𝟘𝟠. 𝐂𝐚𝐦𝐛𝐢ó 𝐝𝐞 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐞𝐧

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Pov. Marta

Las siguientes semanas fueron bastante mejores, Ford me estuvo ayudando bastante con la alimentación, siempre que salíamos a investigar se traía algo de comida extra para mí, además de que siempre que se iba al pueblo con Stan me traiga algo de la tienda de comida, ¿por qué? Bueno, una vez intento cocinar y para empezar se cortó el dedo y luego se tiró el agua caliente encima, así que, le dije que mejor se alejara de la cocina. Lo veía más pendiente de mí que antes, era muy, lindo, sí, no lo podía negar, estaba siendo muy dulce conmigo, eso solo hizo que Mabel se intensificará con su locura de emparejarnos, lo peor es que metió al resto de la familia también en eso. Ahora no era ella solo molestando, eran todos, vale sí, quizás Stanford me era algo atractivo, pero eso no significaba que fuéramos pareja, sumándole, él es más mayor que yo, no creo que quisiera una relación a su edad, además, yo no se nada, quizás lo que siento es solo admiración.

Esa tarde me encontraba en el baño mirándome al espejo, muchas de mis heridas estaban bien cerradas, gracias a Ford, eso me dejó pensando un rato.

- Tengo una nueva vida,... al fin esto mejorando en todos mis problemas, seré una persona completamente distinta y para eso, hace falta... un cambio.

Me fui a la habitación de los gemelos y toque la puerta, luego la abrí, Mabel estaba jugando con sus amigas a una especie de juego de mesa de ¿citas?
Me acerqué a ellas, me miraron sonrientes y Mabel habló.

- Hola, Marta, ¿quieres jugar?

- No, gracias, pequeña, me preguntaba si podías ayudarme en algo.

- ¿¡Al fin vas a salir con el tío Ford!?

Me sonrojé por ese comentario y negrápidamente, no sé porque imaginaba que no diría algo como eso.

- No, no, para nada Mabel, es que... creo que es hora de un cambio de look.

Las tres chicas gritaron entusiasmadas, sus dos amigas me tomaron de las manos y me sentaron en la cama de Mabel, mientras ella fue a abrir una maleta sacando varias prendas de ropa.

- Al final, Marta, tenía un montón de ganas de hacerte un cambio de look, Candy ve a llamar a Wendy, la vamos a necesitar para el pelo y Grenda ve por el tinte, ¡la pondremos hermosa!

Me quedé viendo como las dos salían de la habitación, mientras Mabel tomaba algo de ropa combinando, cuando las chicas llegaron con todo trague saliva, a decir verdad, no me daba mucha seguridad que unas niñas de trece y catorce años hicieran algo con mi pelo.

- Mabel... ¿estás segura?

En ese momento vi como Wendy también entraba, ella me daba más tranquilidad que las demás, siendo sincera, era más seria en esos aspectos.

- Tranquila tía, que seré yo quien te va a cortar el pelo y echar el tinte, no te preocupes, yo le hice las mechas a mi amiga Tambry y le teñí el pelo a Robie, yo controlo.

Pov. Narrador

Las horas pasaron, Marta estaba en el baño vistiéndose, su pelo estaba ahora corto, lo llevaba por los hombros, le habían hecho en un lado una mecha en morado, en vez de tener puesto un vestido como siempre, en este momento usaba una camiseta de manga corta en lila junto a unos vaqueros largos rasgados con un cinturón marrón y unas botas negras, Mabel le había dado un reloj a juego con el mechón de su pelo, se veía como ella misma, no como un estereotipo que debía ser por culpa de sus padres, se había puesto maquillaje en las heridas, no quería que los demás las vieran.

Salió del baño y fue de nuevo con las chicas, todas ellas empezaron a decirle cumplidos y lo bien que le quedaba todo.
Estaba hablando con Wendy sobre como se debía de echar el tinte luego de un par de días, cuando Mabel la tomo de la muñeca sacándola de la habitación junto a Candy y Grenda que se adelantaron a ellas.

ɢᴏʟᴅ ʜᴇᴀʀᴛ | 𝓢𝓽𝓪𝓷𝓯𝓸𝓻𝓭 𝓟𝓲𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora