecía profundo, pero Madame Pomfrey lo había sanado con una simple poción, lo cual no impidió que Draco hiciera un espectáculo, aprovechando para ser mimado y quejarse como si le hubiera pasado la peor desgracia.
—Draco... —suspiró Mackenzie por quinta vez, su paciencia agotándose.
Él levantó la vista, sus ojos entrecerrados en una fingida inocencia que no engañaba a nadie.
—¿Sí? —dijo como si no estuviera aplastando su hombro sin la menor consideración.
Mackenzie lo fulminó con la mirada. —Estamos en el Gran Comedor, no puedes usarme como un mueble. Mi hombro se adormecerá por tu culpa.
Blaise, que observaba la escena con una sonrisa burlona, intervino. —Vamos, princesa, no seas tan amargada —comentó con tono divertido—. Draco solo quiere amor.
—¿Y por qué no se lo das tú, Zabini? —replicó Mackenzie sin perder un segundo.
Blaise levantó las cejas, sorprendido por la rapidez de su respuesta. La ocurrencia provocó carcajadas en todo el grupo.
