Narrador omnisciente:
Soyeon corría rápidamente a la Junta que tenía con su familia y la de su esposo, llegaba algo tarde debido al gran tráfico.
Entró a la increíble casa de sus suegros, una casa anticuada pero con mucho estilo, ya saben, los muebles de oro, las joyas decorando el Salón, la alfombra rojo vino puesta exageradamente en la entrada como si de una pasarela se tratase, no puede faltar la innecesaria mesa que ocupa media casa para tan sólo 3 personas y las sillas ridículamente puestas en un perfecto órden, cosas de ricos.
-llegas tarde, soyeon.-dijo su suegra, joy, la cuál era una mujer de unos 43 años, una cara sería y algo felina, usaba un collar estúpidamente glamuroso y brillante, su pelo rojo intenso y sus ojos grises intensos.
-si, lo siento.-se disculpó la coreana, tomando asiento al lado de su esposo, ignorando las miradas juzgadoras de todos en esa mesa.
-bien, tenemos que hablarles sobre algo.-dijo bambam, él era un hombre de unos 52, apuesto, cara robusta y una mirada fría y amenazante, cuerpo bien esculpido y usa trajes hasta para dormir, un completo ricachon.-contratamos una nueva empleada, ella será tu mucama personal soyeon.-dijo firmemente, mirando a la menor.
-bien.-respondió sin más soyeon.
-hazla pasar María.-demandó a una de las mucamas, ésta se dirigió a la puerta principal y grande, llena de oro y formas algo extrañas, abriendola por completo y dejando ver a una joven de ojos pequeños y tiernos, cara pequeña, ojos marrones avellana, pelo rosado y flequillo perfecto, vestida con un short de Jean ancho hasta la rodilla, una remera corta pero que tapaba todo su abdomen excepto sus brazos.
-mucho gusto, soy song yuqi.-dijo la China, haciendo una reverencia con las manos abajo de su estómago.
-pasa, querida pasa.-respondió bambam, haciendo un gesto con la mano dando la indicación de que se acercara. La peli rosada se acercó lentamente con la cabeza gacha he hizo otra reverencia a todos los presentes.-ella es song yuqi, será tu mucama personal soyeon.-soyeon, quien había Estado pérdida en sus pensamientos la mira.
-bien... -respondió soyeon, viendo a la China, soyeon no sabía por qué pero esa chica tenía algo, una chispa que captaba la atención completa de la peli negra.
La China Miró a su futura jefa, viendo lo increíblemente hermosa que era, realmente tenía suerte de que ella fuera su jefa y no la mujer de aspecto frío al lado de bambam.
-bien, ahora hablaremos sobre los negocios de nuestra empresa.-dijo el padre de soyeon, captando la atención de todos excepto de su hija quien no apartaba la vista de la China.
5 horas, 5 horas que yuqi tuvo que estar parada atendiendolos o simplemente escuchando sus ideas, 5 horas en las que soyeon tuvo que aguantar toda la presión por parte de su madre por cosas como "acércate más a tú esposo" o "Ponte derecha jeon soyeon" en fin, algo insoportable pero por suerte el matrimonio y la China ya estaban en el auto directo a su mansión.
A diferencia de la mansión de sus suegros, soyeon y suga tenían una moderna, con muebles de vidrios y cocina electrónica, aunque sus mucamas aún tenían ese atuendo algo horrible en negro y blanco, algo triste si pero era lo que había.
-tengo que ir a un viaje de negocios, así que cuídala song yuqi.-dijo el coreano, mirando a la menor con frialdad y superioridad.
-si señor.-respondió la China, haciendo una corta reverencia con su cabeza aún gacha.
Luego de una hora llegaron a la casa, yuqi bajo todo mientras que soyeon entró a la casa y suga volvía a subir al auto para su viaje de negocios.
-deja las cosas ahí, de eso se encarga el chofer.-demandó soyeon, masajendo sus cienes y Abriendo la puerta, una vez entró a su casa se desplomó en el sofá boca abajo.
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doble vida
Lãng mạnsoyeon es hija de unos grandes empresarios, ellos siempre quisieron que se hija se casará con alguien millonario, por lo que la obligaron a casarse con suga, su enemigo desde la secundaria. soyeon lo odiaba ya que él era muy presumido y clasista, su...