Mucho antes de los acontecimientos que todos conocemos, antes de Naraku, antes de Aome, antes de kikyo y mucho antes de la perla de Shikon
En una historia alternativa, los padres de nuestros protagonistas se encuentran atrapados contra su voluntad...
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La oscuridad se extendía como una manta densa, envolviendo todo a su alrededor. Había varias figuras tendidas sobre el frio suelo, inconscientes, apenas visibles.
Poco a poco, aquellos quienes tenían sentidos más desarrollados fueron despertando, uno a uno.
Sus ojos se acostumbraban lentamente a la penumbra, revelando contornos extraños y sombras inquietantes. Ni una sola pista indicaba dónde estaban o cómo habían llegado allí.
Touga rara vez era tomado por sorpresa, acostumbrado a estar alerta gracias a su experiencia en el campo de batalla, pero esta vez estaba totalmente desconcertado, hace solo un momento estaba yendo a ver a su pareja humana y ahora estaba en un lugar totalmente diferente, con sus conocidos más cercanos.
Solo el sonido de sus respiraciones y el eco lejano de un goteo constante rompían el silencio sepulcral. Se levanto del lugar donde estaba, tratando de percibir algo, cualquier cosa que le dijera donde demonios estaba.
—Padre?
Volteo de inmediato al escuchar aquella voz, su hijo estaba ahí, en la sala, parecía que también recién se estaba despertando, pronto pudo notar que además de su hijo había más personas ahí, además de su hijo también reconoció a la madre de este, algunos de los ancianos de su clan, Totosai, la señorita Zero, Kirinmaru y su hija, había también humanos, reconoció algunos como los sirvientes de la finca de Izayoi, los había visto algunas veces en sus rondas...
También estaba Izayoi, cuando sus ojos se encontraron ambos hicieron un gran esfuerzo por no correr a los brazos del otro, después de todo su relación era un secreto incluso para los ancianos de su clan. Solo le hizo una seña, lo más sutilmente que pudo para que se relajara, él estaba ahí después de todo, moriría primero antes de permitir que algo le pasara a su pareja
—Reconoces el lugar?
Kirinmaru se había repuesto bastante rápido si ahora estaba parado ahí a su lado, hizo un gran esfuerzo para apartar los ojos de su amada, debería analizar la situación rápido y sacarla sana y salva, a ella y a los demás humanos
—No, en mi vida había visto un lugar así... Quien tiene el poder de reunir a dos de los Daiyokai más poderosos y a esta gente a demás?
Haberlos traído a ellos dos aquí sin que se dieran cuenta ya era una gran hazaña
Volteo a ver a Irasue, que ya se había levantado y estaba como si nada hubiera pasado. Al igual que Zero, quien se había acercado a su sobrina para poder protegerla, los estaban viendo a los dos en busca de explicaciones, al igual que los miembros de su clan.
Desgraciadamente él no tenía ni una sola maldita respuesta. Los humanos se habían amontonado en una de las esquinas más alejadas de la habitación, todos con sus espadas desenfundadas y apuntando al grupo de demonios enfrente de ellos, como si eso fuera a ser de alguna utilidad...
