CAPITULO LIX

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Mientras unos idean planes alguien los ataca

Narrador omnisciente limitado

La noche apenas ha caído y cosas comienzan a suceder.

Mientras Hank le cuenta a Sahory su pasado, en otros lugares están pasando cosas graves.

Witxadros, un castillo oscuro ubicado en una montaña muy lejana rodeado de una niebla perpetua. Allí habitan las brujas infernales y hay demonios que están a su servicio. Un lugar donde la maldad está liderada por una de las brujas rojas más poderosas que ha podido existir. Pero algo muy malo le está sucediendo.

Su magia se está agotando y ella está agonizando. Ha recluido a varias jóvenes pueblerinas para su aquelarre y ofrecerlas como sacrificio al ser más temido de todos los tiempos y hasta ahora ninguna de las mujeres que tiene en cautiverio, le ha servido.

En la fortaleza Ashwood, los guerreros tanto Sunlivey como Calehad y Templeit, han armado un plan y dicho plan se llevará a cabo en el valle Dreadfort. No tienen idea de lo que está pasando fuera de esos muros y confiados les han informado a sus soldados situaciones que no los llevarán a nada.

Hace más de una hora alguien ha aparecido por esas tierras buscando algo, o más bien a una persona.

¿Quién podrá ser?

Hace muchos meses apareció y ha dejado correr el tiempo hasta que fuese el momento de poner en marcha su propósito. Ni siquiera las brujas infernales están al tanto de lo que pasa a su alrededor. Esa amenaza las ha estado acechando desde hace un tiempo.

Por otro lado, Makenna se encuentra retorciéndose de dolor en algún lugar.

La muchacha se ha dejado consumir por la oscuridad y ahora vaga por todos lados como alma en pena. Pero, aunque se encuentre en ese estado tiene muy claro lo que debe hacer. Aún tiene consciencia y sus pensamientos en este momento están sumidos en una sola cosa.

Tarren ha mantenido sus cinco sentidos al cien. Sabe muy bien que cualquier cosa podría pasar y aunque estén "a salvo" dentro de la fortaleza, no baja la guardia por nada. Su instinto asesino ha aumentado con cada crisis a las que se han enfrentado desde que salieron de Thenaleer.

Ha estado en alerta y recorriendo con otros soldados los alrededores. Sabe que no se puede confiar en nada y que en esta guerra podría perder a muchos de sus soldados debido a que no son humanos a los que se enfrentarán sino a monstruos.

Así mismo, no ha habido ni un solo día en que no piense en su esposa. El haberla dejado fue como si le hubiesen atravesado el cuerpo con una lanza envenenada. Ha hecho todo lo posible por mantenerla a salvo y fue por esa principal razón por la que la dejó en Thenaleer. Al menos allí ella estaría fuera de peligro.

En cuanto a la madre de Sahory, pues... nadie sabe dónde está. O si seguirá con vida.

En medio de toda esta situación una persona dentro de las tropas ha detectado algo. No está del todo segura, pero comienza a sospechar que hay alguien infiltrado entre ellos. Alguien que ha sido enviado desde Witxadros. Ha detectado movimientos extraños, como si no fuesen de una persona normal. Y se ha dedicado a prestar mucha más atención a cada cosa en su entorno.

Priscila acaba de llegar a la alcoba después de cumplir con una orden. Pensaba tomar un descanso apenas salió del sanatorio, pero uno de sus superiores le exigió tomar el turno por una hora reemplazando a uno de sus soldados. Así que ahora se encuentra en la habitación que comparte con Sahory. Está cansada, le duelen los pies y en silencio maldice a Duarte por ser tan sanguinario. Hay veces que le provoca revelarse contra él y mandarlo al otro mundo, pero contiene el impulso por Sahory. Si llega a hacer algo indebido podría perjudicarla a ella. <<Y no puede>>

UN TOQUE DE FELICIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora