Lukas y Yankee se conocieron en una tarde de verano, cuando el sol brillaba intensamente, las olas del mar de fondo y las risas llenaban el aire
Desde el primer momento, sintieron una conexión especial, Pronto, se convirtieron en inseparables, compartiendo sueños, risas y promesas de un futuro juntos.
Creían firmemente que eran almas gemelas, destinadas a estar juntas para siempre.
Sin embargo, la vida tenía otros planes. Un día, Yankee conoció a Amelie, una nueva compañera de clase. Amelie era encantadora, con una sonrisa que iluminaba cualquier habitación. Yankee no pudo evitar sentirse atraído por ella.
A medida que Yankee y Amelie pasaban más tiempo juntos, las tensiones comenzaron a surgir entre Yankee y Lukas.
Las discusiones se volvieron más frecuentes, y la relación que una vez fue tan sólida, empezó a desmoronarse. Amelie, sin quererlo, se convirtió en el catalizador de estas peleas.
Finalmente, después de muchas lágrimas, peleas, celos y noches sin dormir, Lukas y Yankee decidieron terminar su relación.
Fue una decisión dolorosa, pero ambos sabían que era lo mejor. Yankee y Amelie comenzaron a salir, encontrando en el otro una nueva oportunidad de amor.
Lukas, por su parte, miraba hacia atrás con una mezcla de nostalgia y alegría. Recordaba los momentos felices que compartió con Yankee y se preguntaba si, en otra vida, habrían sido felices juntos. Aprendió que no todos pueden tener un “felices para siempre”, pero eso no disminuía el valor de lo que tuvieron.
Con el tiempo, Lukas encontró paz en sus recuerdos y en la lección que la vida le había enseñado: cada amor, sin importar cuán breve, deja una huella indeleble en el corazón.
Fin..
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