Weakness

CAPITULO 36: "¿COMO SE GANO TU CORAZÓN?"

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Un suspiro pesado escapo de los labios de la castaña a la vez que apoyaba la taza de Té caliente frente a Polly. La joven intento acomodar sus pensamientos en esos segundos de silencio y se sentó, aun sin saber que responder a las palabras de quien consideraba una segunda madre. No sabía que estaba esperando la mujer frente a ella.

—Te necesita.—Insistió en un tono suave. La castaña bajo la mirada, mirando sus manos.—Se que Thomas no merece tu bondad, ni mucho menos, pero se que aun lo quieres. No te pido algo de otro universo, solo quiero que vayas a verlo y hables con él, eso lo ayudaría.

—No me parece una buena idea, incluso creo que es una falta de respeto para Grace.—Dijo volviendo a mirarla, pero Polly parecía no querer rendirse con el tema.—Ella acaba de fallecer, no puedo ir a hablar con él sabiendo lo que paso entre nosotros.. ¿No crees?—Murmuro dudando.

—Siempre has sido muy respetuosa, Iris.. Y a Grace, solo le importaba verlo feliz aunque fuese de la mano de otra mujer.—Aseguro intentando convencerla.—Tienes que ir, solo sera una charla porque tú también estas casada y se que no serias capaz de fallarle a ese hombre.

—Jamás podría hacer eso.

—Entonces, ¿Qué dices?

Cuando decidió volver por el funeral de su padre se juro frente al espejo que no volvería a caer en las trampas de Thomas porque ahora era una mujer casada y feliz, y no quería arruinar su paz mental, pero ahora ahí estaba, buscando su bolso para ir a verlo nuevamente.

—Me debes una muy grande, Polly. Solo lo hago por ti.—Murmuro seriamente mientras salían de la casa.

—Gracias, Iris.

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Miro la puerta delante de ella y en ese instante se arrepintió. No sabía que estaba haciendo en ese lugar cuando juro que no volvería a verlo en toda su vida, pero realmente no tenía la suficiente fuerza como para decirle a Polly que no hablaría con él cuando la mujer lucía tan preocupada por su sobrino. Al parecer todo se derrumbaba alrededor de Thomas y la muerte de Grace fue esa gota que derramo el vaso que ya estaba lleno.

Toco la puerta.

—No quiero ver a nadie, Francis.

Suspiro buscando el valor dentro de su pecho, pero si era sincera solo quería salir corriendo de ese lugar porque no estaba segura de estar preparada para verlo mal y que no le importe. Volvió a tocar.

—Francis, dije que no.

—No soy Francis, Tom. Dejame pasar, hablemos.—Pidió manteniendo su voz firme, pero sin sonar ruda. Esperó unos segundos y la puerta fue abierta dejandole ver a un Thomas totalmente distinto.

—¿Iris?

—Si..

—¿Qué haces aquí?—Cuestionó con confusión. Aun no entendía o mejor dicho no creía que ella estuviese delante de él despues de tanto tiempo.—No deberías estar aquí.

—Un pajarito me conto que estas algo mal por todo lo que ha pasado y que no quieres escuchar a nadie.—Comento mirandolo notando las ojeras bajo los intensos ojos azules del contrario. Ya no la miraban con ese brillo especial, pero el amor seguía ahí.

—¿Vienes a burlarte?

—No, Tom.. —Suspiro.—Solo vengo a verte y a hablar contigo, no puedes vivir encerrado en esta oficina.. tienes un hijo que te necesita.

—Él esta bien.—Aseguro entrando nuevamente a la oficina. Ella lo siguió cerrando la puerta a sus espaldas.—No le falta nada.

—Le faltas tú.

—¿Tu prometido sabe qué estas aquí, Iris?—Pregunto seriamente mientras se servía un vaso de Whisky.—No creo que le agrade mucho.

Apreto los labios al sentirse acorralada por el contrario.

—No, él no sabe.

—¿Por qué te casaste?—Pregunto de forma repentina, poniendola nerviosa.

Suspiro.—No vine a hablar sobre mi.

—Pero yo quiero hablar sobre ti.. te fuiste mucho tiempo.—Murmuro sentandose.—Toma asiento, tenemos mucho para hablar.

—Bien..

—Entonces, dime..

—Tom.. No hagamos esto.—Pidió, pero parecia que él no daría el brazo a torcer esta vez.

—Quiero saberlo, Iris. ¿Como se gano tu corazón? —Insistio.

—Dios.. Esta bien.. Hablemos.